lunes, 26 de septiembre de 2022

SALIR DE LA RATONERA

                         Aunque en esta democrática Europa idílica se nos olvida a veces que la libertad no es gratis ni indestructible y que siempre hay que luchar por mantenerla, no vendría de más que tomásemos un ejemplo de lo que en estos momentos le sucede al pueblo ruso que, como otros pueblos, lleva decenios sin poder sacudirse el yugo del totalitarismo en su territorio y que ahora Putin, su dictador de turno, pretende exportar a Ucrania y progresivamente a toda la UE, pues el enemigo no es Ucrania, es el sistema democrático que impera en todo Occidente, donde obviamente hay también opciones políticas totalitarias que, al margen de su ideología radical de izquierdas o derechas (los extremos se tocan), buscan medrar en los gobiernos democráticamente elegidos y como lobos vestidos con piel de cordero intentan que los pueblos libres les vean como opciones políticas viables y homologables con la democracia y con la libertad cuando su ideario es claramente totalitario. Por tanto, lo que sucede en Rusia y en otros países del mundo, debiera aleccionarnos a los demócratas de que la única arma que tenemos para luchar en nuestros territorios contra este peligro es erradicar en las urnas las opciones radicales extremas apostando masivamente por las opciones moderadas ya sean de centro, de izquierda o de derecha, si no queremos vernos, antes o después, atrapados en una ratonera de la que es muy difícil salir. En efecto, el pueblo ruso lucha hoy desesperadamente por salir de la ratonera en que Putin le ha metido tras reconocer que lo que llamaba “operación militar especial en Ucrania” (¡quién es él para operar militarmente en otro país contraviniendo la legalidad y los tratados internacionales!) no era tal sino que se trataba de una caprichosa guerra de ocupación en toda regla, para la que necesita ahora movilizar al pueblo ruso y enviarle al frente, decretando hasta una pena de diez o quince años de cárcel a los desertores, mientras su Policía Militar y sus Unidades Militares del Ejército cazan reclutas en las calles, en las salidas del metro y puerta por puerta hasta conseguir los 300.000 reservista que, de momento, considera necesarios para proseguir la invasión de Ucrania. Una caza forzosa de reclutas, especialmente entre pobres y minorías étnicas, para enviarlos al infierno de la guerra, mientras detienen a manifestantes en las protestas, mientras la disidencia rusa organiza grupos de resistencia y envía combatientes voluntarios para apoyar a Urania y, en definitiva, para apoyar la libertad, cuando inmensas colas en la frontera de Finlandia intentan salir de la ratonera para no ir a la guerra. Y mientras tanto Putin y sus fuerzas de orden público se encarga asimismo de ir puerta con puerta para que obligadamente los ciudadanos ucranianos voten en su referéndum “nazi” organizado en los territorios ocupados para anexionárselos y argumentar como aval de la anexión el fraudulento resultado de los mismos, mientras Kiev, ante este despropósito, dice que Putin “copia a Hitler” y su consulta de 1938 para ocupar Austria para, con semejantes consultas ilegales, anexionarse el Donbás ucraniano. No en vano la movilización militar del dictador Putin agita los...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

No hay comentarios:

Publicar un comentario