Mientras Bruselas
estrecha el cerco a las multinacionales por los “papeles de Panamá” un banquero
panameño, que no quiere desvelar su identidad porque intentaron secuestrarlo,
explica el negocio “offshore”, al que tantos y tan ilustres personalidades se
han apuntado a lo largo de los años y hoy, tras descubrirse el pastel, andan en
apuros. El citado banquero denuncia que Panamá es una “mafiocracia”, lo que
etimológicamente significa un país en el que el poder reside en las mafias,
porque, como dice el banquero, en Panamá “nadie cumple la ley” y añade que “la
filtración viene de un insider”, un trabajador suizo que salió con dos maletas
llenas de papeles, lo que ha dado lugar a tan escandaloso asunto. No estaría de
más que, conocida la realidad de Panamá, un país hecho por y para los abogados
en el que numerosos especialistas en fondos opacos ostentan altos cargos
políticos, reflexionásemos, aunque sea por un instante, sobre nuestro propio
país, en el que cada vez hay más gente que no cumple la ley y campa a sus
anchas como si su proceder no fuese una grave amenaza para la convivencia,
especialmente cuando semejante forma de actuar reside en las propias autoridades
públicas como es el caso de los gobernantes autonómicos independentistas, lo
que de cara al futuro, si es que ya no lo es, conduciría a una especie de “territoriocracia”
en la que un poder territorial centrífugo de las diferentes regiones españolas
apuntan directamente a la desaparición progresiva del Estado Español y del
régimen democrático establecido en su Constitución mediante golpes de mano
totalitarios. Y con los totalitarismos, ya se sabe, siempre vienen para
quedarse, como sucede en Cuba o en Venezuela. Mientras Cuba, después de tantos
años de totalitarismo, se resiste a la apertura económica por miedo al mercado
tras sus tímidos gestos de apertura política por parte de los Castro, que
siguen instalados en el poder, en Venezuela, en la más ruinosa situación,
Maduro se resiste, una vez perdidas las elecciones legislativas, a respetar las
leyes que emanan de la Asamblea, como la de amnistía de los presos políticos,
resistiendo en el poder, aunque se conoce que llegó a tratar con Raúl Castro su
renuncia a la Presidencia, ante la situación límite de Venezuela, pero, eso sí,
con... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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