miércoles, 30 de agosto de 2023

EL PARIPÉ

                         En víspera del encuentro Feijóo-Sánchez de hoy, claramente abocado a un desencuentro incomprensible, el Gobierno en funciones acusa de “paripé” al candidato propuesto por el Rey como líder de la lista más votada (ya que el Presidente en funciones tampoco le acreditaba tener asegurada la mayoría parlamentaria necesaria, sino incluso menos apoyos que los acreditados por Feijóo) y, dado que “paripé” significa “engaño o fingimiento para guardar las apariencias o para conseguir lo que se desea”, me temo que, si cabe aplicarlo a alguien, no es precisamente aplicable en este caso al candidato propuesto, quien desde el inicio ha dejado claro ante el Jefe del Estado que sólo contaba con 172 escaños (los de PP, Vox, CC y UPN, tal como le habían ratificado a Felipe VI), frente a un Sánchez que sólo pudo acreditarle en concreto 152 apoyos (los de PSOE y Sumar) o poco más, ya que buena parte de sus supuestos socios ni siquiera quisieron comparecer ante el Monarca para ratificarlo, y cuando en otras ocasiones con menos diputados de los que ahora acredita Feijóo han sido investidos otros presidentes como Rajoy en 2015 con 170 o como el propio Sánchez con 167 en 2019, lo que, en principio, avala que no es descabellado, ni es un “paripé” pretender ser investido con 172 escaños y siendo además claramente el líder del partido más votado por los españoles. ¿Quién engaña o finge para guardar las apariencias o conseguir lo que desea? Desde luego, en este caso, no es el PP ni Feijóo, quien ya ha dejado claro que le faltan cuatro escaños para ser investido y que, al efecto, se va a reunir con todos (menos con Bildu) para ver si los consigue, aunque comete el error garrafal de no excluir también al único que debiera ser excluido, Junts, dado que sus dirigentes están fugados de la Justicia o condenados por ella al haber cometido graves delitos contra el Estado de Derecho, por más indultos que luego Sánchez les haya regalado y se disponga ahora a concederle lo que sea para que le invistan a él. Es inadmisible y cínico pues que el Gobierno en funciones, por boca de su portavoz Isabel Rodríguez, califique de “paripé” las negociaciones emprendidas por el líder del PP tras ser designado candidato y diga que suponen una “pérdida de tiempo”, cuando el PSOE por su parte, hace lo propio por si, como se prevé y algunos ya sabemos o intuimos, fracasa la investidura de Feijóo, y de lo que se trate es de que, como algunos pensamos, quien realmente esté haciendo el “paripé” sea Sánchez al tener todo el pescado ya vendido y la investidura amarrada tras someterse al chantaje y conceder graves y problemáticas cesiones a Junts a cambio de sus imprescindibles votos para ser investido. Sólo así se puede entender que Moncloa desprecie, antes de escucharla, la oferta de pactos de Estado que Feijóo le propone en la reunión de hoy a la que Sánchez ha acudido, según él, por “pura cortesía”; oferta consistente en que sendos partidos mayoritarios se avengan a configurar un Gabinete de Concentración de sólo dos años para acometer juntos las reformas estructurales necesarias para una mejor gobernabilidad en el futuro y luego convocar elecciones, frenando con ello, entre otros, a un eufórico Puigdemont, que observa como el Ejecutivo ya anda enredado en buscar un torticero encaje legal para que, a cambio de sus votos, se conceda una especie de amnistía y, entre otros, él mismo no tenga que rendir cuentas a la Justicia (asunto que, en todo caso, sólo tiene sentido en los Estados Totalitarios pero no en los Democrático). Sólo así se puede llegar a entender que quienes están haciendo el “paripé” son el PSOE de Sánchez y el Junts de Puigdemont, para intentar ambos con ello vender de la mejor forma posible a los ciudadanos tal felonía contra el Estado de Derecho, pretendiendo además hacerlo de forma camuflada y sin control consultivo mediante una proposición de ley para evitar el control del Consejo de Estado. Una amnistía que ERC (otro que tal baila) ya da por hecha, mientras elude sentarse con el candidato Feijóo ni siquiera para hablar y mientras éste al final se resigna a liderar la oposición y avisa del “abismo político, territorial, existencial y económico”, aunque no ceje en su empeño de buscar su investidura hasta el final en su apertura del nuevo curso político tras las vacaciones avisando sobre la negociación de que “hablar sí, dialogar también; pero chantajes no, subastas no” y dejando claro que moverá todos los hilos políticos, sociales y económicos para intentar conseguir su investidura como le ha mandatado el Jefe del Estado, aunque sabe que ello será prácticamente imposible ante un Ejecutivo que está dispuesto a todo con tal de seguir en el poder al precio que sea a pesar de no haber ganado los comicios y pasar a ser segunda fuerza política, cuando era la primera antes de los comicios.

            Y ante este panorama, obviamente, la reunión Feijóo-Sánchez acaba como el rosario de la aurora, con el rechazo del Presidente en funciones de las propuestas del líder del PP, mientras Sumar (eufemismo o “paripñe” del desprestigiado UPodemos) acaba de elaborar un primer informe técnico favorable a la torticera Amnistía basado en la actual Ley de Enjuiciamiento Criminal, aunque sus tesis choquen con..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/).

