Mientras el Govern
revisa el régimen penitenciario de los condenados por el “procés”, el futuro de
los presos marca la negociación PSOE-ERC, quienes tras su segunda reunión
negociadora en Barcelona siguen sin tener nada concreto que contarnos,
ventilando la reunión con un comunicado conjunto de siete líneas para no decir
absolutamente nada. El secretismo, como patrón a seguir en las negociaciones,
sigue siendo la nota predominante, mientras el muñidor Miquel Iceta sostiene
que “hemos visto en ERC voluntad clara de llegar a un acuerdo” y ERC no deja de
exigir a Sánchez una cesión concreta previa a la investidura, que pueda vender
entre sus votantes, y el Govern se dispone a pedir 10.000 millones de euros
(2.000 más que los recibidos este año), lo que supondría que la Generalitat de
Catalunya se llevaría la mitad de los préstamos del Estado a las CCAA en 2020.
Por su parte Puigdemont se debate en boicotear las negociaciones PSOE-ERC y
exigirá un pacto de máximos al Estado para dejar en evidencia a los
republicanos, aunque, por otro lado, no descarta allanar la abstención de
Esquerra, pues el combate entre el secesionismo no es de tono menor de cara a
las elecciones autonómicas que se avecinan. Así las cosas, ERC enfría la
investidura rápida que quiere Sánchez y prefiere negociar hasta enero pues aún
queda pendiente la decisión sobre Junqueras, que pudiera condicionar mucho el
resultado final, por lo que, de entrada, los republicaos catalanes siguen en
sus trece con la ilegal amnistía y el ilegal referéndum para activar el
calendario de La Moncloa, mientras plantan al Rey y exigen negociar la
liberación de los presos, el perdón de los fugados y la autodeterminación, si
Sánchez quiere ser Presidente. Un Sánchez que en campaña electoral prometió por
activa y pasiva que jamás se apoyaría para gobernar en los secesionistas,
afirmando en octubre que “el proyecto secesionista está fracasado porque es una
falacia y está lleno de mentiras”, tras haber manifestado en julio que “aunque
a ellos les parezca extraño, el mundo no gira en torno al independentismo
catalán”. Pues bien, ya ven, todo lo contrario ahora…..palabrita de Presidente
en funciones. De entrada Sánchez ya utiliza el mismo vocabulario y con el mismo
significado que los secesionistas, mientras baraja legitimar en el Congreso una
“mesa del conflicto” y votaría con sus aliados la Comisión Estado-Generalitat
que se seguirá negociando con ERC, quienes exigen “cesiones claras” del PSOE,
en tanto que Puigdemont avisa de que todo pacto que incluya al Govern debe
contar con su aprobación y el “defensor” catalán culpa del déficit en Sanidad
“a quienes vienen de fuera” (es decir al resto de españoles principalmente)…..y
mientras PSOE-ERC entran en la recta final de la negociación y ultiman la mesa
sobre el “conflicto político” (claro lenguaje secesionista, en vez de políticos
conflictivos totalitarios), al no ser claras y diáfanas las negociaciones, las
especulaciones no cesan para mayor inquietud ciudadana, comenzando con que
Sánchez cambiaría a la Fiscal General como gesto a ERC y optaría por un perfil
“más flexible” ya que María José Segarra avaló la acusación por rebelión a los
líderes del “procés”, en tanto que Ábalos y Rufián se reúnen en secreto en
Barcelona y Puigdemont abre la puerta a las elecciones en Cataluña para
acorralar a Junqueras. La realidad es que Sánchez cede y vuelve a reconocer a
Torra como interlocutor al aceptar el PSOE restablecer “el reconocimiento institucional”,
roto tras el respaldo a la violencia…..Y todo ello para evitar el..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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