Si no fuera por el daño
que hacen determinadas declaraciones, actitudes y comportamientos de no pocos
líderes políticos españoles podríamos concluir que tenemos en España un grotesco
escenario político, pues buena parte de ellos rayan lo ridículo, absurdo o
extravagante, produciendo inevitablemente burla o risa por doquier. En efecto,
mientras el PNV se destapa y plantea una independencia “de facto”, proponiendo
reformar el Estatuto de Guernica para que el País Vasco sea “sujeto político”
con una relación “convivencial con España” (como si los vascos fueran
extraterrestres), con “derecho a decidir”, con una “fuerza superior a la
legalidad vigente” y controlando las pensiones, el servicio de empleo y las
relaciones con la UE, prosigue en Cataluña el grotesco espectáculo de una
negociación para hacer President, aunque sea de forma virtual y por
correspondencia, al prófugo Puigdemont, sencillamente porque a él le da la gana
y exige poder para gobernar la Comunidad Autónoma desde Bélgica, en tanto que
las dudas de ERC y la CUP confunden aún más tan absurdas negociaciones. ¿No
sería cómico si sus consecuencias no fueran dramáticas? Vean si no: si de un
lado el miedo a la prisión ablanda al independentismo y la líder imputada de la
CUP, Anna Gabriel, pide desde Venezuela aplazar su declaración ante el Supremo,
de otro lado los empresarios que financian en B a Puigdemont viajan a Bruselas
vía Marsella para no dejar rastro, mientras ERC espera que el prófugo “aterrice
en la cordura” y permita un Govern catalán que no se salte la ley; si de un
lado, Puigdemont exige a ERC control total desde Bruselas y le presiona con
manejar el Govern desde una Asamblea en el exilio, asumiendo que no podrá ser
investido, de otro lado se busca un “plan B” independentista como solución de
consenso JxC-ERC, con Artadi y Rovira, respectivas manos derechas de Puigdemont
y Junqueras, como sus sucesoras en la Presidencia y Vicepresidencia de la
Generalitat….. Y así sucesivamente, mientras se especula con que el Gobierno de
Rajoy toleraría un papel simbólico de Puigdemont, mirando hacia otro lado si no
se le da un reconocimiento administrativo; mientras Roger Torrent, que ya se
había entrevistado con los prófugos en Bruselas, visita a Junqueras y al resto
de presos en Estremera, afirmando que defenderá “sus derechos políticos”;
mientras, finalmente, Puigdemont desinfla la solución Artadi, afirmando que “el
sucesor debe ser un alcalde; mientras Cataluña, según informe de los letrados
del Parlament, queda sin plazo para formar nuevo gobierno y queda bloqueada
institucionalmente; y mientras JxC desafía definitivamente a ERC y por su
cuenta registra en el Parlament una iniciativa para modificar la ley y poder
investir al prófugo Puigdemont a distancia. ¿No es todo ello grotesco si no
fuera tan pernicioso para los catalanes y para el resto de españoles? No
extraña que.... (sigue leyendo en
Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
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