lunes, 7 de diciembre de 2020

UNA NUEVA ERA

                             Sánchez cuenta en los Presupuestos con más votos que en su investidura pues con 188 votos a favor saca adelante las cuentas de 2021 con el mayor gasto social de la historia para afrontar la peor crisis sanitaria y económica que estamos soportando. Un éxito del Gobierno, sin lugar a dudas, al concitar más respaldos que los obtenidos cuando le auparon al poder, al margen de si estos Presupuestos son realistas o irreales, como sostienen algunos, ya que, de entrada, en una situación de crisis económica con un desorbitado incremento de gastos cuando se presume una disminución de ingresos (no cuadran las cuentas), cualquier economía se resiente pues no es cuestión de gastar más lo que no se tiene, sino de gastar mejor lo que se tiene y de acuerdo con las posibilidades reales de recaudación ya que cargar el peso en un incremento de impuestos a las empresas, mayoritariamente arruinadas ya, no es la solución obviamente.  Por ello no se entiende la euforia del Gobierno en el Congreso de los Diputados tras la aprobación de las Cuentas, ni la amenaza a la oposición, que las votó en contra, de que deberá tener paciencia y esperar mucho tiempo para materializar una alternancia en el poder, salvo que el objetivo sea configurar una sociedad subvencionada y clientelar, secuestrada por el poder y temerosa de que si se derribara el populismo en las urnas se acabarían los subsidios. Un modelo ya practicado lamentablemente en algunos países arruinados. En definitiva, unos Presupuestos en los que el gran protagonista es el populista Vicepresidente Iglesias, tal como se evidenció en el Hemiciclo, pues es el verdadero muñidor de buena parte de los acuerdos con las fuerzas más radicales, como Bildu y ERC, que, para sumarse al apoyo, han obligado al PSOE a ceder irresponsablemente en cuestiones básicas para sacar adelante unas cuentas nefastas para el país por su irrealismo manifiesto, con las que Sánchez encarrila la Legislatura atado inevitablemente a Podemos, el gran protagonista, y a los insaciables separatistas que no sólo arrancan un buen puñado de varios miles de millones de euros para satisfacer sus proyectos territoriales al margen del interés general, sino que además, lo más grave aún, arrancan una serie de compromisos políticos que en la mayoría de casos atentan contra la Constitución y la convivencia en paz, progreso y libertad de que gozamos los ciudadanos españoles. Mal asunto cuando unos Presupuestos, que se venden como progresistas, salen adelante con el variopinto apoyo, no ya de socialistas y populistas, que conforman el gobierno de coalición, sino además con el de todo tipo de radicales y separatistas tanto de izquierdas como de derechas, rompiendo así el eje ideológico izquierdas-derechas para sustituirlo por el de constitucionalistas-anticonstitucionalistas, mientras en el debate presupuestario se evidencia una profunda división del centroderecha español, roto no ya sólo por razones ideológicas de moderación-radicalización sino también por el egoísta paso de las derechas nacionalistas, como PNV o PdeCat, a las filas del izquierdismo radical nacionalista, priorizando el nacionalismo-separatismo sobre la ideología con lo que el tradicional equilibrio, casi al 50%, entre la izquierda y la derecha española, que ha venido alternándose en el poder a lo largo de estos años de democracia, queda roto para siempre al sumarse las derechas nacionalistas al bloque de izquierdas. ¿Se basa en esto la euforia del gobierno social-comunista cuando dice a la derecha española que pasará mucho tiempo para que se produzca una posible alternancia gubernamental? El problema no es ya el tiempo que pueda pasar para que se pueda producir dicha alternancia, el problema es que quienes se jactan de ello apuestan por un sistema sin alternativa de gobierno y, en definitiva, por un sistema antidemocrático. No en vano, tanto Bildu como ERC, socios del Gobierno sanchista, advierten al Ejecutivo por boca de Rufián, convertido ahora en un verdadero hombre de Estado, de que “arranca una nueva era”, asegurando que el Gobierno “debe pactar obligadamente con el independentismo de izquierdas vasco y con el independentismo de izquierdas catalán”, es decir con Bildu y ERC, mientras exigen, entre otras cosas, desterrar el castellano de las instituciones públicas, pactar un ilegal referéndum sobre la independencia o liberar como sea a los líderes secesionistas condenados por sedición a largas penas de cárcel. Por su parte Oskar Matute, portavoz de Bildu, se jacta de que...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/).

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario