Mientras el Congreso de
los Diputados recupera por fin su actividad bajo la amenaza de nuevas
elecciones y Batet sostiene que “hace falta normalidad y una legislatura
entera” se acaba el paripé de negociación entre PSOE y UPodemos, enrocados
ambos en sus posiciones que finalmente dieron al traste en julio con cualquier
atisbo de entendimiento para lograr la investidura de Sánchez y la
gobernabilidad del Estado. Al final, después de meses perdiendo el tiempo y del
fracaso de la reunión negociadora de la semana pasada, tras la llamada de Calvo
a Echenique para retomar las negociaciones sin visos de acuerdo alguno, un
nuevo paripé de simulación negociadora acaba como el rosario de la aurora tras
casi cuatro horas de supuesta negociación en el Congreso, abocando el fracaso
de este diálogo de besugos o de sordos (como prefieran) entre socialistas y
morados a unos inevitables comicios para el 10-N, salvo milagro de ultimísima
hora que nadie ve, mientras sendos partidos están al borde de una ruptura
definitiva. Por su parte el Rey, como está establecido, hará ronda de consultas
incluso sin un pacto Sánchez-Iglesias, enemigos íntimos, probablemente la
semana que viene y desde Zarzuela, sobre proponer al Presidente, sostienen que
“cuando lleguemos a ese río, cruzaremos ese puente”, después de apurar los
plazos para dar margen a la investidura y “constatar la disposición” de los
partidos a llegar a un pacto de gobernabilidad, por más que socialistas y
morados no tengan previsto verse más tras hablar sólo de sillones. Los
socialistas vuelven a rechazar la coalición que ofrecieron en julio y avisan de
que “no vamos a llamar más”, mientras los populistas morados insisten en tener
ministros y descartan radicalmente un apoyo “gratis” a última hora, en tanto
que ambas formaciones ya están en la estrategia de vender al otro como culpable
o responsable de este caos. Sánchez ya tiene lo que quería, nuevos comicios
que, según todos los sondeos, volvería a ganar incluso con más escaños, dejando
a Podemos más débil todavía y en peores condiciones para exigencias incómodas
como las de la coalición. Lo que no se entiende es qué hacemos durante tantos
meses perdidos de paripé indecente cuando desde el principio estaban boca
arriba las cartas de Podemos apuntando a una coalición de gobierno, que
aceptaba el PSOE de Sánchez al ofrecerles una vicepresidencia (eso sí, tras
vetar a Iglesias) y tres ministerios, pero que los podemitas rechazaron por
considerar insuficiente la oferta. Ahora, tanto Sánchez como Iglesias, debieran
explicar a los ciudadanos esta tomadura de pelo que ya está saliendo demasiado
cara; Sánchez debiera explicar por qué en julio era bueno un gobierno de coalición
con Podemos y ahora no....e Iglesias, por qué, rechazaba la oferta socialista
de julio y ahora se aferra a ella al extremo de que si el PSOE la aceptara el
acuerdo sería inmediato. ¿Capricho de niñatos inmaduros?, ¿rabieta infantil?, ¿estrategia
diabólica para minar al contrario?..... ¿Es que Sánchez no sabía que gobernar
con Iglesias era un riesgo desmesurado o que en algunos asuntos trascendentales
son opciones políticas incompatibles?, ¿lo ha descubierto durante sus
vacaciones en Doñana?.... En fin, por el bien del propio PSOE, de la
gobernabilidad del Estado y, en definitiva, de la solidez democrática, el
Presidente interino y candidato, máximo responsable de concitar apoyos
parlamentarios, debiera..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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