Los partidos
tradicionales, indiscutibles protagonistas de nuestra democracia, andan algo
desnortados viendo cómo las encuestas paralizan sus expectativas de voto de
cara a los comicios que se avecinan y por eso andan buscando el camino acertado
para darle un vuelco. Otra cuestión es que acierten en las estrategias para
lograrlo. La última de las encuestas, la de GAD3, dice que, en caso de
elecciones generales, el PP vuelve a superar a Ciudadanos, pero sólo por 48.000
votos (eso sí, juntos sumarían 193 escaños), y que el PSOE no aprovecha el
hundimiento de Unidos Podemos (el PP obtendría el 25´8% de votos y entre
100-105 escaños, Ciudadanos 25´6% y 83-88, PSOE 23´7% y 93-96; y Unidos
Podemos-En Comú-Compromís-En Marea 14´8% y 42-44 escaños). También dice que, en
elecciones locales, el populismo perdería las grandes ciudades ante una
hipotética coalición PP-Ciudadanos, que permitiría al centro derecha recuperar
14 capitales, sumar mayoría en 35 y dejar al PSOE sólo con Sevilla y Toledo.
Por otro lado, según Metroscopia, los votantes del PP quieren que Rajoy dé un
paso ya a un relevo, pues el 62% de los electores populares son partidarios de
que el Presidente del Gobierno abandone ya el cargo; y los votantes del PSOE no
creen en el proyecto del partido, pues la mayoría de ellos dice preferir los
planes de futuro para España de Ciudadanos, con lo que la caída de Podemos no
hace crecer a los socialistas, ya que a la pregunta de quién tiene un proyecto
de futuro para España, los que votaron PSOE en los últimos comicios contesta un
43% que sí lo tiene Ciudadanos, un 30% que lo tiene el PSOE y un 6% que lo
tiene Podemos o el PP. Ante semejante panorama demoscópico, obviamente saltan
las alarmas. De un lado el PP de Rajoy busca la “paz” con sus barones ante la
presión de Ciudadanos, que le resta escaños en 27 provincias, pero los líderes
regionales evitan hablar de la sucesión del Presidente, aunque frenan a
Montoro, descartando las quitas de deuda e imponiendo desbloquear la financiación,
y exigen más iniciativas políticas al Gobierno ante el auge de su socio
gubernamental, Ciudadanos, sobre el que Rajoy sostiene que “sí hay un pacto no
se pega al socio, pero si el socio te pega hay que defenderse”, tras plantearle
varios dirigentes en Génova su preocupación, pero todos evitaron abordar la
corrupción. De otro lado, en el PSOE de Sánchez, cuya alternativa de izquierdas
pierde peso en un sorprendente “slalom” del Secretario General de vuelta al
PSOE de la Gestora (pacto con Rajoy y una labor de oposición desdibujada,
defendiendo el mismo modelo de Estado que defendía Susana Díaz), el Jefe se
hace cada vez más Jefe a nivel interno y lanza nuevas reglas para ganar poder
frente a los barones; en efecto, Sánchez anula el poder local en un PSOE a su
medida, ya que el nuevo reglamento le concede la interlocución exclusiva con
las bases, según Ávalos para convertirlo en “el partido de los militantes”,
pero lo cierto es que.... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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