viernes, 26 de mayo de 2017

LA PEOR DE LAS DICTADURAS


                        Mientras, según Metroscopia, la secesión catalana alcanza el nivel más bajo de apoyo popular, especialmente al ilegal “procés”, (un 61% de catalanes se opone al plan de la Generalitat de declarar la independencia de forma unilateral), la Generalitat da una vuelta de tuerca más con su famosa “ley de ruptura”, que los juristas califican de disparate, en tanto que Rajoy compara el desafío secesionista de Puigdemont con “la peor de las dictaduras”. Y no le falta razón al Presidente, pues la peor de las dictaduras no es la que se impone por la fuerza, sino la que se ejerce haciendo creer al pueblo que el paraíso se consigue mediante la desobediencia a la legalidad democrática, por lo que Moncloa ya fija un protocolo anti-consulta para los funcionarios catalanes, instándoles a pedir las órdenes por escrito y acudir a los servicios jurídicos para denunciar la ilegalidad, mientras el President le pide por carta negociar el ilegal referéndum entre ambos gobiernos, el español y el catalán, y Rajoy le contesta que no está en su mano semejante negociación sobre un asunto que “amenaza la convivencia” y, por tanto, le invita a que, en todo caso, comparezca en el Congreso de los Diputados para discutir su plan. Así las cosas, el Gobierno, como es su obligación, se dispone a todo para impedir el ilegal referéndum y asegura que hará uso de cualquier instrumento a su alcance para evitar el coste de imagen mundial de la presencia de urnas en Cataluña, cuya deuda, por cierto, ya está en manos del Estado en más del 65%. Puigdemont, entretanto, invita a políticos europeos a conocer la “tensión que vive Cataluña” señalando que es el momento “imprescindible” de negociar el referéndum y organiza un viaje de parlamentarios del 26 al 28 de junio para explicar las “graves consecuencias para Europa”, cuando precisamente son las irresponsables políticas totalitarias, al margen de la Ley, las que tensionan Cataluña y las que, en caso de materializarse, acarrearían gravísimas consecuencias a todos los europeos. Por su parte, al igual que Rajoy, las empresas catalanas piden a Puigdemont que se explique en el Congreso, mientras los Mossos investigan a la Policía sin autorización judicial alguna, intentando demostrar que un grupo de comisarios está detrás del denominado "contubernio anti-catalán”, en tanto que la Federación no ve “problema” alguno en ir con esteladas al Calderón, donde el Barça disputará la final de la Copa del Rey frente al Alavés, diferencia sustancial con la polémica del año pasado en las reuniones previas a la final de la Copa al no tratarse el tema para nada con el club, recordando que en 2016 la Delegación del Gobierno prohibió ir con la bandera ilegal separatista al campo pero un juez lo autorizó finalmente. En fin, menudo cesto estamos tejiendo con... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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