 

sábado, 26 de agosto de 2023

FEIJÓO, CANDIDATO

                         El Jefe del Estado, como no podía ser de otra forma, propone a Feijóo, líder del partido más votado, como candidato en primera instancia para intentar formar gobierno, tarea harto difícil (cuando no imposible), dado el boicot que el resto de partidos, salvo Vox, UPN y CC le hacen al PP provocando con ello casi la imposibilidad de una alternancia política en España. Y Felipe VI propone a Feijóo tras constatar en la ronda de consultas que, aunque a Feijóo le faltan cuatro escaños para llegar a la mayoría absoluta (tiene 172 tras reconducir su relación con Vox y se necesitan 176 o que alguien se abstenga), Pedro Sánchez, líder del segundo partido más votado, tiene menos aún pues a día de hoy sólo le han asegurado al Jefe del Estado que cuenta con 152 escaños (los 121 del PSOE y los 31 de Sumar), dado que los independentistas Junts, ERC y Bildu (20 escaños en total) han plantado al Monarca y ni siquiera han comparecido ante él, mientras juegan públicamente a marear la perdiz y al chantaje, exigiendo contrapartidas, incluso ilegales e inconstitucionales, para decidirse a apoyar la investidura del actual Presidente de Gobierno en funciones, aunque para muchos el acuerdo ya se da por hecho y sólo se trata de postureo y de ganar tiempo para que, una vez fracasada la investidura de Feijóo, presentar la alternativa con el mantra de evitar repetición electoral. En todo caso, Felipe VI y Zarzuela dejan claro que proponen a Feijóo, el ganador de los comicios, porque “es costumbre” designar al candidato más votado y porque además “a día de hoy”, tras las consultas, “no se ha constatado la existencia de una mayoría que hiciera decaer esta práctica”, con lo que el Jefe del Estado protege, una vez más, la normalidad institucional, consistente en que el más votado intente la investidura, frente al criterio torticero de quienes pretenden lo contrario, como, entre otros, Podemos, integrado ahora en Sumar, que cree que, contra lo establecido, el Rey no tiene la potestad de decidir candidato y manifiesta que “es una intromisión”…..y que conste que éstos, Podemos y Sumar, son de los más presentables aliados de Sánchez comparados con los secesionistas radicales totalitarios que siguen en sus trece de bordear e incumplir la Constitución, mientras Sánchez, en vez de dejar bien claro y rotundo que no son negociables asuntos como la amnistía o el referéndum de autodeterminación, que le exigen para apoyar su investidura, se limita a manifestar genéricamente que “todo lo que se tramite debe hacerse de acuerdo con la Ley”, mientras su PSOE busca encajar como sea una presunta legalidad de la amnistía pues el Presidente ya no la esconde mientras negocia el “sí” con Puigdemont y, tras pedirle al Rey que le nomine a él como candidato atribuyéndole que en caso contrario propone una investidura que sabe que será “fallida” (ya ven, la suya con menos votos acreditados, no lo es) se atreve a garantizar al Rey que “está en condiciones” de ser presidente y confía en que el Tribunal Constitucional (bien lejos me lo fiais) le ayude a cumplir las exigencias (o chantajes) del independentismo ya que “el diálogo es el método y la Constitución es el marco”, olvidando que, precisamente por eso que dice, no se puede negociar asuntos que quedan fuera de la legalidad enmarcada en la Carta Magna, ni forzar su encaje en la misma con teorías peregrinas, y que, por tanto, el diálogo sobre ellos en el mejor de los casos es ocioso de cara a una indeseable negociación…… Si, visto lo visto, Sánchez y su PSOE quieren asumir como propias las reivindicaciones ilegales del secesionismo radical, que lo haga de una vez por todas, como debe de hacerse, proponiéndolo en su programa electoral con la esperanza de hacerlo mayoritario en las Cortes y conseguirlo de forma legal, pero, en caso contrario, que deje de marear la perdiz inútilmente con complicadas equidistancias intolerables sobre el asunto, pues lo que no puede ser no es y además es imposible.

            Pero, ya ven, Sánchez, contra lo que defendía, ya no defiende que una amnistía “no cabe en la Constitución” (pero que conste que, según él, no es que mienta sino que cambia de opinión) y afirma ahora que eso corresponde al TC, mientras, una vez activado el reloj para una repetición electoral con la nominación de Feijóo, Moncloa busca desesperadamente fórmulas para satisfacer al prófugo Puigdemont, cuando Armengol concede un mes al candidato acordando que la sesión de investidura sea el 26-27 de septiembre, asumiendo el candidato que, aunque le gustaría tener más tiempo para negociar, es ella quien tiene la potestad de elegir el calendario. Fórmulas para contentar a Puigdemont como es la utilización del “diputado prestado” para que Junts, sin haberlo conseguido en las urnas, tenga grupo propio en el Congreso gracias a que Sánchez, aplicando un criterio insólito, le presta cuatro diputados para...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

 

