jueves, 23 de septiembre de 2021

LA ISLA BONITA

                     Ha querido la madre Naturaleza dar un palo devastador a la isla de La Palma, conocida como la “Isla Bonita”, con la erupción de su volcán, cuya lava lleva días arrasando todo a su paso y elevando por momentos el riesgo de gases tóxicos, obligando a varios miles de vecinos a desplazarse de la zona y ser evacuados, mientras un perímetro de seguridad previene los efectos de la llegada de la lengua al mar, misión que paree casi imposible. Un volcán que, de momento, no se aplaca y arrasa viviendas, carreteras, casas, explotaciones agrícolas y pequeñas localidades mientas siembra el ambiente atmosférico con nubes de dióxido de azufre, peligroso para la salud si se inhala, que ya cubren la isla y se desplazan con los vientos hacia el Mediterráneo, en tanto que nuevas bocas van surgiendo para seguir vomitando el magma desde las entrañas de la tierra. El Presidente del Cabildo confirma ya que un millar de casas serán “sepultadas” pues “por desgracia hay esa previsión”, mientras las pérdidas superarán varios centenares de millones, con la única buena noticia de que no hay de momento que lamentar ninguna vida humana, gracias a las actuaciones preventivas detectando el riesgo. En todo caso, la lava impone su ritmo ante los desesperados esfuerzos por intentar salvar la cosecha del plátano, esencial producto de la economía de la isla, cuando entra en su etapa más destructiva, tras haberse llevado por delante un pueblo y barrios de otras localidades a la vez que aparecen nuevas bocas con un lento avance hacia el mar que aumenta su potencial destructivo, mientras la isla se sume en la incertidumbre entre el temor a los gases si el magma alcanza la costa y el temor que se extienda por más zonas habitadas, aunque los expertos creen que no llegará al mar tras haberse ralentizado la lengua. Un panorama dantesco en medio de la espectacularidad de estos fenómenos naturales que, en todo caso, jamás debieran haber recibido el torpe calificativo de “maravilloso”, y menos aún por parte de la ministra Reyes Maroto, pues con toda la razón del mundo los vecinos afectados por la tragedia han reaccionado ante tan inoportuno calificativo manifestando que “no es algo maravilloso, ¡es una catástrofe!” pues “es la ruina, se pierde la casa y la forma de vida”….. y es que, desgraciadamente, la Isla Bonita, de momento, se ha convertido en la isla maldita por lo que sólo cabe esperar que...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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