lunes, 22 de mayo de 2023

¿ESTRATEGIA O DISCREPANCIA INTERNA?

                         Bildu, con sus listas electorales repletas de terroristas condenados, se ha convertido en centro del debate político electoral y ha conseguido desviarlo de la polémica sobre la decencia o indecencia de que Sánchez pacte con los abertzales, tras su aseveración de que la inclusión de etarras es “legal, pero indecente”, a la polémica sobre la legalización o ilegalización de EHBildu que es otro debate y que desde tiempo atrás propone Vox, mientras desde la izquierda más radical se propone lo contrario, la ilegalización de Vox. Y este cambio del debate ha propiciado que el PP pierda el control del discurso sobre las listas de Bildu, dado que Ayuso, ante el temor de que en Madrid sean mayoritarias las tesis de Vox, apuesta decididamente por la ilegalización de Bildu, frente a Feijóo y la dirección del PP, que avisa a la presidenta madrileña de que dicho objetivo no es viable, aunque valida la discrepancia “siempre que no pase de ahí” y tras el 28-M los matices queden disueltos, lo que hace que muchos se pregunten si las diferencias entre Ayuso y Feijóo obedecen a una estrategia electoral o a una discrepancia interna sustancial en el partido, mientras la Fiscalía del Supremo concluye que la ilegalización resulta inaplicable. Así las cosas, y camuflado el debate público sobre la decencia o indecencia de pactar con Bildu, se desatan declaraciones al respecto por doquier con el único interés de atraer votos a la causa personal de cada dirigente político. La “baronesa” popular deja claro que ella va contra PSOE y Bildu y carga en Bilbao contra los abertzales por “premiar” a los etarras por “asesinar” e insiste en ilegalizar al partido de Otegi pese a que la dirección del PP considera que no es la estrategia a seguir; pero ella declara que “la ilegalización de Bildu es una batalla que se debería dar” pues “ellos no van a parar” y añade “entiendo que no queramos verlo, pero es evidente: los que odian a España están trabajando a una gran velocidad”, rematando con “que señalen a mi hermano es gravísimo; el Gobierno ha aprendido de sus socios a instalar el terror”. Entretanto su compañero López Miras, candidato del PP en Murcia, manifiesta que “pactar con Bildu es una vergüenza y una erosión para nuestra democracia”, mientras añade “no gobernaré con Vox, las coaliciones son un engaño”, “habrá que preguntar a Vox si votaría en contra de mi investidura aliándose con PSOE y Podemos”, rematando con que “si se divide el voto gana Sánchez y pierde Murcia”. Por su parte Consuelo Ordóñez, presidenta de Covite, manifiesta que “nunca ha habido voluntad política para ilegalizar a EHBildu”. En fin, ¿estrategia o discrepancia interna en el PP?, esa es la cuestión, mientras la estrategia de Sánchez se centra en reconquistar el voto de un 15% de sus indecisos y apuesta para ello en tirar de talonario en cada uno de sus mítines con anuncios (el último, 580 millones para atención primaria en Sanidad) que se convierten en realidades en el posterior Consejo de Ministros; y por su parte su aliado gubernamental, Podemos, se va creciendo y aspira a entrar en ocho gobiernos autonómicos, dependiendo en muchos casos de si supera el 5% de los votos, pues la situación cambia radicalmente en la obtención y el reparto de escaños en las diferentes CCAA y en los municipios, cuya gobernabilidad dependerá en muchos casos por un pequeño puñado de votos. Y para que no falte de nada en esta campaña, mientras el CNI alerta a los partidos de ciberataques para influir en el voto, un juzgado investiga la compra de votos en Melilla, para impedir un fraude electoral en el voto por correo que inexplicablemente a proliferado exponencialmente, cuando hay indicios de que se compran hasta por 200 euros; el caso es que hay decenas de investigados por este presunto fraude de votos por correo y la Junta Electoral exigirá el DNI para emitir el sufragio anticipado, aunque valida los ya emitidos, mientras Moncloa estudia cambiar la Ley Electoral, tras los fallos de seguridad detectados en Melilla. Ya ven, en este idílico panorama de pillos y coaliciones gubernamentales antinatura con partidos populistas radicales gobernando “de facto” desde las minorías gracias al chantaje a los partidos mayoritarios, ya sólo falta que, como en las repúblicas bananeras, se ponga en cuestión la limpieza del proceso electoral.

            Y, como no podía ser de otra forma, ya en la recta final de campaña, proliferan los....... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

 

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