martes, 22 de agosto de 2023

EL ESTADO COMO MONEDA DE CAMBIO

                         Aunque quienes miran con cierta miopía la situación y sólo quieren apostar por el regate corto, sin proyección de futuro, el panorama que tenemos tras las elecciones generales y la gestión del gobierno de coalición minoritario PSOE-UPodemos, apoyado por secesionistas y radicales, es más que peligroso, pues el Estado de Derecho no se puede poner en ninguna negociación de gobernabilidad como moneda de cambio para desbloquearla ya que es la garantía de nuestra convivencia en paz y libertad. Y como, visto lo visto, buena parte de las minorías desestabilizadoras no están por la labor de garantizar la gobernabilidad gratuitamente en pos del bien supremo de consolidar el Estado de Derecho, sino todo lo contrario, debieran ser nuevas elecciones las que resolvieran el asunto en vez de decidirlo en el mercado de los despachos a cambio de cesiones que rozan o traspasan la legalidad establecida. En efecto, si los chanchullos, ventas y reventas, cinismos y trucos ideológicos o procedimentales difuminan de tal forma el resultado de los comicios al extremo de que se pone en duda quien debe gobernarnos, lo más prudente es que de nuevo se pronuncien los españoles en las urnas en vez de calcular en los despachos, con nocturnidad y alevosía, quien tiene más capacidad para vender o comprar, a plazos o al contado, nuestro Estado de Derecho contemplado en la Constitución, todavía vigente, que los españoles nos dimos en 1978, para enmarar nuestra convivencia en paz, progreso y libertad. Y en esta tarea es evidente que tienen la mayor parte de responsabilidad el PSOE y el PP, que han gobernado desde entonces nuestro país con mayor o menor acierto pero sin poner jamás en peligro, como sucede ahora, la estabilidad democrática, pues entre los dos partidos ostentan la mayoría, más que absoluta, no sólo en las Cortes Generales sino, obviamente, en la sociedad española en su conjunto, frente a minorías chantajistas y más o menos antidemocráticas que alardean ante sus clientelas de sus posiciones totalitarias, ante el estupor de la inmensa mayoría de los españoles. Sin embargo, lamentablemente, no es así pues Sánchez y Feijóo, siguen en su pugna por una investidura incierta en vez de sentarse para desbloquear la situación y firmar un pacto de Estado que erradicase tajantemente negociar con quienes pongan encima de la mesa exigencias que no sean meridianamente ajustadas a Derecho, por legítimas que éstas pudieran ser, entre otras cosas porque, si no se ajustan a lo emanado por la Constitución y en su marco, nadie, absolutamente nadie, salvo el pueblo español soberano en su conjunto tiene la potestad de aceptarlas y, de una vez por todas, hay que dejarlo bien claro sin cinismos estratégicos ni ambigüedades calculadas que empeoran incluso la situación. Entretanto, ya iniciada la ronda de consultas por parte del Jefe del Estado, Felipe VI, con los partidos políticos para elegir candidato a la investidura, ninguno de los dos potenciales candidatos, ni Feijóo ni Sánchez, cuenta con la mayoría de diputados para ser investidos con éxito, mientras los partidos independentistas en su conjunto, salvo el PNV, dejan plantado al Rey y ni siquiera comparecerán ante él para decirle, como está establecido, cuál es su posición de cara a la investidura, lo que, de entrada, ya debiera invalidarles como negociadores de la misma, mientras los socialistas, que nada dicen al respecto, sostienen que es “una pérdida de tiempo” que Feijóo sea candidato a una investidura fallida, esperando que la de Sánchez, de momento también fallida, consiga los apoyos necesarios si consigue que Junts, cuando fracase Feijóo, se sume a Sumar, ERC, BNG, PNV y EHBildu (ya ven, cada uno de un padre y una madre) ya que para ser investido necesita la concurrencia de todos ellos en su conjunto, obviamente mediante la concesión de sus respectivas exigencias, muchas de ellas de clarísima inconstitucionalidad.

            No obstante Sánchez, tras optar por una investidura “pronto” al entender que lo facilitaba el cambio de Junts porque “han entrado en el juego” en la Mesa del Congreso, se resigna, visto lo visto, a que Feijóo pueda intentar primero una fallida investidura tras no obtener él el apoyo, claro y concreto, de ERC y Junts, antes de su reunión hoy con el Rey, aunque, está seguro de que el líder del PP fracasará mientras él gana tiempo para seguir negociando con Junts, el más duro de roer por su manifiesto totalitarismo, ya que, de momento, ante el Jefe del Estado, sólo cuenta, además de Sumar, con el “sí” de Bildu, no expresado por Otegi ante el Rey. En definitiva, Sánchez, al no contar tampoco con mayoría, facilitará la investidura “fallida” de Feijóo para que asuma su “fracaso” y mientras tanto Junts, con el prófugo Puigdemont a la cabeza y tan solicitado por Sánchez, no sólo exige la ilegal amnistía (además del ilegal referéndum de autodeterminación) sino que pide ampliarla a..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

 

