domingo, 10 de abril de 2016

MAFIOCRACIA


                        Mientras Bruselas estrecha el cerco a las multinacionales por los “papeles de Panamá” un banquero panameño, que no quiere desvelar su identidad porque intentaron secuestrarlo, explica el negocio “offshore”, al que tantos y tan ilustres personalidades se han apuntado a lo largo de los años y hoy, tras descubrirse el pastel, andan en apuros. El citado banquero denuncia que Panamá es una “mafiocracia”, lo que etimológicamente significa un país en el que el poder reside en las mafias, porque, como dice el banquero, en Panamá “nadie cumple la ley” y añade que “la filtración viene de un insider”, un trabajador suizo que salió con dos maletas llenas de papeles, lo que ha dado lugar a tan escandaloso asunto. No estaría de más que, conocida la realidad de Panamá, un país hecho por y para los abogados en el que numerosos especialistas en fondos opacos ostentan altos cargos políticos, reflexionásemos, aunque sea por un instante, sobre nuestro propio país, en el que cada vez hay más gente que no cumple la ley y campa a sus anchas como si su proceder no fuese una grave amenaza para la convivencia, especialmente cuando semejante forma de actuar reside en las propias autoridades públicas como es el caso de los gobernantes autonómicos independentistas, lo que de cara al futuro, si es que ya no lo es, conduciría a una especie de “territoriocracia” en la que un poder territorial centrífugo de las diferentes regiones españolas apuntan directamente a la desaparición progresiva del Estado Español y del régimen democrático establecido en su Constitución mediante golpes de mano totalitarios. Y con los totalitarismos, ya se sabe, siempre vienen para quedarse, como sucede en Cuba o en Venezuela. Mientras Cuba, después de tantos años de totalitarismo, se resiste a la apertura económica por miedo al mercado tras sus tímidos gestos de apertura política por parte de los Castro, que siguen instalados en el poder, en Venezuela, en la más ruinosa situación, Maduro se resiste, una vez perdidas las elecciones legislativas, a respetar las leyes que emanan de la Asamblea, como la de amnistía de los presos políticos, resistiendo en el poder, aunque se conoce que llegó a tratar con Raúl Castro su renuncia a la Presidencia, ante la situación límite de Venezuela, pero, eso sí, con... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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