miércoles, 31 de enero de 2024

LA AMNISTÍA, BLOQUEADA

                         Por una vez en su trayectoria política Sánchez cumple su palabra y ¿qué es lo que pasa? Bien sencillo: que se pone de manifiesto inequívocamente, y por si alguien lo dudara todavía, que quien gobierna y manda en España no es él como Presidente del Gobierno sino el prófugo Puigdemont, que le teledirige desde su guarida de Waterloo, como ya todo el mundo sabe o debiera saber, condenando a todos los ciudadanos españoles, incluidos los catalanes, a sus fascistas designios a cambio del alto precio que Sánchez le paga por mantenerse en el Gobierno, es decir, a cambio de que los siete diputados que tiene Junts voten a Sánchez en el Congreso y escondan así la patética realidad de que el PSOE de Sánchez, que perdió las elecciones generales, no cuenta con la mayoría suficiente en la Cámara Baja para gobernar y ni siquiera pagando el alto precio antidemocrático que le cobra el prófugo por sostenerle en el poder, lo que, al final, pagaremos, sin duda alguna, todos los españoles, incluidos los catalanes, cuando acabe esta pesadilla totalitaria que estamos soportando en España, incluida Cataluña, por obra y gracia de Sánchez y su ambición personal desmedida. En efecto, después de que Sánchez, contra todo lo que prometiera antes de entenderse con el prófugo, haya cedido a todas las exigencias totalitarias del fugado y haya concedido escandalosas peticiones del secesionismo a cambio de los siete escaños con que cuenta el derechista y totalitario catalán (indultos, eliminación de la sedición, rebaja de la malversación, cesiones de competencias reservadas al Estado, etc etc) hasta llegar a esta intolerable amnistía pactada con el prófugo para todos los condenados y huidos del ilegal y totalitario “procés”, Puigdemont se da cuenta a última hora de que en el texto hay delitos, como el de terrorismo o la alta traición, que no se pueden amnistiar ya que el derecho europeo así lo contempla y, que dos jueces españoles están instruyendo dos casos, como es su obligación, por si el prófugo hubiese incurrido en la comisión de los mismos como jefe de la banda del ilegal “procés” y, en caso de que pudieran probado judicialmente, él quedaría excluido de la amnistía, decide miserablemente enmendar unilateralmente el texto presentado con el chantaje, una vez más, de que en caso contrario la ley no sale adelante en el Congreso, hasta que no tenga todas las garantías previas de su personal auto-amnistía, que es lo esencial del asunto.. Y así ha sido, pues, el prófugo Puigdemont, acostumbrado a que Sánchez hasta ahora haya reculado in extremis para plegarse a las indecentes imposiciones de Junts, en esta ocasión, contra lo esperado, el PSOE, ¡menos mal!, ha tenido la valentía de resistir inesperadamente (la ignominia tiene al final una verdadera línea roja casi imposible de cruzar ya que cruzarla supone caer en la perversidad, en este caso, perversidad anti-democrática total) ha rechazado su amnistía en la Cámara Baja, por lo que será devuelta a la Comisión de Justicia del Congreso para que durante un mes pueda ser negociada y pactada de nuevo y ser aprobada por fin antes de ser enviada al Senado, donde el PP cuenta con mayoría súper-absoluta; en definitiva, la amnistía, de momento, queda bloqueada y nos deja la incertidumbre de quien cederá para el desbloqueo final, si Junts o el PSOE, pues en caso de que ambos mantengan sus posiciones será la propia ley de amnistía la que no verá la luz, lo que obviamente sería la gran buena noticia que espera la inmensa mayoría de los ciudadanos españoles, incluidos los catalanes, que no entienden que la sedición y la malversación, tras ser indultados por el Gobierno sus autores, condenados en los tribunales con todas las garantías procesales, como en cualquier otro delito probado, requiera además ser ahora amnistiados para borrar totalmente sus graves antecedentes criminales contra el Estado de Derecho, como si sus delictivos comportamientos jamás hubieran existido.

Y ante semejante humillación al Gobierno y al propio PSOE y su trayectoria histórica reciente hasta la llegada del liderazgo de Sánchez, cabe preguntarse: ¿será porque Puigdemont y alguno más no han podido ser indultados ya que son prófugos de la Justicia y previamente habrían de haber comparecido ante los tribunales como hicieron el resto de sus compañeros de aventuras delictivas? Es lo procedente y el propio Sánchez, antes de tirarse al monte totalitario y antidemocrático del secesionismo, prometió por activa y pasiva que, como Presidente del Gobierno, traería al prófugo para ponerlo ante los Tribunales de Justicia (era su obligación como tal), pero nunca dijo ni prometió que, al final, lo traería en el Falcon y que le pondría alfombra roja como si se tratara de un verdadero gobernante de España que es en lo que “de facto” se ha convertido con sólo sus siete escaños. Y obviamente, antes o después, se le ha de ver la patita al lobo, pues Puigdemont, si no tiene garantizado al 100% su indecente e ignominiosa auto-amnistía, objetivo esencial de su movida fascista para denigrar y poner de rodillas a todo un Estado de Derecho y a su Gobierno, no va a ceder, pues no vaya a ser que al final los jueces, puedan probar sus..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

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