sábado, 19 de agosto de 2023

PULPO, ANIMAL DE COMPAÑÍA

                         Nada que objetar a la legalidad y legitimidad de lo sucedido en la constitución de las nuevas Cortes Generales y, por tanto, felicitar a la socialista Francina Armengol por haber sido elegida Presidenta del Congreso con mayoría absoluta de 178 votos (dos más de los necesarios) y al popular Pedro Rollán por haber sido elegido Presidente del Senado también con mayoría absoluta de 142 votos (12 más de los exigidos). No obstante y en honor a la verdad, cabe matizar que Rollán ha obtenido el cargo con los votos de su partido y el voto en blanco de 114 senadores (incluidos los 88 socialistas, además de los nacionalistas), frente a los tres de Vox que han votado a su candidato Ángel Pelayo Gordillo, mientas que Armengol ha obtenido el cargo con los votos de su partido (121), los de la variopinta plataforma de izquierdas Sumar (31) y los de los partidos periféricos nacionalistas y secesionistas, tanto de izquierdas como de derechas (26 en total), frente a la candidata del PP, Gamarra, con 139 votos (137 del PP y 2 de UPN y CC respectivamente) y frente al candidato de Vox, Gil Lázaro, con los 33 votos de su formación política. Cabe pues felicitar a ambos presidentes, que, obviamente, obtienen idéntica legitimidad para ostentar y ejercer sus respectivos cargos, aunque, no obstante, desde el punto de vista político, quepa también matizar las diferencias sustanciales de cómo lo ha obtenido cada uno de ello, pues si en el Senado es obvio que todos, absolutamente todos, tienen claro que la derecha ganó con contundencia (no caben interpretaciones a su indiscutible e indiscutida mayoría absoluta) y así lo reconocen los distintos grupos con su voto en blanco, por el contrario en el Congreso, donde, sin tanta contundencia, sucede lo propio, hay una preocupante distorsión democrática tras la interpretación de sus señorías sobre lo que los ciudadanos han votado, pues, curiosamente, la izquierda con 166 escaños (121 del PSOE, 31 de Sumar, 7 de ERC, 6 de Bildu, 1 de BNG) se alza con la victoria frente a la derecha que tiene 184 diputados (137 del PP, 33 de Vox, 7 de Junts, 5 de PNV, 1 de UPN y 1 de CC). ¡Qué ha pasado pues para dicha anomalía en la interpretación que hacen sus señorías sobre quién ha ganado en las urnas! Pues sencillamente lo que ha pasado, a diferencia de lo sucedido en el Senado (con mayoría absoluta del PP), es que Sánchez ha pactado con la derecha nacional-secesionista en el Congreso, como muchos ya presumíamos y así lo hemos dicho, para que ésta, a diferencia del Senado donde se abstiene, vote a la izquierda no ya sólo para controlar la Mesa de la Cámara Baja sino que se presume también que lo hará para que él pueda ser de nuevo investido presidente del Gobierno, un gobierno, como el anterior, que se autodenomina cínicamente de “izquierdas y progresista” pero apoyado por la derecha más tradicionalista y regresiva, lo que, sin duda, es un contrasentido y un disparate morrocotudo, salvo que los ciudadanos aceptemos al fin que “pulpo es un animal de compañía”. Sin duda es, no ya lo que ha pasado con la dirección del Congreso, que algunos teníamos bien claro conociendo el percal, sino lo que va a pasar también con la investidura, y, más claro aún, con la ruptura entre PP y Vox porque los populares no le ceden un sillón a los de Abascal en la Mesa del Congreso, a diferencia de lo que hace el PSOE de Sánchez dispuesto a ceder lo que haga falta con tal de obtener los apoyos de quién sea y cómo sea para consolidar sus objetivos políticos y personales, aplicando aquello de que el fin justifica los medios. Al final la derecha, a pesar de su victoria global en las urnas, se queda con la derrota en los despachos, ya que es obvio que, tal como está el patio, sale vencedor el que más tragaderas tenga y más arriesgue; pero los ciudadanos no nos merecemos todo esto, ni por parte de unos o de otros….. ¿o sí?. Bueno, seguro de que si aceptamos “pulpo como animal de compañía” sin crítica alguna, nos lo merecemos sobradamente, pues ya lo que falta es que además de todo este teatro, encima nos engañen para convencernos de que lo mejor que nos puede pasar es ese  “gobierno de izquierdas progresista” que se avecina, el segundo acto del insostenible “gobierno Frankenstein” que acabó finalmente como el rosario de la aurora, pero que ahora tendrá cuatro años más, si es que lo consigue, para seguir capeando el temporal…..y más de lo mismo.

            En efecto, ni se entiende el eufórico aplauso de la bancada de la izquierda para recibir a Sánchez tras haber perdido las elecciones y situar al PSOE en segunda fuerza política (cuando era la primera), ni se entiende el casi eterno y cariñoso abrazo de Yolanda Díaz con el Presidente, quien incluso mostraba gestos de incomodidad por la efusividad de la comunista, sentada estratégicamente al lado de él con claro afán de protagonismo personal, cuando en vez de Sumar, le resta apoyos al actual gobierno de coalición que, de reeditarse, pasaría de contar con los 155 diputados actuales (120 del PSOE y 35 de UPodemos) a 152 (121 del PSOE y 31 de Sumar). Por tanto, salvo que demos por bueno “pulpo como animal de compañía”, sólo cabe entender tanto entusiasmo y alegría compartida para celebrar que..... (sigue leyendo en  Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

