miércoles, 11 de abril de 2018

MASTERS-FANTASMAS

                        Por aquello de que, como la mujer del César, los políticos no sólo han de ser honrados sino parecerlo, siempre defendí que no era saludable que ninguna persona mejorase su “currículum” profesional durante su dedicación a la política, manía por cierto frecuente de demasiada gente para adornar su imagen; entendí que cuando alguien decide dedicar un tiempo de su vida a la política (algunos incluso deciden hacerlo para siempre), sustituyéndola por su actividad profesional, si es que la tienen (supongo que cada quien debe tener una profesión, la que sea, antes de dedicarse a la política y vivir de ella, como es lógico), no debía alterar sustancialmente durante ese periodo (siempre cabe la sospecha de utilizar su cargo para obtener ventajas) su bagaje profesional (e incluso económico, salvo en la proporción adecuada y medible entre su cargo actual y su status anterior) y, por ello, ni se me pasó por la imaginación mejorar mi currículum durante mi estancia en la política activa: cuando fui elegido diputado era maestro con oposición ya aprobada, plaza en Alicante y licenciado en Historia, y cuando dejé de serlo ese siguió siendo mi currículum (otros decidieron en ese periodo de actividad política hacer oposiciones, masters, cursos post-grado para promocionarse profesionalmente e incluso algunos consiguieron mejorar desproporcionadamente sus fortunas, al extremo de haber entrado en política siendo económicamente personas normales y salir de ella siendo millonarios). Y, visto lo visto, cada vez estoy más convencido de que mi opción fue la acertada. El patético caso del absurdo máster de Cifuentes (y no es el único, no sólo en las filas del PP sino en las del resto de partidos políticos) y su master-fantasma, salta a la palestra convulsionando la gobernabilidad de la Comunidad de Madrid y a su propio partido que no sabe cómo salir del embrollo. Ha bastado que un profesor de la URJC, militante del PSOE y resentido con la actuación de la exconsejera popular, Lucía Figar, filtrse por lo visto el oscuro asunto a la prensa para desatar el caos, pues las explicaciones, confusas y contradictorias, entre la Universidad y Cifuentes apuntan a la veracidad de lo publicado y a tremendas irregularidades en la obtención del maldito máster, al extremo de que la URJC lleva el asunto a Fiscalía, mientras profesores de la propia Universidad se desmienten unos a otros e incluso hay acusaciones de amenazas….desatándose una guerra política a muerte. Los populares piden explicaciones al PSOE por el origen del caso (aquello de “matar al mensajero”, cuando si consideran que éste vulneró la legalidad al no llevar el caso a un juez, como sería lo correcto en cualquier funcionario, lo que procede es llevarlo a los juzgados), la presidenta madrileña acusa a los socialistas de estar detrás de la “trama” (pero no aporta todas las pruebas para demostrar que no existe), el PSOE con el apoyo de Podemos registra una moción de censura contra ella (que alega que ella no ha hecho nada y que quien tiene que demostrar la pulcritud del master es la Universidad y no los alumnos), Ciudadanos (sabedor de que sí prospera la censura quitará el gobierno al PP para dárselo a Podemos-PSOE) propone una comisión de investigación, que rechaza el PP, y desde este..... (sigue leyendo en

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