Finalizada la tercera
ronda de audiencias, el Rey no propone a ningún candidato tras constatar que
ninguno de ellos tiene los apoyos suficientes para formar gobierno después de
cuatro meses de negociaciones (o apariencia de ello) en clave de precampaña
electoral, por lo que el Monarca disolverá las Cortes en los próximos días y
convocará nuevas elecciones generales para junio, confirmando el rotundo
fracaso de los partidos políticos y las altas dosis de incompetencia de sus
líderes, que andan ahora culpándose mutuamente de este bloqueo político indecente.
Por tanto, la impotencia de los partidos políticos nos lleva definitivamente a
las urnas, para acabar con este periodo de política-espectáculo que nos ha
hecho perder 128 días y que nos aboca a un coste de casi 200 millones de euros,
por lo que Felipe VI recomienda, al menos, una campaña “austera”, que no gaste
en propaganda y que “no cansen a los ciudadanos”. En fin, un fracaso político
en toda regla que no hubiera sido tan cansino si desde la primera ronda de
audiencias los partidos, todos ellos, hubiesen sido honestos y sinceros con el
Monarca ya que, tras el veto de Sánchez a Rajoy en el primer minuto, lo
sucedido ahora era ya entonces mucho más que probable, como se acaba de
constatar ahora. En todo caso y ya en clara clave electoral cada candidato
tendrá que apechugar con la cuota de responsabilidad que le corresponda y todos
buscarán eludir el bulto para cargárselo al vecino. Pedro Sánchez, intentando
“el milagro del Prado” hasta el último instante de ir a La Zarzuela, mantiene
la ficción de un gobierno de izquierdas, propuesto por Compromís, que presentó
en último instante una propuesta trampa para escenificar la soledad del PSOE en
la izquierda, reconoce ante el Rey (esta vez sí) que no cuenta con apoyos y
acusa a Iglesias de traicionar a sus votantes. Pablo Iglesias por su parte baja
el telón definitivamente al PSOE y culpa a los socialistas de no echar al PP de
La Moncloa, mientras intenta consolidarse como líder de la izquierda con el
apoyo de Garzón, que revela que el Rey se ha interesado por el probable acuerdo
IU-Podemos de cara a las elecciones. Albert Rivera, el último de la fila, deja
por fin su papel de negociador (eso sí, con el PSOE y vetando a Rajoy), arranca
su campaña y avisa de que el acuerdo con los de Ferraz expira esta misma noche
después de haber permitido que Sánchez manejara sus cuarenta escaños para
hacerlos valer en sus personales negociaciones con cualquiera menos con los
populares. Y Mariano Rajoy rentabiliza su coherencia, sale reforzado dentro de
su partido y apuesta por volver a intentar la “gran coalición” que necesita
España, afirmando que está con “fuerzas para la campaña” que se avecina. Los
españoles tendremos la... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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