domingo, 18 de marzo de 2018

POLÍTICAS CALLEJERAS

                        Mal asunto cuando en democracia, ante la inoperancia de las instituciones y los partidos políticos, las políticas se hacen en las calles con genéricas propuestas demagógicas y con pocos argumentos razonados y razonables. Así ha sido en esta turbulenta semana que agoniza, tras asistir a dos inoperantes debates parlamentarios en el Congreso (uno sobre pensiones y otro sobre prisión permanente revisable) que han brillado por la ausencia de propuestas viables concretas, razonadas y argumentadas, para mejorar la situación actual de sendos problemas. Así las cosas, la semana finaliza con manifestaciones callejeras, lideradas por eslóganes que todos podríamos apoyar pero sin ofertas concretas de solución. Y por si lo anterior fuera poco, la muerte fortuita de un inmigrante senegalés en el barrio de Lavapiés de Madrid alienta la demagogia populista que, con mentiras flagrantes y denunciables probablemente, añaden al turbulento panorama callejero el fantasma del racismo, generando máxima tensión y graves disturbios en el barrio, destrozos en el mobiliario y en las tiendas con ataques intolerables a la Policía, a la que falsamente acusan de ser la responsable de la fortuita muerte del “mantero”, pues, tal como revela la autopsia, Mmame Mbaye, que así se llama el fallecido, tenía una cardiopatía congénita y murió de un desgraciado paro cardiaco fortuito, tal como declara incluso otro compañero suyo que le acompañaba, dejando bien claro que la policía nada tuvo que ver en el trágico suceso y que Mbaye se desplomó de repente casi a las puertas de su casa. Pero el rumor, desencadenado de forma intencionada probablemente, de que le perseguía la Policía desató el caos y generó el típico vandalismo antisistema, cuyos daños pagaremos una vez más todos los ciudadanos, mientras Podemos manipulaba esta muerte natural y concejales de Carmena culpaban del fallecimiento al “capitalismo” y al “racismo institucional”, en tanto que, para colmo, Monedero, mintiendo y calumniando flagrantemente, declaraba que “aquí, en Lavapiés, ha muerto esta noche Mmame Mbaye, un inmigrante perseguido por la Policía; cuánto dolor innecesario” alentando el bulo miserable que se extendía como la pólvora en las redes sociales, cuando el atestado policial acreditaba lo contrario, tal como se demostró después. En su locura demagógica Podemos, para denunciar que el mantero era una “víctima del capitalismo” olvidó incluso que en Madrid gobierna su partido, con el impagable e incomprensible apoyo del PSOE de Sánchez, y que, por tanto, la Policía Local depende del Ayuntamiento, quien tuvo finalmente que salir a la palestra para, ante la evidencia, sintonizar y coincidir con el atestado policial y con los testigos, entre ellos un amigo de Mmame, que le acompañaba, quien aseguraba contundente: “me dijo que estaba mal, se sintió indispuesto y cayó desplomado antes de llegar a su casa”. El daño malintencionado ya estaba hecho. Al parecer Mmame se encontraba en la Puerta del Sol cuando se produjo una operación rutinaria por parte de la Policía Local, dirigida por Carmena y compañía, contra la venta ambulante por lo que decide trasladarse del lugar, se encuentra con un amigo y se desplazan a Lavapiés, donde sufre un infarto de miocardio que le provoca una parada cardiorrespiratoria; un desgraciado suceso que aprovecha Ramón Espinar, portavoz de Unidos Podemos en el Senado y Secretario General de Podemos en Madrid, para.... (sigue leyendo en

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