sábado, 3 de febrero de 2018

LOS MENSAJES DE PUIGDEMONT


                        En un inesperado ataque de racionalidad o realismo (llámenle como prefieran) el iluminado y visionario ex president, Carles Puigdemont, prófugo de la Justicia, reconoce el estrepitoso fracaso de su diabólico y totalitario “procés” a través de una serie de mensajes al también fugado ex consejero Comín, quien, al parecer, en un sospechoso descuido, los ha dejado filtrar, ahondando así en la podredumbre del totalitario proyecto secesionista unilateral. Vean si no, pues, nada más clarificador que conocer los mensajes tal cual: “el plan de Moncloa triunfa; esto se ha acabado, los nuestros nos han sacrificado”, “sólo espero que sea verdad y que gracias a esto puedan salir todos de la cárcel porque si no el ridículo es histórico, histórico”, “volvemos a vivir los últimos días de la Cataluña republicana”, “supongo que tienes claro que esto se ha terminado, los nuestros nos han sacrificado, al menos a mí, vosotros seréis consellers –espero y deseo- pero yo ya estoy sacrificado tal y como sugería Tardá”, “no sé lo que me queda de vida –espero que mucha- pero la dedicaré a poner en orden estos dos años y proteger mi reputación, me han hecho mucho daño con calumnias, rumores, mentiras que he aguantado por un objetivo común, esto ahora ha caducado y me tocará dedicar mi vida a la defensa propia”. Es obvio que, de momento al menos, la ofensiva del Estado de Derecho y las traiciones en el secesionismo hunden a Puigdemont y la revelación de los mensajes en los que confiesa el fracaso de su desafío ahonda en la crisis del “procés”. Si en su día, cuando tuvo serias dudas de seguir adelante con la locura totalitaria, sus colegas de aventuras le llamaron “traidor” a gritos en las calles y plazas, para aplaudirle fervorosamente instantes después tras su errada decisión de seguir adelante con el Golpe de Estado, ahora sus colegas, decididos a reconducir la locura y evitar la prisión, le traicionan porque es ya casi el único que apuesta por seguir desafiando al Estado de Derecho y, hoy por hoy, es el principal obstáculo para que la racionalidad política regrese a Cataluña. No extraña que ahora JxC, el movimiento nacional de Puigdemont, intente recomponer su estrategia al verse más debilitado ante ERC, ni que líderes del PDeCat, el podrido partido de Artur Mas y Pujol, le aconsejen ahora que busque trabajo en Bruselas y se quede allí, mientras Tardá (¡quién lo diría!) marcaba el camino más sensato dejando claro y en público que, si era necesario sacrificar a Puigdemont, habría que hacerlo. En efecto, ERC, tras marcar por boca de Tardá (mal asunto si el radical portavoz es ahora la voz más sensata de la clase) el camino a seguir, lo remata cuando Torrent, bendecido por el jefe Junqueras, aplaza el Pleno de la ilegal investidura y, finalmente, un indiscreto Comín pone el punto final a la estrategia. Por su parte el Supremo, prevé que el ex president y el resto de encausados, es decir, la cúpula del “procés”, queden inhabilitados en un plazo de entre dos o tres meses y, entretanto, prevé dejar presos a los cabecillas del golpe de Estado hasta que llegue el juicio, al ver un claro riesgo de que persistan en el delito mientras Puigdemont lidere la estrategia independentista, tal como acaba de hacer con Forn, el ex conseller de Interior, manteniéndole en prisión a pesar de su renunciado a su acta de diputado. Es evidente que.... (sigue leyendo en

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