Nadie puede negar a
Pedro Sánchez su capacidad, incluso temeraria y visionaria, de resistir todo
tipo de contrariedades, que él mismo relata en su reciente libro
autobiográfico, “Manual de resistencia” (primero publicado por un presidente en
activo), donde presume de su trayectoria para hacerse con el liderazgo del PSOE
contra viento y marea, pretendiendo inmortalizarse con sólo siete meses de
Gobierno; y, dada su manifiesta demagogia y su descarado cinismo, genera
incluso dudas sobre si cobrará o no por ello (Planeta y Moncloa no lo aclaran)
a pesar de que el código ético del PSOE prohíbe expresamente cobrar a los
diputados, pues los códigos éticos para los supervivientes o supervividores,
como ustedes prefieran, son moldeables y adaptables a las necesidades del
protagonista en cada momento con tal de que le sirvan para resistir en su
trinchera o alcanzar el objetivo fijado. En efecto, Sánchez, que, imitando el
modelo populista de Podemos, había hecho bandera de las primarias frente al
anterior aparato del PSOE para ser elegido líder del partido por todos los
militantes, una vez asentado en el liderazgo, impone ahora a éstos, desde su
aparato, a los candidatos a las instituciones gubernamentales (el caso más
llamativo es el de Pepu Hernández a la alcaldía de Madrid) y ni siquiera repara
en disimular su “dedazo” intolerable defendiendo ahora su derecho como
militante a apoyar a quien él mismo propone, cuando era esto lo que demonizaba
del aparato anterior del PSOE por ser parcial y dejar en inferioridad de
condiciones al resto de candidatos (en este caso, incluso a
candidatos-militantes frente al no militante elegido por él mismo). Es más,
entra en campaña de defensa de Pepu en tan prostituidas primarias (como ven, exquisitamente
democráticas e imparciales) asegurando que la dirección socialista (es decir,
él mismo) no puede desentenderse de buscar “proyectos ganadores” (la dirección
anterior debía desentenderse en aras a la neutralidad), añadiendo en el acto de
presentación de Pepu, donde recibe el respaldo de todo su aparato, que “puede
ganar las elecciones y por eso le atacan”, mientras que, con semejante
descarado “dedazo”, desata el malestar generalizado en las bases militantes al
viciar así las primarias, que tanto defendía cuando aspiraba a liderar el
partido, justificando ahora, incoherente y cínicamente, que puede
“posicionarse” (antes era intolerable y antidemocrático), mientras reconoce que
“pocos quieren dar el salto” (cualquiera lo da si quiere permanecer en política
en semejantes circunstancias), en tanto que los militantes se quejan de que
“parece que en el partido no hay gente que pueda ganar las elecciones” y por
ello hay que buscar candidatos fuera de la organización. Y mientras el
superviviente o supervividor Sánchez, como ustedes prefieran, marca todos los
hitos democráticos imaginables (primer Presidente surgido de una moción de
censura en vez de unas elecciones generales, primer gobierno sustentado en una
manifiesta minoría parlamentaria, primer líder socialista que asalta el poder
de su partido mediante una rebelión de las bases, primer gobernante que negocia
con totalitarios secesionistas, que escribe y publica un libro autobiográfico
estando en el poder, que descaradamente defiende una cosa y la contraria con
sus permanentes y famosos bandazos etc etc), sigue coleando su..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/).
bueno, asi es como describes, pero te recuerdo como lo destituyeron en aquella famosa asamblea de los condes del partido y desde entonces se armó para defender lo que el cree que es el socialismo,
ResponderEliminartodo motivado porque el psoe, pierde y pierde y vuelve a perder, tal y como dicen los villancicos, claro que otra seria limpiar la organización de arriba a abajo, pero eso es imposible ahora mismo
Cierto amigo lo que dices, pero usó para lograr el liderazgo a los militantes contra el aparato y ahora cuando el controla el aparato hace lo mismo que hacía el anterior, es decir, lo de las primarias un camelo como otro cualquiera.
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