Dicen que una imagen
vale más que cien palabras y basta ver las imágenes en televisión para saber
que la violencia extrema desatada en Cataluña, especialmente en Barcelona,
durante toda esta semana es intolerable e inaceptable en cualquier Estado de
Derecho democrático, salvo que dicho Estado esté abocado a convertirse en un
Estado fallido. No en vano, para evitarlo, el Estado, a través de sus
instituciones, cuenta con el monopolio del ejercicio de la fuerza para
garantizar el orden público y los derechos y libertades de todos sus
ciudadanos…..y en este caso la responsabilidad recae en primera instancia en la
Generalitat de Catalunya y, en caso contrario, en el Gobierno de España,
garante en definitiva del orden público y de los derechos y libertades de todos
los españoles, incluidos los catalanes. Por ello no se entiende que Torra, más
cercano a quienes promueven la violencia que a quienes defienden la paz y la
convivencia democrática, siga al frente del Govern, y por eso, cada día que
pasa, se va entendiendo menos que Sánchez no haya tomado ya medidas
excepcionales, que la Constitución y la legalidad vigente pone en sus manos,
para atajar una situación excepcional de violencia extrema que campa a sus
anchas por las calles de Barcelona. Si tras los primeros graves disturbios el
Presidente Sánchez salió a la palestra garantizando ante la violencia “firmeza,
unidad y moderación”, exigiendo a Torra que rectificara y, al menos, condenara
la violencia (lo que el President hizo al final, tímidamente y a regañadientes),
y declarando que el Gobierno de España “garantiza el derecho de manifestación
pacífica en Cataluña” y que la Policía y los Mossos “defienden la legalidad
constitucional y estatutaria”……pasados varios días, con la violencia “in
crescendo”, es obvio que la garantía del Presidente queda en aguas de borrajas
y llama la atención que no haya tomado ya medidas contundentes para atajar
semejante caos de convivencia, tal como le piden los partidos de la oposición.
Es incomprensible que, ante un ataque secesionista al Estado, el Gobierno
bendiga las manifestaciones ilegales si son pacíficas, reduzca la violencia a
grupos minoritarios y evite comprometerse ante Casado y Rivera a aplicar la Ley
de Seguridad Nacional para combatir eficazmente esta peligrosa escalada de
violencia promovida por el Govern de Catalunya, mientras Torra, junto al ex
lehendakari Ibarretxe, se suma a las marchas cortando la AP-7 a la altura de
Gerona, y mientras Barcelona se convierte en un infierno diario cada vez más
insoportable con barricadas incendiarias, coches y contenedores quemados,
vallas arrancadas, lanzamiento de objetos y ácido contra los mossos, destrucción
de enseres públicos y privados, cortes de carreteras y calles…..y otras
lindezas por el estilo. Es incomprensible que (si todas estas cosas sucedían ya
en la tercera jornada de graves disturbios, con un Torra encabezando las
protestas, cuando es el máximo responsable de los Mossos, y negándose a
condenar los actos violentos, que achaca cínicamente a “infiltrados” y a
“grupos violentos”) Sánchez, como Presidente de Gobierno, respondiera a Casado
y Rivera que “la moderación es fortaleza”, cuando el líder del PP le
recriminaba su “imprevisión” ante lo que iba a ocurrir y el líder de Ciudadanos
le exigiera el cese del “pirómano” Torra, y ambos le pidieran la aplicación ya
de la Ley de Seguridad Nacional o la del artículo 155 de la Constitución, así
como que el PSC rompa con los separatistas en las más de cuarenta instituciones
que cogobiernan. Y es lógico y comprensible que..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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