lunes, 8 de febrero de 2021

BÁRCENAS, LA TORMENTA POLÍTICA PERFECTA

                         Que la corrupción política en España se ha convertido en una epidemia difícil de erradicar es un hecho incuestionable. Basta echar un vistazo al historial de la inmensa mayoría de los partidos políticos, tanto de ámbito nacional como territorial, para comprobar la mochila de corrupción, corruptelas o comportamientos indeseables que arrastran, especialmente la de aquellos que más tiempo nos han gobernado (léase PSOE, PP, Convergencia, PP-valenciano o madrileño, PSOE-andaluz…..) por el mero hecho de que, gobernando, es como más posibilidades se tiene de meter la mano dónde no se debe y, sobre todo, cuándo se cuenta con más medios para controlar que dichos comportamientos indeseables no afloren y se conozcan públicamente. ¡Después, cuando pierdan el gobierno, que salga el sol por dónde quiera! Todo ello, unido a la lentitud de la Justicia, que no pone a los delincuentes dónde les corresponde de forma inmediata, posibilita que la corrupción política se convierta en arma política arrojadiza electoral casi permanentemente, siendo difícil evitar que en cada momento político no aflore algún caso pendiente de dilucidar judicialmente desde hace mucho tiempo (años y años), aunque los dirigentes implicados ya hayan sido depurados políticamente y su partido en cuestión haya sido desalojado del poder bien por los ciudadanos, bien por mociones de censura, acusados de ser corruptos. Es el caso del PP de Rajoy a quien, en su día, desalojó el PSOE de Sánchez mediante una moción de censura basada en su presunta corrupción política y cuya cúpula fue después derrotada en primarias por la actual cúpula dirigida por Casado que, ahora, se ve seriamente amenazada de nuevo por las declaraciones de su ex tesorero Bárcenas, encarcelado por corrupto, en el sentido de que aportará documentos a otras dos causas contra el PP, apuntando al cohecho durante el Gobierno de Aznar y a la presunta CajaB de Esperanza Aguirre en Madrid. A Bárcenas, convertido en la tormenta política perfecta, le responde Casado, marcando distancias con él, que “ese PP ya no existe” sin entender que, al margen de las pertinentes depuraciones judiciales que correspondan a la anterior dirección del partido (y que deben ser llevadas hasta las últimas consecuencias, aunque sea tarde y mal), de lo que se trata no es de que Rajoy, Cospedal o quien sea pague por los presuntos delitos cometidos, sino que vuelvan a pagar políticamente por el escándalo generado hace años por el que ya fueron sobradamente castigados en las urnas. Es lo que hay, la cuestión nunca fue erradicar la corrupción política y castigar a sus responsables, la cuestión siempre fue mantener la corrupción como arma arrojadiza para en cada momento sacar ventaja partidaria dependiendo de quién sea más hábil a la hora de manejarla. Y en este sentido Bárcenas, es la tormenta política perfecta para un Sánchez que simplemente tiene que alentar que “hay firmas y papeles”, que Bárcenas promete aportar en el juicio, pues Fiscalía duda de la palabra del ex tesorero (cambiada ya varias veces) a la que concede “muy poco crédito” y considera que su ofrecimiento para colaborar con la Justicia llega tarde. ¿En qué quedará el asunto? Judicialmente es imprevisible, políticamente en una nueva tormenta política ya amortizada desde hace muchos años. La realidad es que Bárcenas cerca otra vez al PP en un juicio que empieza hoy, que aportará no pocos titulares de prensa y que animará las tertulias televisivas de nuevo. Entretanto los barones del PP desconfían del plan de Génova frente a Bárcenas, creyendo que Casado “va a ciegas” y que la vieja guardia sabe que el ex tesorero tiene las pruebas que le exige Fiscalía, temiendo por las siglas y recordando que Feijóo “daría el salto si el PP está en riesgo”, asegurando desde el partido que “el ataque sin inteligencia contra Bárcenas sólo sirve para hacerle fuerte”. Por su parte, aparece...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

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