En un inesperado ataque
de racionalidad o realismo (llámenle como prefieran) el iluminado y visionario
ex president, Carles Puigdemont, prófugo de la Justicia, reconoce el
estrepitoso fracaso de su diabólico y totalitario “procés” a través de una
serie de mensajes al también fugado ex consejero Comín, quien, al parecer, en
un sospechoso descuido, los ha dejado filtrar, ahondando así en la podredumbre
del totalitario proyecto secesionista unilateral. Vean si no, pues, nada más
clarificador que conocer los mensajes tal cual: “el plan de Moncloa triunfa;
esto se ha acabado, los nuestros nos han sacrificado”, “sólo espero que sea
verdad y que gracias a esto puedan salir todos de la cárcel porque si no el
ridículo es histórico, histórico”, “volvemos a vivir los últimos días de la
Cataluña republicana”, “supongo que tienes claro que esto se ha terminado, los
nuestros nos han sacrificado, al menos a mí, vosotros seréis consellers –espero
y deseo- pero yo ya estoy sacrificado tal y como sugería Tardá”, “no sé lo que
me queda de vida –espero que mucha- pero la dedicaré a poner en orden estos dos
años y proteger mi reputación, me han hecho mucho daño con calumnias, rumores,
mentiras que he aguantado por un objetivo común, esto ahora ha caducado y me
tocará dedicar mi vida a la defensa propia”. Es obvio que, de momento al menos,
la ofensiva del Estado de Derecho y las traiciones en el secesionismo hunden a
Puigdemont y la revelación de los mensajes en los que confiesa el fracaso de su
desafío ahonda en la crisis del “procés”. Si en su día, cuando tuvo serias
dudas de seguir adelante con la locura totalitaria, sus colegas de aventuras le
llamaron “traidor” a gritos en las calles y plazas, para aplaudirle
fervorosamente instantes después tras su errada decisión de seguir adelante con
el Golpe de Estado, ahora sus colegas, decididos a reconducir la locura y
evitar la prisión, le traicionan porque es ya casi el único que apuesta por
seguir desafiando al Estado de Derecho y, hoy por hoy, es el principal
obstáculo para que la racionalidad política regrese a Cataluña. No extraña que
ahora JxC, el movimiento nacional de Puigdemont, intente recomponer su
estrategia al verse más debilitado ante ERC, ni que líderes del PDeCat, el
podrido partido de Artur Mas y Pujol, le aconsejen ahora que busque trabajo en
Bruselas y se quede allí, mientras Tardá (¡quién lo diría!) marcaba el camino
más sensato dejando claro y en público que, si era necesario sacrificar a
Puigdemont, habría que hacerlo. En efecto, ERC, tras marcar por boca de Tardá
(mal asunto si el radical portavoz es ahora la voz más sensata de la clase) el
camino a seguir, lo remata cuando Torrent, bendecido por el jefe Junqueras,
aplaza el Pleno de la ilegal investidura y, finalmente, un indiscreto Comín
pone el punto final a la estrategia. Por su parte el Supremo, prevé que el ex
president y el resto de encausados, es decir, la cúpula del “procés”, queden
inhabilitados en un plazo de entre dos o tres meses y, entretanto, prevé dejar
presos a los cabecillas del golpe de Estado hasta que llegue el juicio, al ver
un claro riesgo de que persistan en el delito mientras Puigdemont lidere la
estrategia independentista, tal como acaba de hacer con Forn, el ex conseller
de Interior, manteniéndole en prisión a pesar de su renunciado a su acta de
diputado. Es evidente que.... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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