La inexistencia de un
sólido acuerdo parlamentario de gobernabilidad, que debiera haberse producido
en la moción de censura a Rajoy tal como exige el carácter “constructivo” de la
misma, según la Constitución, y que no se produjo, obliga ahora a Pedro
Sánchez, si quiere agotar la legislatura, a buscar determinados apoyos
estables, no sólo ya para aprobar los Presupuestos sino también para ampliar,
al menos a nivel de imagen, su escasísimo apoyo en el Congreso de los Diputados,
sencillamente porque con sus 85 escaños socialistas no es posible la
gobernabilidad del Estado. Y en este sentido es dónde cabe situar el reciente
amplio acuerdo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, que no entre PSOE e IUPodemos,
para garantizar una mínima base parlamentaria de hipotético apoyo gubernamental
de 130 escaños al sumar los 45 escaños populistas, que se aproximen, al menos,
a los 137 escaños del PP, ahora principal partido de la oposición, e incluso la
rebasen, hasta llegar a los 156 escaños (en el mejor de los casos) si se da por
hecho también la suma de los obtenidos por En Comú Podem (12), Compromís (9) y
En Marea (5). Pero como en política nada es gratis y todavía queda un largo
trecho para llegar (o aproximarse al menos) a los 176 escaños que delimitan la
mayoría parlamentaria en el Congreso (en el Senado mejor ni intentarlo, pues el
PP cuenta con mayoría absoluta holgada), Sánchez tendrá que seguir buscándose
la vida con el resto de grupos parlamentarios (Rajoy lo hizo con Rivera para
poder gobernar, llegando a los 169 escaños con Ciudadanos, más los cinco del
PNV y el de CC), dependiendo el coste político, social y económico (a pagar por
los españoles) del ideario de los socios que elija y, lamentablemente, si
descartamos a PP y Ciudadanos, quienes obviamente no compartirán proyecto con
IUPodemos, sólo le quedan a Sánchez opciones minoritarias nacionalistas,
secesionistas o radicales, cuyos proyectos políticos están en las antípodas de
los objetivos de los partidos democráticos que gobiernan la casi totalidad de
los países de la UE. Por tanto, desde un punto de vista procedimental nada que
objetar a que un Gobierno sin mayoría parlamentaria, como es el caso (y como era
el caso del Gobierno anterior desalojado de La Moncloa), intente buscarla, bien
con coaliciones gubernamentales, bien con amplios acuerdos con otros grupos,
que le permitan sacar adelante sus objetivos…..o convocar elecciones
anticipadas inevitablemente. El problema surge cuando dichas coaliciones o
acuerdos de gobernabilidad se hacen contra natura ideológica de sus miembros en
temas fundamentales o asuntos de Estado, como es el caso, pues entonces es peor
el remedio que la enfermedad y las consecuencias pueden llegar a ser demasiado
gravosas para los ciudadanos en términos sociales, políticos, económicos e
incluso estructurales, pues...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/).
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