sábado, 19 de agosto de 2023

PULPO, ANIMAL DE COMPAÑÍA

                         Nada que objetar a la legalidad y legitimidad de lo sucedido en la constitución de las nuevas Cortes Generales y, por tanto, felicitar a la socialista Francina Armengol por haber sido elegida Presidenta del Congreso con mayoría absoluta de 178 votos (dos más de los necesarios) y al popular Pedro Rollán por haber sido elegido Presidente del Senado también con mayoría absoluta de 142 votos (12 más de los exigidos). No obstante y en honor a la verdad, cabe matizar que Rollán ha obtenido el cargo con los votos de su partido y el voto en blanco de 114 senadores (incluidos los 88 socialistas, además de los nacionalistas), frente a los tres de Vox que han votado a su candidato Ángel Pelayo Gordillo, mientas que Armengol ha obtenido el cargo con los votos de su partido (121), los de la variopinta plataforma de izquierdas Sumar (31) y los de los partidos periféricos nacionalistas y secesionistas, tanto de izquierdas como de derechas (26 en total), frente a la candidata del PP, Gamarra, con 139 votos (137 del PP y 2 de UPN y CC respectivamente) y frente al candidato de Vox, Gil Lázaro, con los 33 votos de su formación política. Cabe pues felicitar a ambos presidentes, que, obviamente, obtienen idéntica legitimidad para ostentar y ejercer sus respectivos cargos, aunque, no obstante, desde el punto de vista político, quepa también matizar las diferencias sustanciales de cómo lo ha obtenido cada uno de ello, pues si en el Senado es obvio que todos, absolutamente todos, tienen claro que la derecha ganó con contundencia (no caben interpretaciones a su indiscutible e indiscutida mayoría absoluta) y así lo reconocen los distintos grupos con su voto en blanco, por el contrario en el Congreso, donde, sin tanta contundencia, sucede lo propio, hay una preocupante distorsión democrática tras la interpretación de sus señorías sobre lo que los ciudadanos han votado, pues, curiosamente, la izquierda con 166 escaños (121 del PSOE, 31 de Sumar, 7 de ERC, 6 de Bildu, 1 de BNG) se alza con la victoria frente a la derecha que tiene 184 diputados (137 del PP, 33 de Vox, 7 de Junts, 5 de PNV, 1 de UPN y 1 de CC). ¡Qué ha pasado pues para dicha anomalía en la interpretación que hacen sus señorías sobre quién ha ganado en las urnas! Pues sencillamente lo que ha pasado, a diferencia de lo sucedido en el Senado (con mayoría absoluta del PP), es que Sánchez ha pactado con la derecha nacional-secesionista en el Congreso, como muchos ya presumíamos y así lo hemos dicho, para que ésta, a diferencia del Senado donde se abstiene, vote a la izquierda no ya sólo para controlar la Mesa de la Cámara Baja sino que se presume también que lo hará para que él pueda ser de nuevo investido presidente del Gobierno, un gobierno, como el anterior, que se autodenomina cínicamente de “izquierdas y progresista” pero apoyado por la derecha más tradicionalista y regresiva, lo que, sin duda, es un contrasentido y un disparate morrocotudo, salvo que los ciudadanos aceptemos al fin que “pulpo es un animal de compañía”. Sin duda es, no ya lo que ha pasado con la dirección del Congreso, que algunos teníamos bien claro conociendo el percal, sino lo que va a pasar también con la investidura, y, más claro aún, con la ruptura entre PP y Vox porque los populares no le ceden un sillón a los de Abascal en la Mesa del Congreso, a diferencia de lo que hace el PSOE de Sánchez dispuesto a ceder lo que haga falta con tal de obtener los apoyos de quién sea y cómo sea para consolidar sus objetivos políticos y personales, aplicando aquello de que el fin justifica los medios. Al final la derecha, a pesar de su victoria global en las urnas, se queda con la derrota en los despachos, ya que es obvio que, tal como está el patio, sale vencedor el que más tragaderas tenga y más arriesgue; pero los ciudadanos no nos merecemos todo esto, ni por parte de unos o de otros….. ¿o sí?. Bueno, seguro de que si aceptamos “pulpo como animal de compañía” sin crítica alguna, nos lo merecemos sobradamente, pues ya lo que falta es que además de todo este teatro, encima nos engañen para convencernos de que lo mejor que nos puede pasar es ese  “gobierno de izquierdas progresista” que se avecina, el segundo acto del insostenible “gobierno Frankenstein” que acabó finalmente como el rosario de la aurora, pero que ahora tendrá cuatro años más, si es que lo consigue, para seguir capeando el temporal…..y más de lo mismo.

            En efecto, ni se entiende el eufórico aplauso de la bancada de la izquierda para recibir a Sánchez tras haber perdido las elecciones y situar al PSOE en segunda fuerza política (cuando era la primera), ni se entiende el casi eterno y cariñoso abrazo de Yolanda Díaz con el Presidente, quien incluso mostraba gestos de incomodidad por la efusividad de la comunista, sentada estratégicamente al lado de él con claro afán de protagonismo personal, cuando en vez de Sumar, le resta apoyos al actual gobierno de coalición que, de reeditarse, pasaría de contar con los 155 diputados actuales (120 del PSOE y 35 de UPodemos) a 152 (121 del PSOE y 31 de Sumar). Por tanto, salvo que demos por bueno “pulpo como animal de compañía”, sólo cabe entender tanto entusiasmo y alegría compartida para celebrar que..... (sigue leyendo en  Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

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