jueves, 17 de agosto de 2023

LAS CARTAS BOCA ARRIBA

                         Se acabó lo que se daba, pues con la obligada constitución de las nuevas Cortes Generales ha llegado la hora de la verdad y, en definitiva, de poner las cartas boca arriba provocando que, por fin, los ciudadanos sepamos quién está jugando de farol y quién se estaba guardando un as bajo la manga. A lo largo del día de hoy sabremos quién va a controlar desde la Mesa del Congreso de los Diputados la nueva Legislatura que comienza y, al efecto, cada una de sus nuevas señorías tendrá que retratarse votando la Presidencia y el resto de componentes del órgano director de la Cámara Baja, preludio indiscutible de lo que dentro de bien poco sucederá con el Ejecutivo de España para los próximos tiempos. Fuera pues los faroles, los postureos y los chantajes; fuera los oscurantismos negociadores, las cesiones y el chalaneo con nocturnidad y alevosía….los españoles, por fin sabremos de qué va esta película de misterio, cuando debiera ser una película realista y basada en el guion que los propios ciudadanos acaban de escribir en las urnas, pero que han de interpretar a su manera sus señorías tal como está establecido para mayor gloria de la intriga y el oscurantismo, aunque para muchos, los menos ingenuos, está bastante claro lo que va a suceder. De momento dos candidatas en la lucha para presidir la Cámara Baja: la socialista Armengol y la popular Gamarra, ambas cuentan en principio con 171 votos (según manifestaciones hechas por los distintos grupos), aunque la popular da por hecho que también la apoyará el diputado de Coalición Canaria. La incógnita, en principio, la pone el prófugo Puigdemont que llega a la cita sin revelar a cuál de las dos candidatas apoyarán sus siete parlamentarios, con lo que el protagonista indiscutible de la jornada es Junts que, sin duda, desequilibrará la balanza y decidirá el signo político que dirigirá el Congreso y, por ende, el del próximo Gobierno de España, aunque, para no pocos, la incógnita ya está despejada de antemano, pues, al margen de los estratégicos postureos, tienen claro qué va a hacer Junts, siendo obvio que no apostará por quien le pone más difíciles a sus pretensiones secesionistas. Ya de entrada, Sánchez, en pro de sus intereses personales, ha apartado a la, hasta hoy, Presidenta del Congreso, Batet, para nominar candidata a Armengol, más del gusto del secesionismo, como ha demostrado en su anterior gestión como Presidenta de Baleares con políticas coincidentes en muchos aspectos con las reivindicaciones del separatismo catalanista. Por tanto, para muchos, las cartas ya están boca arriba, aunque siempre queda margen mínimo para cualquier sorpresa pues del fugado Puigdemont se puede esperar cualquier cosa….y eso es lo que, al menos aparentemente, teme Sánchez a pesar de sus evidentes esfuerzos por contentar al separatismo a cambio de sus votos que el ex president catalán huido quiere vender más caro y, por supuesto, no se conforma (o eso parece) con que las Cortes Españolas (bueno, la Cámara Baja, ya que la Alta está en manos del PP) las dirija una persona con más cercanía política hacia el secesionismo de lo que, con total seguridad, han manifestado los españoles en las urnas; y tampoco se conforma con la última cesión de Sánchez ofreciendo el uso del catalán en las instituciones europeas, pues directamente no se fía de las promesas del Presidente y, al menos de cara a la galería, reclama, a diferencia de ERC, “hechos comprobables” para dar su voto, mientras Sánchez pide el apoyo de Junts para “superar los conflictos” y mientras Yolanda Díaz, haciendo el juego sucio a Sánchez, negocia “al máximo nivel” con el separatismo y Belarra, otra que tal baila, mantiene el enfrentamiento interno en Sumar plantando a Díaz y pidiendo la amnistía, asumiendo así la petición de Junts, que Sumar, algo más pragmática, ha decidido no apoyar abiertamente.

            Y mientras el mago Sánchez vende a Junts lo mismo que vendió a ERC hace un año (y así le ha ido a Esquerra en las elecciones), el prófugo Puigdemont, más descerebrado, lleva al límite su poder hasta el último momento para controlarle, aunque el Ejecutivo, curiosamente es optimista ya que PSOE y Junts, entre bambalinas, acercan posturas dando la sensación de que, aunque todo está ya pactado, todo está abierto de cara a la inminente votación por más incógnitas que Puigdemont quiera mantener hasta el final, a la que se quiere sumar ERC advirtiendo a Sánchez de que  no dé por seguro su apoyo a Armengol, lo que causa hilaridad generalizada ya que todo el mundo sabe que Rufián y compañía van a seguir apostando por las promesas negociadoras de algo que es imposible negociar. Por su parte Feijóo, más ingenuo que ninguno, sabiendo que con el rechazo, tanto de..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

 

lunes, 14 de agosto de 2023

LA ZORRA Y LAS GALLINAS

                         Hay que ser irresponsables y temerarios para poner a la zorra cuidando a las gallinas del gallinero y más aún si, en todo caso, no se toman previamente las medidas de protección del mismo para que nadie, ni siquiera la zorra, por sumisa que se muestre, pueda tener acceso al mismo, pues en ese caso el desastre para las gallinas, antes o después, es inevitable. Es de puro sentido común, aunque, dadas las circunstancias, parece que nuestros políticos no se enteran del asunto ya que los aspirantes a gobernar nuestro Estado de Derecho (nuestro gallinero), diseñado libremente en nuestra Constitución, pretenden compartir el cuidado y la mejora del mismo con la ayuda de quienes, como la zorra, lo que buscan es debilitarlo y destruirlo. Evidentemente, todo apunta a que el PSOE de Sánchez y, al parecer, también el PP de Feijóo, buscan un pacto de investidura con los enemigos del actual Estado de Derecho (los secesionistas radicales), ya condenados por haber cometido graves delitos contra el mismo, y, al efecto, buscan ponerle la alfombra roja sin condiciones previas de expresa renuncia a sus perversas y totalitarias intenciones, a pesar de que, por el contrario, incluso hacen gala de sus delincuenciales comportamientos. Es más, para semejante temeridad irresponsable, nuestros gobernantes se disponen incluso a forzar los reglamentos y las leyes al extremo de que la zorra se sienta incluso más fuerte de lo que es, como sucede con la inminente constitución de las Cortes Generales del próximo jueves (paso previo y moneda de cambio para la posterior investidura) en que nuestros gobernantes ya reservan un espacio destacado, no conseguido en las urnas, con el propósito de que los secesionistas tengan más voz, más medios y más autonomía en la defensa de sus obsesivas y totalitarias pretensiones separatistas, concediéndoles algún puesto en la Mesa del Congreso e incluso la posibilidad de tener grupo parlamentario propio, que no se han ganado en las urnas. Todo esto, obviamente, mediante el truco del almendruco, pues, en efecto, el Reglamento del Congreso exige que, para formar grupo parlamentario, se ha de tener 15 diputados o 10 senadores y, de no ser así, también se pueda obtener a partir de 5 diputados, pero siempre y cuando posea el 15% de los votos en todas las circunscripciones donde haya presentado candidatura o, en su defecto, el 5% en el conjunto del Estado, condiciones que para esta legislatura no cumplen los secesionistas y, por tanto, obligadamente habrían de pasar al grupo mixto…. Pero, ya saben que puesta la ley, puesta la trampa, y, al margen de los requisitos citados, se puede recurrir (para que no sea ilegal del todo) a la patética figura, “ad hoc”, del “diputado prestado”, es decir, a un torticero mecanismo por el que un grupo presta momentáneamente los diputados necesarios a otro grupo para que pueda formar grupo parlamentario propio y, una vez constituido el grupo, dichos “diputados prestados” se vuelven a su grupo original, con lo que, siendo reglamentario, es una forma torticera de distorsionar la representatividad parlamentaria real, dependiendo semejante proceder de la decisión política e interesada de unos u otros. Es lo que sucede cuando se anteponen los intereses personales sobre los intereses ideológicos generales, primero como demócratas y después como socialistas, liberales, conservadores o cualquier otra ideología democrática que cada uno tenga dado que la defensa del gallinero pasa inevitablemente por protegerlo de sus enemigos y no por potenciar y proteger precisamente a quienes quieren destruirlo, empezando por evitar siempre que la zorra cuide de las gallinas.

