domingo, 7 de abril de 2019

ALIANZAS Y HECHOS PREOCUPANTES

                        Al margen de las propuestas electorales de tipo ideológico, social o económico que cada partido haga, el trasfondo esencial de estas elecciones es la disyuntiva entre una apuesta nítida y contundente por un constitucionalismo democrático, que garantice la unidad del Estado, o la apuesta o condescendencia irresponsable por una nebulosa aventura de rupturas territoriales que, en caso de producirse, daría al traste no sólo con las políticas de mayor o menor progreso económico y social sino también con el marco territorial adecuado para poder llevarlas a cabo. Y para evitarlo, al margen de ideologías democráticas en términos de izquierda-derecha, se requiere un consenso firme y sólido de los partidos constitucionalistas frente a aquellos que apuestan claramente por aventuras rupturistas territoriales con el propósito incluso de lograrlas por medios ilegales, e incluso violentos si fuera preciso, o con chantajes de apoyos a la gobernabilidad a cambio de cesiones por parte del Gobierno a sus propuestas de dudosa legalidad democrática. Por ello, en esta campaña electoral es saludable en términos democráticos priorizar los llamados “asuntos de Estado” frente a la dicotomía “izquierda-derecha” ya que, si nos cargamos el Estado Democrático de Derecho, sobran todos los proyectos gubernamentales tanto de izquierdas como de derechas. Y en este contexto, hay que exigir a los partidos absoluta claridad, pues no dejan de ser preocupantes las alianzas del Gobierno sanchista con partidos ultranacionalistas separatistas, sin que el PSOE socialista alce su voz ante semejante peligro, no ya para el propio socialismo democrático contaminado de trasnochados nacionalismos, sino también para la propia solidez de nuestra Democracia, peligrosamente amenazada por éstos. Y la guinda la acaba de poner Sánchez con la aprobación en la Diputación Permanente del Congreso de sus “decretos sociales”, bastante cuestionados democráticamente al ser aprobarlos en plena precampaña electoral y con las Cortes disueltas, con el apoyo de la mayoría radical populista-nacionalsecesionista-abertzale que le facilitó el éxito de la moción de censura para dejarlo después tirado en la aprobación de sus Presupuestos y, paradójicamente, volver ahora a auparle; en efecto, tras dos días de negociaciones con el partido de Otegi y la promesa de acelerar competencias, Podemos, PNV, Bildu y el independentismo catalán, tanto de izquierdas como de derechas, aprueban los seis decretazos del Gobierno pese a criticar su electoralismo y pese a las dudas sobre la financiación de los casi 4.000 millones que costará aplicarlos, mientras Otegi no escatima en manifestar que quiere ser un apoyo estable de un futuro Gobierno de Sánchez, quien ensaya así la reedición del pacto “Frankenstein”, cediendo a las exigencias de PNV y Bildu, en tanto que Casado denuncia que es Otegi quien “está decidiendo el futuro de España” y resume su programa en “echar a Sánchez” declarándose el PP “indignado” por las cesiones a los nacionalistas y anunciando que llevará los “decretos abertzales” al Tribunal Constitucional. De momento, la realidad es que los.... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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