miércoles, 30 de agosto de 2017

LEY DE RUPTURA, MÁS QUE UN BODRIO


                        Tras el indeseable esperpento intolerable protagonizado por los independentistas catalanes durante la concentración antiterrorista en Barcelona, arranca, tras las vacaciones, el curso político, envenenado sin duda por el ilegal referéndum ya que, mientras Rajoy exige a Puigdemont que deje su ilegal “plan de ruptura”, el President redobla su ofensiva secesionista lanzando su ley suprema de su república. En efecto, el Presidente, que se niega a escuchar afrentas y exige al President catalán que detenga sus ilegales planes rupturistas, abre el curso político con una llamada a mantener la unidad de todos los partidos para afrontar la amenaza terrorista, asegurando que las “afrentas” de Puigdemont no varían su rumbo, rebajando la tensión tras la manifestación de Barcelona y ordenando no caer en las provocaciones de la Generalitat, reafirmándose en que no habrá ningún referéndum el 1-O, mientras se sabe que la ANC se infiltró en la organización de la concentración antiyihadista y los voluntarios controlaron la seguridad del acto, colgaron esteladas estratégicamente y repartieron 70.000 flores, y grupos de asistentes, demócratas de toda la vida, propinaban gritos de “fuera” y llamaban “asesinos”, tanto al Rey como al Presidente del Gobierno, o decían “fuera los españoles, sí a los inmigrantes”… En fin, todo un ejercicio de matonismo político intolerable, que Rajoy zanja diciendo que “las afrentas de algunos no las hemos escuchado”, ignorando que tanto Puigdemont como Colau asignaron los puestos estratégicos a los reventadores de la ANC, bloque independentista que ocupó el sitio adecuado para lanzar mensajes intolerables contra las máximas autoridades del Estado, bien cerca de ellos, mientras en el resto de la manifestación se respiraba absoluta normalidad (la gente no es tonta y, según NCReport, la gran mayoría cree que los soberanistas hicieron un descarado uso político de los atentados). Pero, como la totalitaria locura soberanista va en serio, el independentismo, pasado este bochornoso espectáculo, da un paso más e, inmediatamente, lanza la ley suprema de su paradisiaca república, entre otras cosas porque la CUP, sí o sí, obliga a sus aliados a aprobar la ilegal ley de ruptura antes del ilegal referéndum, para que la Generalitat asuma poderes internacionales y nacionales sin negociar, dejando todo el proceso constituyente en manos de un llamado foro social (al mejor estilo de Nicolás Maduro en Venezuela), mientras Podemos y ERC dialogan ya sobre futuras alianzas tras el 1-O, generando malestar en un decadente PDeCAT por el salto delante de su aliado soberanista (ya ven, pocos y mal avenidos), y mientras Rajoy y Sánchez hacen... (sigue leyendo en

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