            Así las cosas, el PSOE acelera la negociación con ERC para atar la Mesa del Congreso y se compromete a que Esquerra tenga grupo parlamentario propio, mientras intenta recuperar en el Supremo el escaño perdido en Madrid para evitar que además tenga que necesitar el “sí” de Junts y no le baste su abstención para investir a Sánchez, por lo que recurre la decisión de la Junta Electoral para arrebatarle al PP el citado diputado ganado con el voto del exterior. Estamos en el inicio de las primeras cesiones a un soberanismo crecido por las circunstancias, que no por las urnas, en este caso, para controlar el Congreso, pues el Senado lo tiene perdido por la mayoría absoluta conseguida por el PP, como paso previo para lograr después una investidura que se presume muy tensa y poco favorable a los intereses del conjunto de los españoles. Una investidura sobre la que, de momento..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/).

 

jueves, 10 de agosto de 2023

EN MANOS DE JUNTS Y PNV

                         Es preocupante, muy preocupante, que la gobernabilidad de España dependa de lo que decidan Junts y PNV, dos partidos no de ámbito nacional, sino territorial, ambos de derechas, que tienen en sus manos decidir si en los próximos años el gobierno minoritario de España será monocolor y de derechas (es decir, un gobierno del PP, ganador de las elecciones, con el apoyo explícito de Vox y UPN, que le ceden gratis el “sí” y le permite postularse a una investidura con el apoyo de 171 escaños) o un gobierno multicolor de coalición, igualmente minoritario, de izquierdas, populistas y radicales (es decir un gobierno de PSOE y Sumar, que cuenta sólo con 152 diputados, si pactan los socialistas con la mayor coalición de la historia, autocalificada de “progresista” y creada por Yolanda Díaz para presentarse a las recientes elecciones y que agrupa nada menos que a veinte partidos de ámbito estatal y autonómico). En definitiva, ambas opciones de gobierno (o de desgobierno) están a la espera de lo que decida el resto de partidos (ERC, Junts, EHBildu, PNV, BNG y CC), por supuesto, si pactan las pertinentes contraprestaciones programáticas correspondientes, ya que ninguno de ellos (ni los de derecha Junts, PNV y CC con sus 13 escaños; ni los de izquierda ERC, EHBildu y BNG con sus 14 diputados) va a dar su apoyo gratis a vestidura alguna para que cualquiera de las dos opciones llegue a los ansiados 176 escaños, de la mayoría absoluta, o, en su defecto, ser la opción más votada en el Congreso de los Diputados, si alguno de ellos simplemente decide abstenerse. Pues bien, así las cosas, parecería que, en términos ideológicos izquierda-derecha, Feijóo contaría con ventaja sobre Sánchez al ser la lista más votada por los españoles y contar además con los votos “gratis” de Vox y UPN, lo que posibilitaría un gobierno monocolor, quedando su opción condicionada a lo que decidan los 13 escaños de derecha (Junts, PNV y CC), pues simplemente la abstención pactada de cualquiera de los dos primeros le bastaría al líder popular para ser investido presidente, ya que Sánchez en ese caso no le superaría en apoyos ni con todos los demás partidos votando a su favor. Sin embargo, sorprendente e insólitamente, ni Junts, ni PNV (CC le dejaría más cerca pero suficientemente), siendo ambos de la más rancia derecha, están dispuestos a apoyar un presunto gobierno monocolor popular de derecha, y, de momento, se inclinan (eso sí a cambio de contrapartidas nacional-separatistas) por un “sí” a un presunto gobierno de coalición PSOE-Sumar de izquierdas, autodenominado “progresista” y por partidos separatistas de izquierdas como ERC, Bildu y BNG, que, en el mejor de los casos, estarían en las antípodas, ideológicamente hablando, de Junts y el PNV, lo que pone de manifiesto que el objetivo de éstos no es, obviamente, defender los intereses generales de todos los españoles, ni lo que mayoritariamente han votado, sino que el objetivo es apostar por la opción más débil y variopinta de 152 escaños, frente a los 171 de la derecha y más monocolor, y, por tanto, la más proclive a concederles las exigencias encaminadas a debilitar al Estado y fortalecer la estrategia de su pretendido separatismo, incluso de forma totalitaria, al extremo de que el líder de Junts anda fugado de la Justicia española. Por lo tanto, contra todo pronóstico, el futuro gobierno de España lo va a decidir “de facto” la derecha nacional-secesionista, que, curiosamente, siendo la derecha más tradicionalista de España, prefiere apoyar a la izquierda más radical, como es ERC o Bildu, antes que dejar que gobierne la derecha constitucionalista del PP, con el apoyo sin contrapartidas de Vox, argumentando que éste último partido es la derecha extrema, pero olvidando y blanqueando a la izquierda extrema radical vasca y catalana. No en vano, el socialista Page (único superviviente de la debacle socialista de las autonómicas y locales del 23-J), en sintonía con otros muchos socialistas, lamenta que el Gobierno “dependa de un prófugo” y vaticina una legislatura “vertiginosa” si Sánchez, como parece, logra los apoyos, cuando éste, está dispuesto a ceder a cualquier cosa con tal de ser investido y tiene el descaro de defender que su gobierno será “progresista” con semejantes mimbres y apoyos para apuntalarlo.

