Poco a poco, como suele
suceder, la triste realidad se va abriendo paso ya que las evidencias son
difíciles de desmentir, por más que cada quien las interprete como le venga en
gana. Es lo que sucede ahora con Puigdemont, quien, como el resto de sus
colegas golpistas, sostenía cínicamente que el “procés” era un movimiento
pacífico, casi místico, admite ahora determinada violencia (en sí mismo
cualquier actuación golpista y antidemocrática es pura violencia) el 1-O (algo
es algo) aunque la califica como “excesos aislados” y pide al TS imputar la
violencia a los manifestantes, lavándose así las manos, ya que, según el
cobarde Puigdemont, los delitos de “desórdenes” deben “imputarse” a quienes
salieron a las calles y “se excedieron en la resistencia pasiva”. Por lo visto,
él y sus colaboradores de su Golpista Govern eran como unos angelitos que
pasaban por allí y el ilegal referéndum surgió por generación espontánea.
Seguramente los secesionistas así pretenden definir también los actos
vandálicos intolerables que siguen protagonizando ahora los violentos Comités
de Defensa de la República, perfectamente sincronizados y organizados, que son
investigados por la Fiscalía y serán penalmente perseguidos, después de que los
Mossos alegaran razones técnicas para no evitar los actuales ataques a los
peajes catalanes y otras fechorías como cortes de carreteras, quema de
neumáticos, amenazas y extorsiones a la convivencia pacífica que practican con
absoluta impunidad. Con toda lógica, la Fiscalía investigará a los CDR por
posible rebelión y, aunque el Ministerio del Interior defiende la
“profesionalidad” de los Mossos ante estos grupos violentos, lo cierto es que
los piquetes levantan las barreras de los peajes a su antojo, mientras Rivera y
el PSC instan a evitar “actos insurreccionales” y Torrent decide validar el
voto delegado de Puigdemont frente al criterio de los letrados del Parlament y
la advertencia del TC. Ya ven el desacato y la violencia, que no excesos
aislados, sigue gozando de buena salud. Entretanto la Fiscalía alemana solicita
la entrega de Puigdemont y aprecia alta traición, quedando así el expresident a
la espera de lo que decida un tribunal alemán sobre su traslado a España y,
mientras tanto, seguirá en prisión. Es obvio que el fiscal alemán ve violencia
en la rebelión de Puigdemont, considerando “justo y pertinente” entregar al
prófugo (ya apresado) por rebelión y malversación, considerando que estos
delitos por los que se le acusa equivalen a los de alta traición en Alemania,
que marca así el destino del resto de prófugos de la Justicia española,
incluyendo en su escrito que “en la rebelión se contempla celebrar un
referéndum ilegal pese a que eran esperables comportamientos violentos” y
sostiene que permanezca en prisión “por riesgo de fuga” hasta que el juez
resuelva (cuestión distinta será lo que decida el juez alemán). Y mientras se
publica que los Mossos intentaron montar un piso franco en Madrid para espiar a
diputados y senadores, un plan frustrado por la Policía en 2014, Interior cesa
a la Directora de Seguridad de Cataluña por trasportar urnas en su propio coche
el 1-O y el Ministerio de Educación se declara incapaz de garantizar el
castellano pese al 155 y renuncia a la Casilla del idioma oficial, junto al
Catalán, en Cataluña. Por su parte Artadi..... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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