Un dicho popular dice
“éramos pocos y parió la abuela” para expresar el agravamiento de una situación
complicada con nuevos acontecimientos que la complican más todavía. Pues bien,
es lo que podría aplicarse en España al problema del secesionismo ya que, por
si no fuera suficiente con el desafío catalán, ahora en Euskadi se suma la
decisión del PNV de incluir en el nuevo Estatuto Vasco el etéreo y maleable
“derecho a decidir” que, en román paladino, quiere expresar el “derecho a la
autodeterminación”, no aplicable por Naciones Unidas a territorios como
Cataluña o País Vasco y, por tanto, un derecho inexistente. Siendo cierto que
los peneuvistas modulan su propuesta para que nunca traspase el “marco legal”
(los nacionalistas catalanes tampoco lo planteaban hasta pasarse al
independentismo), es cierto también que vienen a exigir la necesidad por parte
del Estado de que se modifique el marco constitucional para posibilitar
legalmente a los vascos ejercer dicho derecho. Ya tenemos pues el escenario
perfecto para la indefinición y el chantaje, en caso de que los españoles
(depositarios de la soberanía nacional) decidan por mayoría dejar las cosas
como están. Basta analizar lo acaecido en Cataluña para pronosticar por dónde
pueden ir los tiros en el futuro en territorios vascos y navarros. Mala noticia
pues la propuesta del PNV como lo fue en su día la trasmutación de Convergencia
en un partido independentista, propiciando en el Parlament una mayoría política
secesionista unilateral que no se corresponde con la mayoría social de
Cataluña, ni con las directrices de estabilidad geopolítica europea e
internacional. Como en sus ensoñaciones, tanto vascos como catalanes,
reivindican, aunque con la boca pequeña, la inclusión de los territorios vascos
y catalanes al norte de los Pirineos, en territorio del Estado Francés, sólo se
atreven a desafiar a España pues bien saben cómo se las gastaría el Gobierno y
el Estado galo en caso de que intentaran una amenaza en serio al respecto. Para
muestra, el último botón: Macron, en su primera visita a Córcega como
Presidente de la República Francesa, apela a la unidad de Francia y muestra su
firmeza contra el nacionalismo, manifestando y advirtiendo, junto a la viuda y
los hijos del prefecto Claude Erignac (asesinado hace 20 años por un comando
nacionalista corso), que.... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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