            Esta es la real tragedia de la gobernabilidad de España y su democracia, mientras Feijóo quema sus últimos cartuchos con el PNV (con Junts ya se sabe que, además de impresentable, sería imposible), en tanto que Sánchez, como primer paso para conseguir su objetivo, ya busca apoyos de momento para mantener la Presidencia del Congreso de los Diputados y, al efecto, sacrifica a Batet, que no repetirá en el puesto al no ser del agrado de los secesionistas (no vaya a ser que sean contrariados y luego no le apoyen en la investidura, pues simplemente una abstención le bastaría a Feijóo para conseguirlo), mientras busca un...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

 

lunes, 7 de agosto de 2023

UNA ESPAÑA INGOBERNABLE

                         Da la sensación de que los españoles hemos aprendido no lo suficiente desde aquel 11 de febrero de 1873 en que el Rey Amadeo I de Saboya, el primer rey español elegido por las Cortes Generales, abdicara del trono para regresar a Italia diciendo, supuestamente, la famosa frase “los españoles son ingobernables”, con lo que las mismas Cortes que le habían proclamado Rey tras el destronamiento de Isabel II proclamaban esa misma tarde la Primera República Española, supuestamente para afianzar la gobernabilidad del país. El de Saboya, durante su breve mandato de poco más de dos años, preñados de inestabilidad política y desencuentro entre los españoles y entre sus dirigentes políticos, había tenido que contar con seis gobiernos diferentes y, tras su renuncia “voluntaria” al trono se daba paso a la, para algunos, ansiada y esperanzadora república que empeoraba la situación, pues en apenas diez meses, contó hasta con cuatro presidentes o Jefes de Estado, no monarcas ni hereditarios, hasta que puso fin a la situación un pronunciamiento militar del general Martínez Campos para restaurar la Monarquía Borbónica con Alfonso XII, el heredero de Isabel II, y poco después se establecía una especie de democracia amañada y turnista entre los dos partidos principales, el conservador de Cánovas y el liberal de Sagasta, finiquitando así un periodo turbulento protagonizado por la guerra con Cuba, las guerras carlistas y las sublevaciones cantonalistas. Sin duda Amadeo de Saboya acertaba, España era ingobernable y, tras el amañado periodo de la restauración borbónica, instaurado con el Pacto de El Pardo de 1885 entre el conservador Cánovas y el liberal Sagasta, amigos íntimos, volvía de nuevo el patético desencuentro entre los españoles y el autoritarismo político que, al final, caracterizó casi todo nuestro siglo XX como es bien conocido, al desembocar de nuevo en la huida voluntaria en 1931 del siguiente rey, Alfonso XIII, para que los políticos españoles proclamaran la, también ansiada para algunos, Segunda República, no exenta de desencuentros insalvables entre los ciudadanos y los territorios, que llevarán a la posterior Guerra Civil (1936-1939), de unos españoles contra otros, que finalizaba con el triunfo de los militares y civiles sublevados, instaurándose con ello una larga dictadura militar con el general Franco a la cabeza hasta su muerte en 1975, en que, por fin, los españoles, deciden por primera vez en su historia consensuar una Constitución de convivencia, paz y libertad (la actual Constitución de 1978, aún vigente pero amenazada) en que caben todos y es respaldada en referéndum casi por la totalidad de los ciudadanos, finiquitando así el cáncer del anterior constitucionalismo español, basado en la imposición por el sector vencedor de los sucesivos pronunciamientos militares de su parcial Constitución elaborada siempre para favorecer a media España contra la otra media sin dar opción a la alternancia democrática, como, lamentablemente, algunos pretenden ahora. Sin duda, como decía Amadeo de Saboya, “los españoles son ingobernables”, pues, a pesar del largo periodo actual de paz y progreso en libertad, de nuevo, con la irrupción de radicalismos populistas el desencuentro de los españoles es cada vez mayor y el marco de derechos y también de obligaciones (comenzando por defender y acatar la legalidad constitucional), contemplados en Nuestra Carta Magna, está cada vez más amenazado apuntando con ello a una preocupante España, nuevamente ingobernable, cuando, si los representantes políticos democráticos de un pueblo son incapaz de aprender de los errores históricos cometidos en el pasado, se condena a ese pueblo al fracaso rotundo en el futuro…..y por desgracia ésta parece ser la opción actual, con el descomunal desencuentro entre los líderes de los dos partidos moderados mayoritarios, garantes de la estabilidad democrática, como son el PP de Feijóo, encadenado hoy al populismo de Vox, y el PSOE de Sánchez, encadenado hoy no sólo ya al populismo de Sumar, sino al secesionismo radical y totalitario de Bildu y ERC, y, muy especialmente, al de Junts, cuyo líder, fugado de la Justicia, tiene de momento la llave para decidir el futuro gobierno de España, eso sí, con leoninas exigencias chantajistas. Es obvio que, de seguir así, hemos aprendido bien poco de nuestra historia.

