jueves, 4 de marzo de 2021

EL PARO SE DISPARA

                         El número de parados en España supera de nuevo los cuatro millones de personas tras cinco años, alcanzando la cifra de 4.008.789 desempleados, sin contar los 900.000 trabajadores acogidos a ERTE, entre los que, dada la pésima evolución de nuestra economía, una buena parte pasará al paro definitivo sin lugar a dudas. El desempleo vuelve así a niveles de hace cinco años, con un millón setecientos mil más de españoles sin trabajo que hace un año. Es obvio que así no podemos aguantar mucho tiempo más y cada vez vale menos achacarlo todo a la crisis a causa de la pandemia. Y cuando el 16% de contratos de empleadas del hogar actualizados al SMI sufre recortes, la UE insta a España a atajar el empleo público temporal, vinculando Bruselas la reforma al fondo europeo de recuperación (el maná del desierto) por lo que el Gobierno prepara cambios para limitar el uso de los interinos en la Administración. Escaso empleo, temporal y de mala calidad, incluido el de las Administraciones Públicas, es el bagaje laboral de este Gobierno que se dice de izquierdas y progresista y que sólo confía en las ayudas europeas para revertir la situación ya que las medidas propias para darle la vuelta al asunto brillan por su ausencia, fiándolo todo a ayudas y subvenciones sin entender que los recursos para ello no son ilimitados y no pueden alargarse hasta el infinito. Unos fondos europeos, que aún no han llegado, y que el Gobierno pretende gestionar a su antojo y capricho ocultando el “descontrol” de los mismos, mientras el dictamen al respecto del Consejo de Estado, que el Ejecutivo mantenía en secreto, le da un varapalo mostrando su “preocupación” por las “graves insuficiencias” del decreto para gestionarlos y alertando de la “falta de controles”. Y es que la pura realidad es que la Ley de Sánchez atenta contra la norma europea para dichos fondos, pues el Reglamento de Bruselas exige un “control sólido” que el Consejo de Estado ve rebajado, por lo que Garicano ya urge a Calviño a hacer los cambios pertinentes porque “nos pueden denegar el dinero”……y entonces ¿qué? Y eso a pesar de que ahora, a diferencia de la anterior crisis, la de Rajoy, en que todo era rigurosidad y ajustes presupuestarios, la Comisión Europea alivia al Ejecutivo al plantear que las reglas fiscales se suspendan hasta 2023, proponiendo que los países no se sometan a la disciplina del Pacto de Estabilidad y Crecimiento hasta que recuperen los niveles de actividad anteriores a la crisis, lo que, sin duda, supone un balón de oxígeno para que los gobiernos nacionales tengan cierta manga ancha a la hora de cuadrar las cifras contables, siempre que, obviamente, no se vayan por las nubes. Pero, ya ven, aquí ya estamos vendiendo la pieza antes de cazarla y estamos pensando en repartir el “maná europeo” a nuestro antojo, sin control alguno, lo que supone, en caso de que la UE lo permita (cosa que dudo), la posibilidad de un indeseable comportamiento de favoritismos a discreción sin garantías de que los fondos vayan a aquellos proyectos y sectores que más lo necesitan sino a aquellos que electoralmente puedan ser más favorables a clientelismos indeseables, eludiendo al efecto las reformas imprescindibles que supongan recortes necesarios pero poco atractivos para la ciudadanía. El paro se dispara y la...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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