sábado, 18 de noviembre de 2023

SÁNCHEZ VENCE, PERO NO CONVENCE

                         Tras conseguir todos los votos del secesionismo, tanto de derechas (PNV, Junts) como de izquierdas (Bildu, ERC y BNG), según algunos por mera compra de votos a cambio de una amnistía y otras concesiones monetarias, más el voto de CC y, obviamente, los del propio PSOE y los de Sumar, con quien formará gobierno de coalición, Pedro Sánchez por fin autoriza a Francina Armengol, la Presidenta del Congreso, para que fijara fecha del debate de investidura, que acaba de finalizar, en el que el líder socialista sale victorioso e investido legítimamente Presidente por 179 votos (los de los grupos citados) frente a los 171 votos de la derecha de PP, Vox y UPN. Nada que objetar pues a su victoria parlamentaria, legítima y legal, tal como le reconoce Feijóo (no así Abascal), aunque le reprocha que dicha victoria es a costa de un flagrante “fraude electoral” ya que tanto el Presidente como la práctica totalidad de sus ministros prometieron en campaña electoral que jamás concederían una amnistía al “procés” con el contundente argumento de que sería ilegal y no encajaría en la Constitución, coincidiendo en esto con PP, Vox y Coalición Canaria, que lo siguen manteniendo, lo que supone que el rechazo a la amnistía en la Cámara Baja es o debería ser una aplastante mayoría muy cualificada, si no fuera porque ahora Sánchez necesita para salir victorioso en la investidura los siete votos de la ultraderecha secesionista catalana, es decir de Junts, y, al efecto, cede al chantaje del prófugo Puigdemont y alineándose con él negocia una amnistía de la que curiosamente el prófugo será uno de los principales beneficiados, y haciéndolo además de forma vergonzante en Bruselas al estar el sedicioso ex president catalán reclamado por la Justicia española y no poder volver a España; en fin, algo insólito en cualquier democracia. Por tanto, Sánchez vence legítimamente y es investido en el Parlamento, pero no convence, tal como lo ponen en evidencia los miles y miles de ciudadanos que protestan en las calles desde que se anunciara la amnistía por el pacto de semejante felonía con el secesionismo; y, es más, no sólo no convence a la ciudadanía española defraudada porque Sánchez no cumple sus propias promesas electorales (como ya hizo, entre otras, con los indultos, la malversación o la sedición) y porque con su incumplimiento finiquita la igualdad de los españoles que garantiza la Constitución, con lo que tampoco convence, entre otros, a las asociaciones de jueces y magistrados (tanto las conservadoras como las progresistas), a los colegios de abogados y otros colegios profesionales, a los inspectores de Hacienda y de la Seguridad Social, a las patronales etc etc, que consideran el pacto del PSOE sanchista con Junts y con el secesionismo totalitario un verdadero ataque a esa igualdad de los españoles ante la ley y un mazazo peligroso a la independencia del Poder Judicial y la división de poderes, esencial en cualquier democracia que se precie. Ya ven, demasiados críticos que no son todos unos fachas recalcitrantes a los que hay que aislar con un cordón sanitario como dicen desde instancias gubernamentales para desacreditarlos. La cruda realidad es que Sánchez vence en su estrategia parlamentaria de todos contra PP y Vox, con el cínico argumento de que son lo mismo, extrema derecha o derecha extrema, para impedir con ello la alternancia en el poder, que esto sí es peligroso, aunque el Presidente no convence al rodearse de aliados condenados y prófugos de la Justicia, por haber cometido graves delitos contra el Estado de Derecho, y de abertzales que incluyen en sus listas electorales a condenados por terrorismo y homenajean a quienes como argumentos convincentes usaban ya en democracia el tiro en la nuca, lo que, de entrada, invalida la supuesta soledad del PP y avala su necesidad de pactar con Vox, pues si la alternativa a semejante soledad que impide a Feijóo alzarse con el poder, consiste en acompañarse de los socios de Sánchez para conseguirlo, me temo que casi es mejor estar solo, ya que el remedio del perdedor Sánchez para ser investido es peor que la enfermedad del ganador Feijóo de quedar a las puertas de conseguirlo.

            Pero peor aún es que, habiendo perdido las elecciones, como le sucede a Sánchez, éste niegue incluso en el debate parlamentario que las ganó Feijóo, el más votado en los comicios y a considerable distancia, con el torticero argumento de que no gana las elecciones el partido más votado en las urnas sino el que en el Parlamento consigue más apoyos, aunque sea a cambio de lo que sea, llegando incluso a burlarse con carcajadas barriobajeras hacia el vencedor de los comicios, Feijóo, desde la tribuna del Congreso cuando éste le dice que no es presidente por no estar dispuesto a ceder o no haber cedido a los chantajes del secesionismo….insólitas risas impropias en cualquier democracia de quien va a ser investido presidente de todos los españoles (incluso de los que votan a la oposición) jaleadas por su Grupo Parlamentario, eufórico porque su perdedor Jefe prefiere optar para resolver asuntos de Estado por el minoritario partido secesionista, liderado por un prófugo de la Justicia, en vez de entenderse con el líder del partido mayoritario de la Cámara que en todos estos años de democracia se ha ido alternando con su partido en la gobernanza del Estado con la buena praxis, no escrita, de facilitar ambos al candidato vencedor de los comicios, lo que le proporciona a Sánchez el alto honor de ser el...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

 

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