No sabemos si por
razones estratégicas electoralistas o por mera responsabilidad política, lo
cierto es que en esta precampaña electoral, a diferencia de las dos anteriores,
los maestros del bloqueísmo político, Sánchez y Rivera, parece que se alejan de
los vetos previos en campaña y dan esperanza a que tras las elecciones se pueda
pactar un gobierno sólido y viable que saque a España de este laberinto de
desgobierno congénito en que nuestros líderes políticos nos han metido, pues la
realidad es que, desde que Sánchez se inventara su tozudo bloqueo con aquel “no
es no” a Rajoy, instaurando el bloqueísmo (su bandera indiscutible para hacerse
con el liderazgo en el PSOE y para ganar después la moción de censura), y
después Rivera hiciese lo propio con su famoso veto posterior a Sánchez en la
pasada campaña electoral, no levantamos cabeza por muchas veces que sus
caprichosas decisiones nos obliguen a ir a las urnas cada dos por tres. En
política, a la vista está, ni es sano ni conveniente bloquear o vetar a nadie,
menos previamente, y, mucho menos, si los bloqueos o vetos se dan entre quienes
andan próximos ideológicamente en términos de izquierda-derecha dentro del
espectro democrático. De haberlo hecho así, ya tendríamos un gobierno
PSOE-Ciudadanos, tal como dijeron las urnas en las pasadas elecciones, pues
entre ambos partidos tenían mayoría absoluta, frente a la entelequia diseñada
por Sánchez y Unidas Podemos de que los españoles querían un “gobierno progresista”
que, a la vista está, no ha sido posible por ninguna parte, pues la realidad es
que los gobiernos no son “progresistas o conservadores” por las caras de sus
miembros o porque alguien lo diga, sino por los programas y proyectos que éstos
sean capaces de pactar. Bienvenido pues, si es sincero, este tránsito del
bloqueísmo al pactismo que nos lleva a sintonizar con el resto de países de la
UE, donde los gobiernos de coalición son moneda de cambio. Así lo vemos muchos
y así lo ven, entre otros, Felipe González y Mariano Rajoy, pidiendo juntos
estabilidad aunque sea con una “coalición incómoda”, que permita superar el
bloqueo político y que PP y PSOE alcancen pactos en los temas fundamentales de
Estado, para sacar a España de la parálisis. Y así lo ve ahora Rivera, quien,
tras el desplome de su partido en los sondeos, ya no veta a Sánchez y cambia de
estrategia renunciando a liderar el centro-derecha y abriéndose a pactar con
los socialistas….aunque Sánchez, el incoherente por antonomasia, lo ve
“incoherente” y sostiene que “la única opción no aceptable es el bloqueo”
(entendiendo sencillamente el bloqueo como que no le apoyen a él y a su
gobierno monocolor si gana, aunque sea con mayoría insuficiente, cuando, en ese
caso, lo razonable y democrático, el desbloqueo, es gobernar en coalición con
un programa de Gobierno pactado), despreciando así una coalición, si fuera
precisa, con PP y Ciudadanos (ya despreció otra con UPodemos, que nos abocó a
estas elecciones), mientras Casado alerta de que “España no podría soportar
otra crisis con el socialismo en el poder”, añadiendo: “si ganamos,
desbloquearé el Gobierno, incluso con el PSOE”, “estamos en condiciones de ir a
un empate a corto plazo y luego, en la recta final, dar un vuelco a todas las
encuestas”, “si el PP está en el Gobierno, sortearemos la crisis y evitaremos
sus efectos catastróficos”, “entiendo que Vox compita con el PP, pero no que
ayude al PSOE…lo hará en 26 provincias donde no tiene opciones”. Y mientras
Iglesias sigue..... (continúa leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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