lunes, 7 de agosto de 2023

UNA ESPAÑA INGOBERNABLE

                         Da la sensación de que los españoles hemos aprendido no lo suficiente desde aquel 11 de febrero de 1873 en que el Rey Amadeo I de Saboya, el primer rey español elegido por las Cortes Generales, abdicara del trono para regresar a Italia diciendo, supuestamente, la famosa frase “los españoles son ingobernables”, con lo que las mismas Cortes que le habían proclamado Rey tras el destronamiento de Isabel II proclamaban esa misma tarde la Primera República Española, supuestamente para afianzar la gobernabilidad del país. El de Saboya, durante su breve mandato de poco más de dos años, preñados de inestabilidad política y desencuentro entre los españoles y entre sus dirigentes políticos, había tenido que contar con seis gobiernos diferentes y, tras su renuncia “voluntaria” al trono se daba paso a la, para algunos, ansiada y esperanzadora república que empeoraba la situación, pues en apenas diez meses, contó hasta con cuatro presidentes o Jefes de Estado, no monarcas ni hereditarios, hasta que puso fin a la situación un pronunciamiento militar del general Martínez Campos para restaurar la Monarquía Borbónica con Alfonso XII, el heredero de Isabel II, y poco después se establecía una especie de democracia amañada y turnista entre los dos partidos principales, el conservador de Cánovas y el liberal de Sagasta, finiquitando así un periodo turbulento protagonizado por la guerra con Cuba, las guerras carlistas y las sublevaciones cantonalistas. Sin duda Amadeo de Saboya acertaba, España era ingobernable y, tras el amañado periodo de la restauración borbónica, instaurado con el Pacto de El Pardo de 1885 entre el conservador Cánovas y el liberal Sagasta, amigos íntimos, volvía de nuevo el patético desencuentro entre los españoles y el autoritarismo político que, al final, caracterizó casi todo nuestro siglo XX como es bien conocido, al desembocar de nuevo en la huida voluntaria en 1931 del siguiente rey, Alfonso XIII, para que los políticos españoles proclamaran la, también ansiada para algunos, Segunda República, no exenta de desencuentros insalvables entre los ciudadanos y los territorios, que llevarán a la posterior Guerra Civil (1936-1939), de unos españoles contra otros, que finalizaba con el triunfo de los militares y civiles sublevados, instaurándose con ello una larga dictadura militar con el general Franco a la cabeza hasta su muerte en 1975, en que, por fin, los españoles, deciden por primera vez en su historia consensuar una Constitución de convivencia, paz y libertad (la actual Constitución de 1978, aún vigente pero amenazada) en que caben todos y es respaldada en referéndum casi por la totalidad de los ciudadanos, finiquitando así el cáncer del anterior constitucionalismo español, basado en la imposición por el sector vencedor de los sucesivos pronunciamientos militares de su parcial Constitución elaborada siempre para favorecer a media España contra la otra media sin dar opción a la alternancia democrática, como, lamentablemente, algunos pretenden ahora. Sin duda, como decía Amadeo de Saboya, “los españoles son ingobernables”, pues, a pesar del largo periodo actual de paz y progreso en libertad, de nuevo, con la irrupción de radicalismos populistas el desencuentro de los españoles es cada vez mayor y el marco de derechos y también de obligaciones (comenzando por defender y acatar la legalidad constitucional), contemplados en Nuestra Carta Magna, está cada vez más amenazado apuntando con ello a una preocupante España, nuevamente ingobernable, cuando, si los representantes políticos democráticos de un pueblo son incapaz de aprender de los errores históricos cometidos en el pasado, se condena a ese pueblo al fracaso rotundo en el futuro…..y por desgracia ésta parece ser la opción actual, con el descomunal desencuentro entre los líderes de los dos partidos moderados mayoritarios, garantes de la estabilidad democrática, como son el PP de Feijóo, encadenado hoy al populismo de Vox, y el PSOE de Sánchez, encadenado hoy no sólo ya al populismo de Sumar, sino al secesionismo radical y totalitario de Bildu y ERC, y, muy especialmente, al de Junts, cuyo líder, fugado de la Justicia, tiene de momento la llave para decidir el futuro gobierno de España, eso sí, con leoninas exigencias chantajistas. Es obvio que, de seguir así, hemos aprendido bien poco de nuestra historia.

            En efecto, hoy asistimos a una intolerable e irresponsable ingobernabilidad con la pretensión malévola de imponer un “cordón sanitario” al partido más radical a la derecha (Vox), siendo el tercero más votado con el 12´4% de votos, pero sin hacer lo propio con los más radicales a la izquierda (Sumar), cuartos en votos con el 12´3%, ni, lo que es peor aún, con los radicalismos separatistas totalitarios (ERC, Junts, EHBildu y también el PNV) que, entre todos ellos, ni alcanzan el 7% de los votos, pues PP (con el 33´1% de votos y 137 diputados) y PSOE (con el 31´7% y 121 escaños) son incapaces de interpretar lo que..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario