lunes, 19 de septiembre de 2022

MÁS DIFÍCIL TODAVÍA

                         Hasta la fecha el Gobierno minoritario de coalición de Sánchez y los partidos que lo conforman venían optando de forma insólita por apostar a la vez en asuntos complejos por una opción y la contraria, pero, seguramente para ocupar todas las opciones posibles, ahora da un paso más y añade al “sí o no” la abstención, con lo que deja a los ciudadanos en situación de aprobación absoluta, pues, voten lo que voten, siempre cabrá apelar a que se trataba de una opción gubernamental, para una parte del Gobierno aunque sea minoritaria en el seno del Consejo de Ministros. En fin, una especie de “ni sí, ni no, sino todo lo contrario”. En definitiva, el absurdo total, pues un Gobierno que gobierna, con todas las discrepancias que a nivel interno puedan tener sus ministros y que siempre deben quedar en el ámbito interno de sus deliberaciones, ha de defender públicamente en todo momento la opción mayoritariamente adoptada ante la ciudadanía haciéndola propia en su conjunto y, si algunos ministros discrepantes, por las razones que fueren, no están dispuestos a apechugar con las consecuencias de la opción tomada, lo que tienen que hacer es marcharse o ser cesados inmediatamente por el Presidente y, en caso de Gobiernos de coalición, que el partido al que pertenezcan asuma dicha dimisión o rompa la coalición por razones ideológicas incompatibles con la mayoría. Es lo que se hace en todos los gobiernos del mundo mundial, menos en el de España, donde cada dos por tres el Ejecutivo, gobernando por decreto, nos tiene acostumbrados a defender simultáneamente el sí y el no a la vez, especialmente en asuntos sustanciales de profunda carga ideológica, generando confusión en la ciudadanía, y, que ahora, dando un paso más en el absurdo, no sólo mantenga esa disyuntiva incomprensible entre una propuesta y la contraria, sino que además añada incluso la tercera opción de abstenerse, cuadrando así el circulo vicioso de hacer más difícil todavía para los ciudadanos la comprensión de a qué está jugando su Gobierno, es, sencillamente, impresentable. Es lo que, insólitamente, acaba de suceder a la hora de votar en el Congreso la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN, pues los diputados socialistas han votado a favor, los de Podemos se han abstenido y los de IU han votado en contra, aunque Garzón y Yolanda Díaz, en esta ocasión, hayan decidido al final abstenerse contra las directrices de su propio partido, el PCE (mayoritario en el conglomerado IU), para no hacer peligrar su puesto al ser miembros de un Gobierno que ya había avalado en julio la incorporación de finlandeses y suecos a la Alianza, asunto que provocó que Sánchez, por primera vez, llegara a replantearse romper la coalición después de que la Vicepresidenta comunista llevara la tensión al límite por su intervención “fuera de lugar” en el Consejo. Así las cosas Garzón y Díaz, contra sus propios compañeros diputados comunistas, optan en la Cámara Baja, para seguir siendo ministros y no romper la coalición, apoyar la postura de los diputados morados, no coincidente tampoco con la de los diputados socialistas, protagonizando el insólito espectáculo parlamentario de que si hasta ahora ya era casi normal la inaceptable división del Gobierno entre socialistas y podemitas (es decir, entre PSOE y UPodemos) ahora, para hacer más difícil todavía la gobernabilidad, nos encontramos con que UPodemos, haciendo un patético ejercicio de irresponsabilidad gubernamental, se divide a su vez entre IU y Podemos, con lo que ya entre todos ellos pueden sentirse satisfechos de cubrir todas las propuestas gubernamentales posibles: el sí, el no y la abstención. En todo caso, a pesar de esta manera absurda de gobernar, albergando todas las opciones posibles a la vez en el seno de la coalición gubernamental y de quienes la sostienen, al final el Congreso de los Diputados...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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