LA EUROPA DEPENDIENTE

                         En un mundo cada vez más globalizado y desunido, en el que la pandemia, el cambio climático, las guerras y las crisis comerciales exigen coordinación pero chocan con un escenario geopolítico lleno de grietas y preñado de intereses particulares, sobrevive una Europa dependiente que, con el siempre complicado proyecto de la UE, el lugar del mundo donde mejor y con más libertades se vive, cada vez ve más difícil sostener sus niveles de bienestar, ante la amenaza de los nacionalismos y populismos totalitarios de antaño que la llevaron en el siglo pasado a ser el escenario cruento de dos guerras mundiales. Hoy, ese sueño europeo, sigue estando amenazado, y cada vez más se hace necesario sacudirse ese plus de dependencia, especialmente en materia energética y de defensa, que convierte el paraíso europeo en un hipotético infierno futuro que depende, cada vez más, de terceros países, muchos de ellos con regímenes bien distintos de los predominantes en la UE. Así las cosas, ante la invasión de Ucrania por el régimen de Putin y la amenaza de éste de dejar sin suministro de gas a Europa, Alemania, motor de la UE y uno de los países más dependientes del gas ruso, pide urgentemente un gasoducto que una a España y Portugal con Europa Central a través de Francia, resucitando así Scholz un viejo proyecto de conexión energética cuyo tramo español, según la ministra española Ribera, podría estar listo en “ocho o nueve meses”, con lo que queda bien claro que el Gobierno español apuesta ahora por acelerar el gasoducto que pide Alemania, cuando la propia Ribera, Vicepresidenta Tercera y Ministra de Transición Ecológica, lo calificó de “proyecto ruinoso” hace tres años y ahora insta a Francia a terminar los trabajos pendientes, considerando positiva (yo diría que imprescindible) la propuesta del alemán Scholz. Bienvenida pues la rectificación del Gobierno de Sánchez, una más, pues más vale tarde que nunca, por más que sus constantes rectificaciones (rectificar es de sabios, pero rectificar constantemente es de necios) evidencien que sólo cuando rectifica es cuando acierta. Ello no debiera suponer que vaya en menoscabo de la apuesta por energías renovables de cara al futuro ya que España tiene condiciones inmejorables para desarrollarlas, lo que requiere un periodo de transición en que coexistan dichos tipos de energías ya que lo contrario, cortar de raíz unas energías cuando las otras no abastecen las necesidades energéticas, es una temeridad que obedece más bien a razones ideológicas que de sentido común. Entretanto, la pérdida de 24 refinerías europeas en diez años complica la bajada del precio del carburante y aunque el crudo haya caído casi un 20% desde junio, el diésel apenas se ha abaratado un 5%, mientras los expertos alertan de que las tensiones en el suministro continuarán todo 2022 por la dependencia energética de Rusia…. No en vano, ante lo que se avecina de cara al otoño, que ya está aquí, la UE apoya el citado gasoducto y pide que Francia lo impulse; necesidad obliga, mientras otro asunto alerta a Europa, se trata de la sequía, pues la escasez de agua se acusa ya en Francia, Alemania o Reino Unido, con lo que ya no es sólo un problema del sur, donde, en España, por ejemplo, las pérdidas provocadas por la sequía alcanzarán los 10.000 millones de euros. Es obvio que en esta Europa dependiente, y muy concretamente en la UE, o se apuesta por..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)