lunes, 18 de enero de 2021

EL PERRO DEL HORTELANO

                             Cuando un viernes negro, otro más, con 40.197 contagiados y las UCIs al borde del colapso, pone en evidencia que no podemos seguir así, que hay que hacer algo distinto para intentar contener la pandemia, ya que la famosa “cogobernanza” inventada por el Gobierno para la inhibición de éste, sólo sirve para que las CCAA, limitadas en su actuación, den diecisiete respuestas distintas e insuficientes ante la ausencia de un mando único, que cada vez reclaman más los expertos, el Ejecutivo de Sánchez y su Ministerio de Sanidad, decide actuar como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer….en este caso, que ni gobierna ni deja gobernar, mientras el descontrol de la pandemia nos aboca a una situación hospitalaria límite y preocupante ante la incapacidad manifiesta para darle la vuelta a la situación. En efecto, las CCAA, dentro de las competencias que les deja el Ejecutivo con este estado de alarma de la “cogobernanza”, van endureciendo como pueden las medidas y, desamparadas, ante la pasividad del Ejecutivo, cada vez son más las que piden que Illa, entretenido como candidato a presidir la Generalitat catalana, salga de su parálisis como ministro contra el virus pues ya más de la mitad de las autonomías, incluida alguna del PSOE, ve desbordado y obsoleto el actual estado de alarma que decretó y, por ello, le reclaman restricciones que lo exceden mientras, impotentes, contemplan como España alcanza un record de contagios e incidencia sin que ellos puedan hacer algo más y, por tanto, ya que el Gobierno no toma las riendas ni permite medidas más drásticas (como posibles confinamientos domiciliarios o ampliación del toque de queda), exigen a Sánchez que, al menos, les dé herramientas legales para confinar a la población, si lo consideran oportuno e imprescindible, dentro de una nueva cobertura legal o, en caso contrario, le piden un confinamiento estricto que no tiene por qué ser como el anterior y que en todo caso, como hacen en otros países, debiera contemplar ayudas directas no sólo a los trabajadores sino también a las empresas para que éstas puedan sobrevivir al caos. Pero la respuesta de Simón, el vocero cualificado del Gobierno, dice que “ahora mismo no es necesario el confinamiento, sabíamos que iba a pasar”, mientras Illa manifiesta que “las autonomías ya pueden imponer lo que otros países llaman confinar” y el Gobierno recurre la decisión de la Junta de Castilla y León de adelantar el toque de queda a las 20 horas porque queda fuera del horario establecido en el decreto, con lo que la decisión de la Junta Castellanoleonesa excedería sus competencias. Ya ven, ni gobierno, ni dejo gobernar, cuando los datos de infecciones y de UCIs desmienten al ministro de Sanidad y justifican un confinamiento que, según los expertos, sería lo más eficaz para atajar la pandemia aunque sería lo más lesivo en términos económicos. Al final, ¿quién será el responsable de este desaguisado normativo y funcional? En todo caso, la Junta de Castilla y León, con el aval del PP, se subleva contra la inacción de Illa y mantiene el toque de queda a las ocho de la tarde, mientras Fernández Mañueco, Presidente de la Junta, deja bien claro que “Castilla y León no ha abierto un frente contra el Gobierno sino contra el virus” y añade que “la calle ha respondido a nuestro toque de queda” y que “queremos proteger la salud con el menor daño a la economía…..confiamos en la Justicia”. Mal asunto en definitiva que en esta absurda cogobernanza los supuestos cogobernantes tengan que dilucidar sus diferentes criterios mediante la Justicia para resolver problemas tan graves y urgentes (la gente se está infectando y muriendo, con el sistema sanitario cada vez más colapsado) que no pueden esperar ni un día más. ¿Tan difícil es en esta absurda España de las Autonomías que el Gobierno coja el toro por los cuernos de una vez por todas y diseñe un mando único ya que el problema es de todo el país? O, en todo caso, ¿tan difícil es que delegue la gestión de la pandemia en su totalidad a las CCAA dotándolas de cobertura legal para que cada una de ellas adopte las medidas que considere pertinentes, si es que no quiere apostar por el mando único? Lo incomprensible y absurdo es que, mientras la pandemia arrasa en esta tercera ola, más agresiva incluso que las dos anteriores, las instituciones se enreden en absurdas controversias por todo, lo que, al final, nada resuelve sino que empeora el problemón con la agravante de diluir en definitiva las responsabilidades en un océano de confusiones, reproches e incompetencias manifiestas. Es el resultado deplorable de...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

 

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