domingo, 8 de abril de 2018

EUFORIA SECESIONISTA

                        No es para menos; la puesta en libertad bajo fianza de Puigdemont por parte del tribunal regional-territorial alemán de Schleswig-Holstein, exonerándole además del delito de rebelión por considerar que la violencia ejercida por el “procés” no es suficiente para imputárselo, ha desatado la euforia en el totalitario mundo secesionista que, acorralado por el Estado democrático español de Derecho y por la Justicia española, recibe una inyección de oxígeno con esta decisión judicial que, de entrada, los demócratas hemos de respetar aunque los secesionistas totalitarios sean los primeros en no respetar ni acatar las decisiones judiciales cuando éstas no les gustan o van contra sus totalitarios objetivos e intereses. No extraña pues que Puigdemont, nada más salir de la cárcel, arremetiera con sus manifiestas mentiras contra España por tener “presos políticos” a pesar de que el citado tribunal regional germano no le reconoce semejante estatus (en ningún Estado democrático hay presos políticos) y simplemente decide no extraditarlo (que no es tema menor) para que, como sus compañeros de aventuras, pueda ser juzgado en España por rebelión, con lo que en un par de días este tribunal menor alemán tira por tierra todo el trabajo instructor de meses del Tribunal Supremo de España recabando pruebas e indicios para juzgarle, tal como procede cuando hay presunción de delitos cometidos, dándose la paradoja de que, en caso de demostrarse durante el juicio la comisión del delito de rebelión por parte del resto de imputados encarcelados, subalternos de Puigdemont en la dirección del “procés”, la fuga de éste de la Justicia quedaría premiada respecto a quienes, no huyendo de la misma, afrontan las consecuencias judiciales de sus actos, pues el principal jefe de la banda se iría de rositas no porque no haya cometido los delitos que se le imputan sino porque se ha impedido por arte de magia que pueda ser juzgado como sus compañeros de aventuras. Un despropósito jurídico descomunal, se mire como se mire, pues es inaceptable que los países miembros de la UE (e incluso los del resto de Europa), en los que impera la democracia y el Estado de Derecho, así como la defensa de los derechos humanos, se conviertan en verdaderos “paraísos judiciales” para los delincuentes, impidiendo a priori que presuntos delitos cometidos puedan ser juzgados fehacientemente en los diversos países por sus respectivos tribunales de Justicia, homologados y homologables, en procedimientos judiciales con todas las garantías procesales y los pertinentes recursos a las distintas instancias judiciales superiores, incluidas las europeas, para corregir definitivamente los posibles errores que cualquier instancia inferior haya podido cometer. Tan incomprensible sería que, por ejemplo, el Tribunal Superior de La Rioja hiciera tambalear una causa del Tribunal Federal de Justicia de Alemania, como que..... (sigue leyendo en

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