miércoles, 28 de febrero de 2018

DEFENDER EL ESTATUT Y LA CONSTITUCIÓN


                        Desde el más puro sentido común y el más básico principio democrático se entiende que la esencial función de un Jefe de Estado, de Gobierno o de cualquier otra institución de un Estado Democrático de Derecho es defender las reglas de juego acordadas democráticamente por los ciudadanos y recogidas en su respectiva Carta Magna y en el resto de resoluciones que emanan de la misma, ajustadas al Imperio de la Ley. Pues bien, en España no se tiene esto tan claro y no son pocos los que olvidan frecuentemente estos básicos principios de convivencia en paz y libertad, contaminando así peligrosamente la salud democrática en nuestro país. Una vez más nuestro Jefe de Estado, el Rey Felipe, es boicoteado en Cataluña por representantes institucionales, en este caso con motivo de la inauguración del MWC, la mayor Feria Mundial de telecomunicaciones, que se celebra en Barcelona, con un indecente e irresponsable desplante en el acto de bienvenida por parte de la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, anfitriona del evento, y del President del Parlament, Roger Torrent, máximo representante parlamentario de todos los catalanes, mientras los Comités de Defensa de la República, verdadero ariete del independentismo totalitario, agitaban las calles, amenazando así la propia continuidad de la MWC en la Ciudad Condal y provocando una veintena de contusionados y un detenido. Ya en la cena de bienvenida (a la que sí acudieron tanto Colau como Torrent), el Rey, durante su discurso recuerda que el éxito de la Feria depende de la “cooperación institucional” e insta a la unión de las instituciones como “clave del éxito” para lograrlo, haciendo caso omiso del desaire recibido poco antes e ignorando semejante provocación, para no enrarecer aún más el ambiente. Finalmente, ya en conversación privada, el Rey, ante el reproche de la alcaldesa por su, según ella, “falta de empatía bestial” en su anterior discurso tras el 1-O, deja claro a Colau que, como Jefe del Estado, está “para defender el Estatut y la Constitución” (ella como alcaldesa debería hacer lo propio); obvia e impecable respuesta democrática, que debiera ser aplaudida por cualquier demócrata, ante determinadas equidistancias calculadas o posicionamientos antidemocráticos en asunto tan fundamental. Una vez más, como es habitual en el Monarca en todas sus intervenciones, tuvo que explicar lo obvio, en este caso a la alcaldesa de Barcelona. Obviamente, los organizadores del MWC se quejan de la inestabilidad política, pidiendo “bromas las justas”, aunque de momento no peligra la continuidad del evento en Barcelona (el Ministro Nadal ha mantenido un contacto continuo durante este convulso último año para evitar que el evento deje Barcelona y busque otra sede menos problemática), mientras Moncloa asegura que.... (sigue leyendo en

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