jueves, 18 de abril de 2019

QUIENES APELAN AL MIEDO, DAN MIEDO

                        La aparición de Vox con ciertas previsiones de éxito electoral, tras posibilitar el acuerdo gubernamental PP-Ciudadanos en Andalucía y el pertinente desalojo del PSOE andaluz de la Junta, ha puesto patas arriba la esencial tranquilidad que requiere una campaña electoral democrática, cuyos resultados aparecen demoscópicamente como los más inciertos de nuestra democracia, al extremo de que la izquierda en general (PSOE-UPodemos) y el nacional-secesionismo en particular, tanto de izquierdas (ERC-EHBildu) como de derechas (PDeCat-PNV),  han decidido activar en campaña el voto del miedo a la derecha, como si toda la derecha fuese igual y como si no fuese democrática como en el resto de Europa…… o, como si se estrenara por vez primera en las tareas de gobierno y no haber gobernado nunca. Es lamentable, semejante apelación irresponsable al “voto del miedo” provocando, de un lado, relegar las propuestas programáticas a un segundo término mediático y, de otro, alentar las fechorías totalitarias de quienes, bajo el mantra de tan irresponsable argumento, pretenden amordazar a esa derecha, calificada de tenebrosa, para que no pueda celebrar sus mítines con absoluta tranquilidad y pacíficamente como el resto de partidos, al extremo de boicotear sus actos públicos con caceroladas, insultos y amenazas intolerables. Así, abierta la veda del “voto del miedo” como argumento esencial de campaña, con el irracional e irresponsable alarido de “¡qué viene el coco!”, ciudades y pueblos como Barcelona, Rentería o San Sebastián (entre otros) se están convirtiendo en lugares prohibidos para que la democracia resplandezca en todo su esplendor y que cada opción política pueda actuar con absoluta libertad cuándo, cómo y dónde quiera, y, lamentablemente, sin que las fuerzas de izquierdas más moderadas y democráticas (tampoco toda la izquierda es igual), pero activadoras del voto del miedo, condenen “ipso facto” semejantes comportamientos, fascistas y totalitarios, de forma clara y contundente, animando así, por acción u omisión, el desarrollo de este cáncer democrático consistente en impedir la palabra de quienes quieren expresarse (y más en plena campaña electoral) o amedrentarlos para que se vayan del lugar legal y libremente elegido para hacerlo, lo que supone que, bien por activa o por pasiva, quienes apelan al voto del miedo son en definitiva, junto a los alborotadores totalitarios violentos, quienes dan miedo de verdad. A las pruebas me remito: que la Ministra de Justicia, Dolores Delgado, alerte de que “votar a la derecha del tridente” es “dar marcha atrás en los derechos sociales, políticos y democráticos” e ir “a la España de la penumbra, oscura, contra la igualdad y el pluralismo”, sólo se puede entender desde la carencia de otros argumentos racionales para rebatir las propuestas de cada uno de los diversos partidos de derechas y contrastarlas con las de su partido; y que Echenique, el secretario de Podemos, diga, tras los acosos totalitarios de los abertzales en Rentería a Rivera, que “Ciudadanos es un partido marginal en Euskadi” (como si los partidos marginales no tuvieran derecho a expresarse) y que su líder no iba “a conseguir los votos de los vascos y las vascas” (le ha faltado añadir “les vasques”) sino “a incendiar la convivencia entre los diferentes pueblos de España a ver si así rebaña votos de odio en otros territorios”, sólo se puede entender desde una mentalidad totalitaria peligrosa. No en vano,...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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