Con no poca preocupación
se ha celebrado el 41º aniversario de la Constitución Española, cuya vigencia
nos ha hecho disfrutar del más largo y mayor periodo de paz, progreso y
libertad de toda la Historia de España. Un aniversario triste, agridulce, en el
Congreso (única institución con capacidad democrática para reformarla con las
mayorías cualificadas establecidas) con un gobierno en funciones, tras año y
medio de haber prosperado una moción de censura, con el Hemiciclo más
fragmentado de toda la Democracia, con los partidos en plena guerra abierta
incluso en temas de Estado y con nacionalistas, populistas y separatistas
atacándola con más fuerza que nunca, en tanto que todo apunta a que es en estos
partidos liberticidas en los que Pedro Sánchez ha depositado toda su esperanza
de ser finalmente investido presidente al haberlos elegido como socios.
Preocupación e inquietud pues, no en vano, ya que todos ellos quieren abolir y
finiquitar lo que llaman despectivamente “el régimen del 78” recogido en
nuestra Carta Magna, en vez de proponer las reformas modernizadoras que crean
necesarias de forma sosegada como mandan los cánones democráticos para concitar
paulatinamente las mayorías cualificadas en el soberano pueblo español requeridas
al respecto y recogidas en su articulado, y prefieren utilizar atajos totalitarios
cuando la Constitución, como todas las de nuestros vecinos, no es inamovible y
pétrea, precisamente para evitar no tener que ser zarandeada a capricho de unos
pocos, sino, en todo caso, reformada por cualificadas mayorías del pueblo
español. Pero los socios de Sánchez de
cara a la investidura y al previsible gobierno de coalición PSOE-UPodemos no
están dispuestos a tan larga espera para que sus deseos reformistas (yo diría
abolicionistas) prosperen por cauces democráticos, que no son fáciles de
conseguir (como en las demás Constituciones), sino que apuestan a imponerlas
mediante atajos usurpando la soberanía que reside en todo el pueblo español y
no en una parte del mismo. ¿Recuerdan aquello de “el cielo no se toma por
consenso, sino por asalto” que decía Iglesias? En efecto, aunque hoy Podemos
ande mostrando por conveniencia su patita de cordero para auparse al Gobierno,
como producto de tamaña irresponsabilidad, nos encontramos con que, aunque
Sánchez afirme que el acuerdo con ERC será “público y dentro de la legalidad
democrática” (¡faltaría más!), mal asunto cuando hay que aclarar lo obvio, y lo
dé ya por hecho, irritando con ello a los republicanos catalanes, su socio
Rufián y portavoz de ERC, plantará al Rey, que es el Jefe del Estado, en su
ronda de consultas precisamente para conocer las mayorías que puedan sacar la
investidura adelante cuando su concurso es crucial para proponer con cierta
solvencia al candidato a optar a la misma. Es decir, de la lista de 19
portavoces parlamentarios entregada por Maritxell Batet al Rey, buena parte de
los socios de Sánchez, quien defiende el “pacto entre diferentes” (diferentes
sí, pero no opuestos radicalmente y menos aún en términos democráticos),
plantarán al Jefe del Estado y no acudirán a la consulta; al contrario, con
manifiesto desprecio a la Constitución en su aniversario, ERC la califica de
“franquista” y llama a “tumbar al régimen del 78”, el BNG de “antidemocrática”
y el PNV la acusa de que “hace agua”….y, mientras los separatistas exigen que
se superen los “límites” de la Carta Magna, es decir, que se actúe
antidemocráticamente, los CDR queman ejemplares de la misma e intentan sabotear
un acto de la Sociedad Civil para que permanezca amordazada ante semejantes
amenazas. Estas son las..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/).
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