miércoles, 17 de mayo de 2017

TU PROBLEMA NO SOY YO, ERES TÚ


                        Es probablemente la frase descalificadora más ingeniosa del único debate público celebrado entre los candidatos a liderar el PSOE, dicha, en este caso, por Susana Díaz y dirigida a su contrincante Pedro Sánchez, a quien dejó bien claro que “tu problema no soy yo, eres tú”, añadiendo que “cuando la gente no se fía de ti deberías hacértelo ver”. Una frase que, tal como está el patio, trasciende los problemas de Sánchez, pues cabe preguntarse si no es todo el PSOE quien tiene el problema y quien conjuntamente debiera hacérselo ver ante la progresiva desconfianza ciudadana de estos últimos tiempos hacia el partido, reflejada en las últimas estrepitosas derrotas electorales. En efecto, en este cara a cara entre los candidatos, importante cuando no decisivo para el resultado de las primarias socialistas, en el que, según NCReport, Díaz llegaba con sólo dos puntos por encima de Sánchez, mientras la mayoría de los votantes socialistas desconoce las diferentes propuestas, aunque ve al ex secretario general más a la izquierda y a la andaluza más centrada, Sánchez se presenta como víctima, Díaz como salvadora y López como pacificador de la evidente fractura existente en el seno del partido y queriendo ser clave en el resultado definitivo. En realidad, se confronta un pasado de división y rencor, a causa del cual Díaz defiende “la izquierda útil” y sitúa la crisis del partido en las derrotas de Sánchez, mientras éste se aferra a criticar la abstención en la investidura y dice que, si gana pedirá la dimisión de Rajoy, mientras que Patxi, el tercero en discordia, advierte de que si antes no se produce la unidad el partido puede desaparecer. ¿Quién debe hacérselo mirar y cuál es el problema? Esa es la cuestión, evidenciada en el debate que ahonda en la fractura de los socialistas, en el que Díaz reprocha a Sánchez sus bandazos y sus derrotas electorales y éste le reprocha la abstención en la sesión de investidura de Rajoy, sin entender que para ser Presidente del Gobierno, como mínimo, primero hay que ganar en unas elecciones generales o, al menos, no perder progresivamente en apoyos de los ciudadanos, como si el objetivo fuera convertirte en un partido testimonial. En definitiva, un PSOE irreconciliable en el que Díaz y Sánchez escenifican sus abismales diferencias y su animadversión personal en el único debate público lleno de crispación, mientras Patxi López, el más sensato de los tres y el aspirante a perdedor, intenta capitalizar una tercera vía y advierte del riesgo de fractura del partido. Un debate en el que, con más puños que rosas, no se cierra las heridas en el seno del PSOE y en el que, según algunos analistas, Sánchez pierde la oportunidad de sentenciar las primarias, Díaz sale beneficiada al llevar el peso de los ataques y un López solvente recupera terreno. Dice Sánchez, quien según Díaz debe hacérselo ver, que “por coherencia y por credibilidad hoy estoy en el paro”, mientras Patxi le pregunta “vamos a ver, Pedro, ¿tú sabes lo que es una nación?”, dejándole confuso por unos instantes, y, acabado el debate, el vasco sostiene que “somos la alternativa al PP, no tenemos que pactar con Podemos” en clara alusión a lo que aspira su contrincante. En fin, si el problema es sacar a... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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