Por orden del prófugo
Puigdemont el Parlament de Catalunya se sitúa otra vez al borde de la rebelión
pretendiendo los secesionistas imponer una votación para “reafirmar la
declaración de independencia y la proclamación del Estado Catalán”, aunque, en
esta ocasión, ERC y JxC fuerzan a la CUP a renunciar a la DUI, ante la advertencia del Gobierno y de la Fiscalía
de que actuarían inmediatamente si se consumaba la desobediencia, por lo que el
temor a las consecuencias judiciales lleva a los independentistas totalitarios
a evitar reafirmar la ilegal declaración del 27-O, forzando a los antisistema a
limitar las enmiendas a reivindicar el referéndum ilegal y a respaldar al Jefe
supremo Puigdemont, lo que no es de menor gravedad. No obstante el President
del Parlament se sitúa al borde de hechos delictivos por aceptar a trámite,
como hizo en su día su antecesora Forcadell (actualmente imputada), las
ilegales pretensiones de los cupistas, pues Fiscalía ve de “extrema gravedad”
el nuevo desafío y estudia actuar. Así, el prófugo Puigdemont, instalado en un
caudillismo supremo al mejor estilo franquista, es reconocido por el Parlament
y desde Waterloo presidirá un “Consejo de la República” inexistente, decidido,
sí o sí, a seguir acaudillando el ilegal secesionismo, aunque, tras conseguir
el sometimiento del Parlament a su sacrosanta pretensión de autoridad, renuncia
momentáneamente a su candidatura y da el relevo al inelegible Jordi Sánchez,
mientras él sigue mandando desde Bélgica este insólito órgano ficticio de la
supuesta república inexistente. En definitiva, para seguir manteniendo la farsa
secesionista y, por tanto, seguir viviendo de los catalanes como autoproclamado
“president” en el exilio, mientras anuncia una querella contra el Estado ante
la ONU, tiene que aceptar que ya no gobernará en Cataluña ni él ni ninguno de
los sustitutos presos con esta rendición momentánea, pero imponiendo a un
sucesor “títere” y forzando al Parlament a desafiar al Constitucional
reconociéndole su legitimidad simbólicamente que le permite anunciar que da “un
paso al lado provisional” mientras sitúa al “mártir” Sánchez como sustituto, al
igual que en su día Franco situó como sucesor a Carrero Blanco tras tener todo
“atado y bien atado”. Y entretanto, mientras el Gobierno le advierte de que “no
podrá vivir del erario público” (por no decir vivir del cuento) e investiga
cómo financia la vida de lujo que lleva en Bélgica (parece ser que altos cargos
de la Generalitat dan parte de sus sueldos para sostener al caudillo), ERC, que
no se atreve a romper clara y definitivamente con el caudillo secesionista,
rechaza con la boca pequeña al títere e inelegible de Puigdemont y le exige de
mentirijilla que se vaya del todo, que se vaya de verdad, mientras propone a
Junqueras (otro inelegible) en lugar de Sánchez para que el caudillo Puigdemont
no tutele la Generalitat, evidenciando así el independentismo su división,
mientras el caudillo Puigdemont amenaza con elecciones si no se elige a su
hombre de paja. ¿Es que no hay en toda Cataluña un candidato exento de cargas e
investigaciones judiciales capaz de aglutinar una mayoría gubernamental en el
Parlament? ¿Hasta cuándo los catalanes van...... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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