lunes, 8 de marzo de 2021

DEMAGOGIA FEMINISTA DE IRENE MONTERO

                         El Gobierno social-comunista de Sánchez e Iglesias prohíbe celebrar el 8-M en las calles e irrita a Podemos, que forma parte de dicho Gobierno, al extremo de que la Ministra Irene Montero llega a decir airada que “niegan el derecho a la calle a las mujeres” haciendo alarde de su patológica demagogia feminista, cuando sencillamente se trata de prohibir, como otros tantos eventos, las marchas feministas del Día de la Mujer que el pasado 2020 marcaron el inicio de la pandemia en España. En definitiva, Montero acusa al PSOE, con el que gobierna su marido y ella, de “vetar” las marchas como si Podemos, en todo caso, no formara parte del Ejecutivo y no fuera tan responsable de ello como los socialistas, dando a entender que la decisión obedece a razones sexistas y no sanitarias, con lo que cabría concluir, siguiendo su demagógico criterio, que la suspensión de las procesiones de Semana Santa obedece a razones religiosas….. y así sucesivamente con la suspensión de tantos y tantos otros eventos festivos o conmemorativos a lo largo y ancho de todas las tierras de España a causa de la crisis sanitaria que estamos padeciendo. Al final, en todo caso, serán los tribunales, con el permiso de las feministas radicales, quienes decidirán si se celebran las marchas del 8-M prohibidas, pero achacar demagógicamente a razones machistas su prohibición por parte de un miembro del Gobierno, en este caso Irene, es un doble contrasentido en sí mismo, dado que, en caso de que fuera cierto, que no lo es, el gobierno responsable de ello sería aquel al que la propia Irene pertenece y, por tanto, ella misma y su partido, no sólo el PSOE, serían finalmente los responsables de semejante supuesta afrenta al feminismo. Pero la patológica demagogia feminista de Irene Montero no tiene límites y con tal de aprovechar la indignación de grupos feministas radicales es capaz de incurrir en tamañas flagrantes contradicciones y despropósitos. Ni agravio a las mujeres por la suspensión de las marchas del 8-M, ni agravio a los católicos por la suspensión de las procesiones de Semana Santa ya que, acertadamente o no, dichas suspensiones, como las de otros tantos eventos festivos o deportivos, obedecen a razones estrictamente sanitarias y toda interpretación que pretenda ir más allá es simplemente un torticero y cínico ejercicio de manipulación demagógica para engañar a incautos y sacar ventajas electorales. E Irene Montero es una experta en este tipo de prácticas. Y todo ello en pleno debate sobre qué hacer en Semana Santa, donde todo apunta a CCAA cerradas, toque de queda y sin procesiones, pues Sanidad vetará la movilidad entre ellas con lo que el plan es evidente: sin viajar y con toques de queda a las diez, tal como plantean la inmensa mayoría de las Autonomías pues sólo tres (Madrid, Canarias y Baleares) se oponen en principio a ello y prefieren reducir las restricciones, justo cuando España sale de la zona de riesgo alto en incidencia por coronavirus (ocho CCAA no registran casos en residencias de ancianos) que baja a niveles de agosto. Es razonable pues que en esta ocasión no se quieran repetir los mismos errores del verano o de las Navidades, por lo que es lógico que, al final, la Justicia avale prohibir las marchas feministas y las procesiones, entre otros eventos, y no precisamente por razones machistas como, torticeramente, sostiene Montero, quien, en todo caso, si es que así....... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/).

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