lunes, 4 de enero de 2021

CATALUÑA COMO OBJETIVO

                             Sánchez, que recurre para ocultar su uso del Falcon alegando ante la Audiencia Nacional que es el “líder de la Seguridad Nacional” para no cumplir la sentencia sobre sus viajes privados, quiere, sin duda, seguir disfrutando de semejante estatus y, para ello, liga su futuro a Cataluña sabiendo que su estabilidad depende de que su ministro Illa, que dejará el Ministerio de Sanidad a finales de mes, sea la llave para la gobernabilidad de la Generalitat. Al efecto, el todavía ministro y candidato a las autonómicas catalanas por el PSC inaugura con premura su precampaña electoral con un acto en el que llama a terminar con las “cómodas trincheras” del “procés” y reivindica el “diálogo con todos” para superar una “década perdida”. Por su parte el líder del PP catalán, Alejandro Fernández, afirma que “Illa ha convertido la mentira en un elemento fundamental de su trayectoria” y cree que el ministro ahora “va a Cataluña a pactar con los independentistas” y no, como afirma, de que “su aspiración es derrotar al independentismo” ya que los pasos que están dando es “para pactar con ellos”. En definitiva, en sintonía con lo que Sánchez hace a nivel nacional. Entretanto Puigdemont, en la antesala de la precampaña electoral catalana, se queda solo en la reivindicación de la independencia unilateral ya que de las diez principales candidaturas catalanas la CUP desea forzar al Estado a aceptar un referéndum pactado; ERC a que admita el derecho de autodeterminación pero con “diálogo”; el PDeCat defiende también que el Gobierno español consienta el referéndum; el PNC de Marta Pascal plantea que la independencia no es prioritaria; En Comú Podem busca una república plurinacional federal; Vox reivindica “la libertad de millones de catalanes oprimidos por el separatismo”; y PSC, Ciudadanos y PP coinciden en que hay que superar la etapa de gobierno independentista, aunque con notables matices entre ellos. Ya ven, un variopinto mosaico de propuestas, todas pivotando sobre la política territorial (el resto de políticas, como la económica y social, pueden esperar mientras duermen el sueño de los justos y Cataluña se arruina), que, al final, apuntan a que, si se dan los números para reeditar el nefasto tripartito de Maragall y Montilla, que trajo estas consecuencias a base de cesiones indecentes al separatismo, será lo que finalmente hagan ERC, PSC y En Comú Podem, lo que obviamente afianzaría el gobierno de coalición Sánchez-Iglesias con el respaldo de los secesionistas de Esquerra ahora camuflados pero sin dejar sus exigencias secesionistas al Gobierno de que admita un “derecho de autodeterminación” pero con “diálogo”, lo que, a todas luces sería una manifiesta ilegalidad salvo que se reformara la Constitución radicalmente al efecto, para lo que los partidos proponentes carecen de mayoría suficiente. Más de lo mismo pues en Cataluña, si no lo remedian los catalanes en las urnas, y más de lo mismo en España, si no lo remedian los españoles. En efecto, según SigmaDos, aunque Casado se sitúa a menos de tres puntos de Sánchez con Podemos en retroceso, los resultados electorales serían PSOE 27´9%, PP 25´2%, Vox 13´5%, UP 10´8% y Cs 7´7%; y, según NCReport, serían PSOE 26´2% y entre 110-112 escaños, PP 24´3% y 102-104, Vox 15´2% y 51-52, UP 11´7% y 30-31, Ciudadanos 6´7% y 10-11, y ERC 3´5% y 13-14 (nótese el desequilibrio entre escaños y porcentaje de votos de ERC con respecto a Cs). Así las cosas, aunque el bloque de derechas se acerca a la mayoría absoluta y Casado recupera por  primera vez desde el verano los 100 escaños, y aunque la coalición Sánchez-Iglesias se deja hasta 15 diputados en un año, la izquierda seguiría en Moncloa gracias a los secesionistas catalanes y vascos, más aun si Illa consigue ser la clave de la gobernabilidad en Cataluña y propiciar el citado tripartito con ERC a la cabeza. Cataluña es pues el objetivo de Sánchez para su propia estabilidad como gobernante y a ello se debe la operación Illa, cuando, según SigmaDos, dos de cada tres votantes del PSOE se oponen a Bildu y los indultos, pues el 67% de los electores socialistas rechaza el pacto con los abertzales, sólo los seguidores de Podemos apoyan el perdón a los presos del “procés” y la mayoría se opone al acercamiento de etarras, mientras el años 2020 acaba con un centenar de ellos más cerca del País Vasco. Estas son las...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/).

 

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