Una vez más nuestro Jefe
de Estado, el Rey Felipe, hace un discurso exquisito desde el punto de vista
democrático (en esta ocasión con motivo de la entrega de Premios Princesa de
Asturias) y defiende la Constitución Española como “una lección de convivencia”
y porque “representa para el pueblo español democracia y libertad”, pues con
ella los españoles recuperamos la “soberanía nacional” (usurpada por el
totalitarismo franquista durante décadas) y en ella el pueblo español “reconoció
la diversidad de sus orígenes, culturas, lenguas y territorios”, tantas veces
vilipendiados por autoritarismos indecentes a lo largo de la Historia. ¡Bien
sabemos quiénes luchamos por conseguir todo ello en aquellos momentos de la
Transición el infinito valor de nuestra Carta Magna, que debiéramos defender
inequívocamente como oro en paño! Sin embargo, mientras el Rey (arropado en
Oviedo por los poderes del Estado, entre ellos varios ministros, incluida la
Vicepresidenta) apelaba a dichos valores democráticos constitucionales, que
representan un indiscutible ejemplo de reconciliación, se daba la paradoja de
que el cogobernante de facto, Pablo Iglesias, se reunía en la cárcel con Oriol
Junqueras, líder indiscutible, junto al prófugo Puigdemont y compañía, del
totalitario secesionismo catalán que, al margen de la legalidad emanada de la
Constitución, pretenden unilateralmente imponer la independencia de Cataluña,
uno de los territorios españoles que a lo largo de la Historia han sido
protagonistas, como el resto de territorios hispanos, de la creación del Estado
Español, uno de los Estados Moderno pioneros en Europa. Iglesias, socio
indiscutible de Pedro Sánchez en la gobernabilidad de España intenta
rehabilitar al golpista Junqueras, sin que el Gobierno haga nada por evitarlo,
y ambos presionan a dicho Gobierno para que ignore a la Justicia y haga, sí o
sí, un gesto a los políticos presos, que ellos consideran “presos políticos”,
si el Gobierno quiere obtener el apoyo de los golpistas para aprobar unos Presupuestos
elaborados por el tándem Sánchez-Iglesias. Así pues, Iglesias, líder de Podemos
y socio de Sánchez (el PSOE, como partido, no dice ni mu), se suma al chantaje
de ERC y, tras el indecente (para algunos, incluso infame) encuentro en la
cárcel con el golpista Junqueras, manifiesta públicamente que “Sánchez sabe qué
tiene que hacer”, llamando al Gobierno que apoya a que inste a Fiscalía a hacer
gestos a los presos, dejándole claro que “nosotros ya nos hemos movido”, en
referencia a Podemos (queda claro, los populistas ya se han movido
definitivamente para colocarse del lado del secesionismo totalitario….y ahora
le toca hacerlo al Gobierno de Sánchez), mientras Junqueras avisa de que no
apoyará los Presupuestos si la Fiscalía no se mueve (en su mentalidad
totalitaria no cabe la separación de poderes), instando al Gobierno a que
prevarique si quiere obtener su respaldo. No obstante, el líder de ERC se
desmarca de Torra y Puigdemont, más echados al monte todavía, y traslada que
quiere aguantar al PSOE en Moncloa, pues..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/).
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