lunes, 29 de marzo de 2021

FRONTERAS ABIERTAS, CCAA CONFINADAS

                         Con una serie de actos religiosos, adaptados peculiarmente a la pandemia en todo el mundo, se celebra el Domingo de Ramos, que da inicio a una Semana Santa atípica sin procesiones (y ya van dos seguidas) y que en España se vive con absolutas contradicciones comenzando por tener las fronteras abiertas pero las CCAA cerradas, en las que, cada una de ellas diseña su peculiar elenco de medidas restrictivas al extremo de que los ciudadanos, al final, no entienden casi nada de lo que está pasando en estos días festivos. En efecto, en esta España en la que los extranjeros pueden entrar pero los españoles no pueden moverse, el laberinto autonómico de restricciones a la movilidad región a región con medidas dispares propicia, por ejemplo, que un alemán pueda visitar Mallorca pero un alicantino no pueda hacerlo, que los asturianos se queden sin turismo interior porque hoteles y casas rurales están cerradas, que los castellanoleoneses tengan prohibido el popular juego de las chapas, que los catalanes sólo puedan desplazarse entre comarcas si van personas solas o grupos de convivientes, o que en Mallorca bares y restaurantes sólo pueden atender en terrazas y echen el cierre a las cinco de la tarde. Y es que Moncloa, que carece de plan B ante el fin del estado de alarma en quince días, ya que después de un año no ha promovido la legislación alternativa que anunció en su día, presiona a las CCAA, a través del Ministerio de Sanidad, para cerrar el interior de los bares, pues en ellos centra su lucha contra esta cuarta ola de la pandemia, por lo que el Ministerio y las Autonomías acuerdan cerrar el interior de los locales en esta Semana Santa que se inicia con repunte de casos, aunque Madrid se desmarca, una vez más, de la tónica general del resto de regiones. Entretanto, aunque el rechazo a vacunarse con AstraZeneca en España es mínimo y la labor de los sanitarios mitiga las dudas que ha generado el parón del plan, prosigue el lento proceso de vacunación, cuando debiéramos tomar el ejemplo de Gibraltar que con casi el 80% de la población ya vacunada (y por tanto inmunizada) es uno de los primeros territorios del mundo en dejar atrás las malditas restricciones y ya ha eliminado, para envidia sana de sus vecinos andaluces, el toque de queda y el uso de la mascarilla al aire libre, asomándose a una vida normal poscovid gracias a la única solución existente como es la vacunación generalizada lo antes posible, que es donde, hoy por hoy, debieran concentrarse todos los esfuerzos. Pero en España estamos en otras cosas y, tras un año de pandemia, 1´3 millones de españoles pierden el derecho al paro, cuando se conoce que sale de Sanidad el alto cargo con más compras irregulares de material contra la covid, sin que nadie exija responsabilidades, pues el Gobierno firmó contratos fallidos por valor de 140 millones, un fiasco de compras exprés al estallar la pandemia por el que Sanidad adjudicó a empresas chinas, intermediarios textiles y expertos en construcción la adquisición de artículos que nunca llegó a materializarse y que, en todo caso, habría que conocer con absoluta transparencia el destino final de los mismos. Fronteras abiertas y CCAA confinadas entre sí, cada una a su aire y con...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/). 

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