            En efecto, hoy asistimos a una intolerable e irresponsable ingobernabilidad con la pretensión malévola de imponer un “cordón sanitario” al partido más radical a la derecha (Vox), siendo el tercero más votado con el 12´4% de votos, pero sin hacer lo propio con los más radicales a la izquierda (Sumar), cuartos en votos con el 12´3%, ni, lo que es peor aún, con los radicalismos separatistas totalitarios (ERC, Junts, EHBildu y también el PNV) que, entre todos ellos, ni alcanzan el 7% de los votos, pues PP (con el 33´1% de votos y 137 diputados) y PSOE (con el 31´7% y 121 escaños) son incapaces de interpretar lo que..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

 

jueves, 3 de agosto de 2023

INVESTIDURA, MONEDA DE CAMBIO

                         En ningún caso la investidura puede ser moneda de cambio de políticas no ajustadas a la Constitución y a la legalidad vigente en un Estado de Derecho y por ello las exigencias de los independentistas totalitarios que atentan contra lo establecido en la Carta Magna y en la Ley han de ser rechazadas de forma clara y contundente por el candidato a ser investido y, al efecto, los proponentes de semejantes ocurrencias inconstitucionales deben renunciar a semejantes pretensiones que, como mínimo, ya que, para ser tenidas en cuenta, requerirían previamente una reforma constitucional que necesita una mayoría cualificada, que obviamente no tiene en España ninguno de los posibles candidatos a ser investido. Así pues, ni, entre otras exigencias, una quita de deuda, ni una consulta secesionista de autodeterminación, ni una amnistía, ni un Congreso políglota pueden ni deben ser las monedas de cambio para pactar una investidura que además sería indecente, como es el caso, si se negocian con delincuentes o fugados de la Justicia. Es algo que debieran tener muy claro nuestros políticos antes de intentar resolver la cuadratura del círculo, pues no todo vale en democracia para ser investido y gobernar en base a ilegalidades, que, aunque matemáticamente fuera legal, sería repudiable e inaceptable si se hace en base a falsas propuestas para seguir mareando la perdiz y engañar a los ciudadanos a sabiendas de que no encajan en nuestro marco constitucional. Todo esto, por legal que sea o pueda parecer, deteriora seriamente la higiene democrática de nuestro país y, de momento, en eso estamos a la espera de que el Jefe de Estado (de vacaciones en Mallorca con su familia) inicie las pertinentes rondas para designar candidato, pues, por lo visto, se pone en cuestión que, como sucedía hasta ahora, el candidato designado sea el líder del partido más votado, al margen de que cuente o no al final con una mayoría aritmética suficiente en el Congreso para ser investido y al margen de que, como en su día hizo Rajoy, el candidato designado renuncie al no contar con la citada mayoría, pues lo contrario, es decir, dejar al arbitrio caprichoso del Rey la designación del candidato a investir sería dotar al Jefe del Estado de competencias políticas que no se corresponden con el espíritu de nuestra Constitución ni con el de las actuales Monarquías Parlamentarias, y, en nuestro caso, ni siquiera con la experiencia histórica ya que el papel político de nuestros monarcas siempre fue nefasto para la convivencia pacífica de los españoles. Así las cosas, Sánchez, defiende que se traslade la hipotética “mayoría social” de las urnas al Parlamento y cambia de planes para evitar la investidura de Feijóo reapareciendo en Ferraz para grabar un vídeo sobre su “amplia mayoría”, cuando sólo ha obtenido 121 diputados (uno más de los que tuvo en 2019) y elevar la presión sobre el fugado Puigdemont, su única salvación, tras perder un escaño por el voto exterior, mientras Feijóo no se resigna contra el Presidente y, como ganador de los comicios, dice “no permitiré que margine a millones de españoles” y el PP, que tiene 137 escaños, le exige que rectifique, que asuma su derrota y hable con Feijóo, quien considera que las urnas se han pronunciado claramente a su favor al ser el partido más votado y el que más ha crecido (de 89 a 137 diputados), cuando el resto de partidos, han perdido apoyos o, como mucho, se han mantenido más o menos como estaban, con lo que sólo puede ser alejado de la investidura mediante un pacto global, variopinto y antinatural, de casi todos los partidos perdedores que por muy pocos escaños (los del fugado Puigdemont) ganarían a su opción de apoyarse en el derechista Vox, UPN y Coalición Canaria, cuya diputada, Cristina Valido, siendo quien puede desempatar entre izquierda y derecha, ve compatible gobernar con el PP en Canarias y respaldar a Sánchez en el Congreso (ya ven, esto no va de ideologías, va de otra cosa) y manifiesta “escucharé al candidato que tenga apoyos de investidura, aunque vengan de Junts”….es obvio que para algunos es un problema menor pactar con prófugos y condenados por la Justicia por graves delitos contra el Estado de Derecho y, hasta en esto, la investidura puede ser utilizada como moneda de cambio.

            Y en este bazar de la indecencia cada mercader puja para ver quien saca más cosas a favor de sus intereses personales, convencidos todos ellos de que cuanto más débil sea el Gobierno tanto mejor para ellos. Mientras Vox desvela una reunión secreta entre Abascal y Feijóo, los partidos empiezan a revelar su estrategia de cara al mercadeo de la investidura (los intereses de los españoles es lo de menos): el PNV pide repensar el modelo territorial e insiste en que se reconozca la “realidad nacional vasca”; ERC pide a Junts “sumar esfuerzos” para..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/).