sábado, 16 de abril de 2016

MANOS LIMPIAS, JUEGO SUCIO


                        Esto de la corrupción no dejará nunca de sorprendernos. La astucia de los presuntos corruptos es tal que ya ni siquiera puedes creer ni lo que ves. Imagínense un sindicato adalid en la persecución de todo tipo de corruptelas, una especie de justiciero recalcitrante que además con su propio nombre, Manos Limpias, deja bien claro su objetivo antiséptico de chorizos y sinvergüenzas en nuestro país. Imagínense además otra asociación altruista, Ausbanc, para defender los intereses legales de los usuarios contra los abusos de las entidades financieras. En definitiva, dos entidades volcadas a hacer el bien común para, respectivamente, proteger a la sociedad de los elementos nocivos y perversos, y para defender a los más débiles de los poderosos banqueros sin escrúpulos. Pues bien, mi gozo en un pozo. Los dirigentes o mandamases de sendas organizaciones, Miguel Bernad y Luis Pineda respectivamente, han sido detenidos, nada menos que por extorsión. Tras su cara amable (como el “leninismo amable” que diría Pablo Iglesias) se escondía una putrefacta realidad de corrupción al extremo de que Fiscalía considera a ambas entidades “grupos criminales” establecidos para delinquir. Al final Manos Limpias, autodenominada sindicato pero sin representación ni entre los funcionarios ni en ningún centro laboral, era una fábrica compulsiva de denuncias y demandas, personada en todas partes, que, presuntamente, chantajeaba y extorsionaba a los demandados para, a cambio de dinero, retirar las acusaciones. Y, al final, Ausbanc, aparentemente una asociación defensora de los intereses legales de los usuarios financieros, era un negocio consistente en plantar o no cara a los bancos a cambio de dinero. Chantaje y extorsión eran sus especialidades delictivas, puestas de relieve en algunos casos sonados como... (sigue leyendo en

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