martes, 22 de agosto de 2023

EL ESTADO COMO MONEDA DE CAMBIO

                         Aunque quienes miran con cierta miopía la situación y sólo quieren apostar por el regate corto, sin proyección de futuro, el panorama que tenemos tras las elecciones generales y la gestión del gobierno de coalición minoritario PSOE-UPodemos, apoyado por secesionistas y radicales, es más que peligroso, pues el Estado de Derecho no se puede poner en ninguna negociación de gobernabilidad como moneda de cambio para desbloquearla ya que es la garantía de nuestra convivencia en paz y libertad. Y como, visto lo visto, buena parte de las minorías desestabilizadoras no están por la labor de garantizar la gobernabilidad gratuitamente en pos del bien supremo de consolidar el Estado de Derecho, sino todo lo contrario, debieran ser nuevas elecciones las que resolvieran el asunto en vez de decidirlo en el mercado de los despachos a cambio de cesiones que rozan o traspasan la legalidad establecida. En efecto, si los chanchullos, ventas y reventas, cinismos y trucos ideológicos o procedimentales difuminan de tal forma el resultado de los comicios al extremo de que se pone en duda quien debe gobernarnos, lo más prudente es que de nuevo se pronuncien los españoles en las urnas en vez de calcular en los despachos, con nocturnidad y alevosía, quien tiene más capacidad para vender o comprar, a plazos o al contado, nuestro Estado de Derecho contemplado en la Constitución, todavía vigente, que los españoles nos dimos en 1978, para enmarar nuestra convivencia en paz, progreso y libertad. Y en esta tarea es evidente que tienen la mayor parte de responsabilidad el PSOE y el PP, que han gobernado desde entonces nuestro país con mayor o menor acierto pero sin poner jamás en peligro, como sucede ahora, la estabilidad democrática, pues entre los dos partidos ostentan la mayoría, más que absoluta, no sólo en las Cortes Generales sino, obviamente, en la sociedad española en su conjunto, frente a minorías chantajistas y más o menos antidemocráticas que alardean ante sus clientelas de sus posiciones totalitarias, ante el estupor de la inmensa mayoría de los españoles. Sin embargo, lamentablemente, no es así pues Sánchez y Feijóo, siguen en su pugna por una investidura incierta en vez de sentarse para desbloquear la situación y firmar un pacto de Estado que erradicase tajantemente negociar con quienes pongan encima de la mesa exigencias que no sean meridianamente ajustadas a Derecho, por legítimas que éstas pudieran ser, entre otras cosas porque, si no se ajustan a lo emanado por la Constitución y en su marco, nadie, absolutamente nadie, salvo el pueblo español soberano en su conjunto tiene la potestad de aceptarlas y, de una vez por todas, hay que dejarlo bien claro sin cinismos estratégicos ni ambigüedades calculadas que empeoran incluso la situación. Entretanto, ya iniciada la ronda de consultas por parte del Jefe del Estado, Felipe VI, con los partidos políticos para elegir candidato a la investidura, ninguno de los dos potenciales candidatos, ni Feijóo ni Sánchez, cuenta con la mayoría de diputados para ser investidos con éxito, mientras los partidos independentistas en su conjunto, salvo el PNV, dejan plantado al Rey y ni siquiera comparecerán ante él para decirle, como está establecido, cuál es su posición de cara a la investidura, lo que, de entrada, ya debiera invalidarles como negociadores de la misma, mientras los socialistas, que nada dicen al respecto, sostienen que es “una pérdida de tiempo” que Feijóo sea candidato a una investidura fallida, esperando que la de Sánchez, de momento también fallida, consiga los apoyos necesarios si consigue que Junts, cuando fracase Feijóo, se sume a Sumar, ERC, BNG, PNV y EHBildu (ya ven, cada uno de un padre y una madre) ya que para ser investido necesita la concurrencia de todos ellos en su conjunto, obviamente mediante la concesión de sus respectivas exigencias, muchas de ellas de clarísima inconstitucionalidad.

            No obstante Sánchez, tras optar por una investidura “pronto” al entender que lo facilitaba el cambio de Junts porque “han entrado en el juego” en la Mesa del Congreso, se resigna, visto lo visto, a que Feijóo pueda intentar primero una fallida investidura tras no obtener él el apoyo, claro y concreto, de ERC y Junts, antes de su reunión hoy con el Rey, aunque, está seguro de que el líder del PP fracasará mientras él gana tiempo para seguir negociando con Junts, el más duro de roer por su manifiesto totalitarismo, ya que, de momento, ante el Jefe del Estado, sólo cuenta, además de Sumar, con el “sí” de Bildu, no expresado por Otegi ante el Rey. En definitiva, Sánchez, al no contar tampoco con mayoría, facilitará la investidura “fallida” de Feijóo para que asuma su “fracaso” y mientras tanto Junts, con el prófugo Puigdemont a la cabeza y tan solicitado por Sánchez, no sólo exige la ilegal amnistía (además del ilegal referéndum de autodeterminación) sino que pide ampliarla a..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

 

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