lunes, 30 de octubre de 2023

ESPAÑA SOY YO

                         Después de meses de secretismo y chalaneo negociador, Sánchez, seguramente porque ya tiene pactada con el secesionismo su investidura, decide hablar por fin sobre la “amnistía”, la palabra maldita hasta ayer pero, desde hoy, bendita y benefactora; y lo hace ante el Comité Federal del PSOE, el máximo órgano de dirección del partido que, en su día, él desacató para hacerse con el poder del mismo mediante un proceso asambleario, ajeno a los Estatutos, con el objetivo de que las decisiones las tomasen los militantes de base, cuando, a tenor del acatamiento ahora y la falta de crítica de sus miembros (excepto, la de Page, una “rara avis”), hoy se apoya en ese Comité Federal más dócil y domesticado, dispuesto a decirle “sí bwana” a todo lo que él diga o haga; sin duda hay que valorar la capacidad de Sánchez como manipulador, con la ayuda de su más íntimo círculo de fieles que participan de los beneficios derivados de mantenerse en el poder. Y, convencido de que será fielmente arropado por los suyos, defiende ahora en ese domesticado Comité Federal que apoya la amnistía que le exige ERC y Junts (por ilegal que sea, tal como él defendía hasta el 23-J), y que lo hace por “el interés de España”, añadiendo que “en ese interés y en defensa de la convivencia entre españoles, defiendo hoy la amnistía en Cataluña por los hechos acaecidos en la década pasada”, cuyos protagonistas, hoy sus socios esenciales, andan condenados e indultados por él o fugados de la Justicia, cuando él mismo avalaba, como no puede ser de otra forma y cuando no eran imprescindibles para ser investido. El Presidente, no obstante, admite que ese cambio de opinión, tan frecuente en su proceder, es para “hacer de la necesidad, virtud” y defiende ahora la amnistía por “interés nacional” y en “nombre de España”, reconoce que es la “condición” que pone Junts y ERC para investirle, que es “la única vía posible” para que haya Gobierno y que el olvido “no es un fin, es un medio para avanzar en el reencuentro y la concordia”. Y, dichas todas estas mentiras o verdades a medias, un Comité Federal domesticado aclama a Sánchez con la única nota discordante (y a medias) de García-Page, único gobernante autonómico que le queda al PSOE con mayoría absoluta, quien no aplaude a Sánchez y se reafirma como líder de la oposición interna manifestando que “acatar no es comulgar” y que “no hay garantías de que renuncien a volver al punto de partida”, advirtiendo de que “choca con el proyecto político del PSOE”…. No le falta razón a Page pues Aragonés, conseguida la amnistía, exige además un referéndum de autodeterminación convenido de que si Sánchez le necesita se lo concederá antes o después, y Puigdemont, por otro lado, afirma que no renunciará “nunca” al 1-O, pues está envalentonado porque va a ser amnistiado, cuando Sánchez había prometido a los españoles que lo traería a España para ponerlo ante los tribunales y reparar así el error de Rajoy a quien el expresident se le escapó escondido en un maletero. Y todo esto porque Sánchez, embadurnado por un egocentrismo y narcisismo patológicos, se ha instalado, salvando las distancias, en las tesis del absolutismo de Luis XIV del siglo XVII, que identificaba al Rey con el Estado con el famoso lema “el Estado soy yo” de Rey Sol, o, en el mejor de los casos, se ha instalado en el despotismo ilustrado de finales del XVIII con su eslogan “todo por el pueblo pero sin el pueblo”, pues a Sánchez en el Comité Federal solo le ha faltado decir “España soy yo” y, por tanto, lo que me viene bien a mí le ha de venir bien a los españoles, como les sucedía con Luis XIV a los franceses, o argumentar que todo lo hace “por el pueblo, pero sin el pueblo”, como sucedía a los españoles con Carlos III, ya que es obvio que el pueblo español no ha decidido en las urnas conceder una amnistía, pues curiosamente ni PP, ni PSOE, ni Vox, ni otros partidos minoritarios, proponían semejante medida cuando pedían el voto ya que la consideraban inconstitucional y sólo defendía la medida el secesionismo catalán a la baja y alguno más suelto por ahí que entre todos no llegan al 4% de los votos y, si añadimos otros más benévolos con la medida (PNV, EHBildu, BNG….), incluido Sumar ni alcanzan el 20% de los sufragios, frente al 80% de votos alcanzados por quienes se oponían tajantemente a la amnistía y la consideraban inconstitucional (PP, PSOE, VOX….y alguno más).

            Salvo que los españoles aceptemos que el Estado es Sánchez (España soy yo) y que él todo lo hace por bien del pueblo pero sin contar con los ciudadanos (todo por el pueblo pero sin el pueblo), a quienes se puede engañar prometiéndole una cosa en campaña para que le voten y hacer luego la contraria si a España le conviene (es decir, si le conviene a él), es inaceptable y repudiable lo que...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

 

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