lunes, 1 de marzo de 2021

CONDUCTAS INCÍVICAS

                         “Siento rechazo por estas conductas incívicas” dice Sánchez, con razón, como reacción del Gobierno a la regularización fiscal de Juan Carlos I, mientras, a diferencia de su socio Iglesias, respalda a Felipe VI y defiende la ejemplaridad de su reinado. Es, a mi juicio, la reacción correcta frente a quienes, aprovechando el comportamiento personal poco ejemplarizante del Emérito, pretenden derribar la Monarquía Constitucional y, de paso, derribar todo el bagaje político que atesora Don Juan Carlos en su trayectoria como Jefe de Estado. En efecto, Don Juan Carlos, como hacen otros muchos, acaba de pagar a Hacienda para evitar la acusación de delito fiscal más de cuatro millones en otra regularización fiscal (ya en diciembre regularizó una, desembolsando 680.000 euros, por los supuestos regalos del empresario mejicano Sánginés-Krause) por los vuelos privados costeados por la Fundación Zagatka, dirigida por su pariente Álvaro de Orleans y radicada en Liechtenstein, ya que las rentas no declaradas ascienden a más de ocho millones en concepto de pagos en especie. Al parecer, una decena de amigos del Emérito le han prestado los 4´4 millones (para ayudar a pagar la deuda con Hacienda fueron contactados una treintena de personas) con lo que regulariza cinco de doce años de viajes en jet privado (en los anteriores era inviolable como Jefe de Estado) y salda sus cuentas con Hacienda, fiando su futuro a la prescripción de los delitos y esperando que la Justicia vaya cerrando sus causas, en plena investigación de su supuesta inmensa fortuna que “sólo el emérito sabe” ya que mantuvo siempre al margen de sus cuentas incluso a sus más allegados y estrechos colaboradores a pesar de que antes de la abdicación desde Zarzuela intentaron abordar hasta en dos ocasiones esa “zona de sombra” que acechaba al entonces Monarca. Parece ser que la fundación de su primo Orleans, que según el fiscal le habría obsequiado con “numerosas dádivas”, ingresó al menos diez millones desde 2008, mientras Zarzuela ahora no se plantea el regreso a España de Juan Carlos hasta que el horizonte judicial quede algo más despejado. “Rechazo” lógico de Sánchez ante estas “conductas incívicas” tan extendidas especialmente entre las gentes poderosas de nuestro país, cuando la solución definitiva debiera ser la erradicación o estricta vigilancia de fundaciones sospechosas, paraísos fiscales, empresas offshore y otras tantas triquiñuelas con las que los más poderosos y adinerados juegan con ventaja respecto al resto de mortales para poder evadir impuestos de forma descarada. Evidentes “conductas incívicas” que merecen el reproche social más contundente, pero, dicho esto, no merecen que, según convenga o no, el personaje en cuestión merezca o no una mayor carga reprobable cuando otros (léase futbolistas, como Messi o Cristiano Ronaldo; actores o cantantes, como Imanol Arias o Shakira; u otros profesionales….la lista sería interminable) tras haber practicado semejantes “conductas incívicas” legales siguen gozando a nivel profesional de toda nuestra admiración y reconocimiento sin ser lapidados ni expulsados de nuestro país. ¿Qué plus de ventaja han de tener éstos frente a Don Juan Carlos para que en ellos no afecte su conducta incívica en lo profesional y en el Emérito sí? ¿por qué en éste se ha de dilapidar su trabajo como Jefe de Estado y en ellos no el de deportistas, actores, cantantes o lo que sean? En fin, que haya reproche social a estas legalizadas prácticas incívicas, todo el reproche; pero reproche....... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

 

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