jueves, 17 de diciembre de 2020

PARÁLISIS GUBERNAMENTAL E INSTITUCIONAL

                             La manifiesta incapacidad de este gobierno de coalición social-comunista presidido por Sánchez para entenderse y llegar a acuerdos internos entre sus propios miembros y, menos aún, con la oposición parlamentaria, está consolidando una preocupante parálisis gubernamental e institucional que pone en grave riesgo la convivencia social y política cuando ello debe ser básico para el buen funcionamiento del propio sistema democrático. En efecto, las múltiples discrepancias entre los ministros socialistas y los comunistas, arropados por radicales y secesionistas, están frustrando las expectativas de miles y miles de ciudadanos en plena crisis económica ya que exhibiendo múltiples batallitas internas y postureos demagógicos lastran la agenda social al chocar sendos grupos por asuntos importantes como el salario mínimo, las pensiones o los desahucios, mientras otros asuntos ya superados, como los ERTEs, o anunciados a bombo y platillo, como las ayudas a fondo perdido a las empresas obligadas a cerrar, no llegan con normalidad a sus destinatarios cada vez más cabreados por un Ejecutivo que a todas luces funciona de cara a la galería pero no para remediar los problemas reales que sufren los ciudadanos en su conjunto. Y, en efecto, el choque incomprensible entre Sánchez, que como Jefe de Gobierno tiene el deber de superarlo, y Pablo Casado, que como Jefe de la Oposición debe colaborar a ello, provoca una intolerable parálisis institucional ya que el entendimiento entre sus respectivos partidos, PSOE y PP, es imprescindible para desbloquear la renovación y funcionamiento de determinadas instituciones básicas del Estado como el GGPJ, el Defensor del Pueblo o RTVE que llevan demasiado tiempo en situación de interinidad o provisionalidad sin que se perciba el mínimo acercamiento político para que sus órganos de dirección sean renovados tal como exige la propia Constitución. En definitiva, parálisis gubernamental e institucional que está lastrando la higiene democrática en nuestro país, máxime cuando hasta la primera institución del Estado, la Jefatura, es puesta en entredicho desde el propio gobierno (o parte del mismo) pues el PSOE es incapaz de aplacar el ataque de Podemos a la Corona. Así las cosas, no extraña que Iglesias exija a Sánchez que desautorice a Calviño en el salario mínimo, respaldando a la ministra Yolanda Díaz contra el plan de congelación del SMI de la vicepresidenta hasta que acabe la pandemia, que critique la subida a 35 años la base del cálculo de pensiones propuesta por el ministro Escrivá, o que apriete a Hacienda para imponer su plan antidesahucios, asuntos todos ellos que duermen el sueño de los justos a la espera de que los propios ministros decidan al final al respecto o que Sánchez se incline por dar apoyo a las propuestas de los socialistas o las de los comunistas. Y, así las cosas, no extraña ya que Sánchez y Casado se dediquen durante 45 minutos a hablar por teléfono para constatar el bloqueo del CGPJ y que Moncloa pueda seguir dedicándose a criticar el obstruccionismo y el líder del PP reafirmarse en sus condiciones para renovar los vocales del Gobierno de los Jueces sin el concurso de Podemos y tal como siempre se hizo mediante el pacto PSOE-PP que es el que garantiza la mayoría cualificada requerida para hacerlo, sin necesidad de otros por más que éstos, socios en el Gobierno con el PSOE, le exijan a Sánchez su participación en las negociaciones y, ante semejante situación, PSOE y Podemos decidan acelerar el asalto a la independencia Judicial pidiendo tramitar por vía urgente una reforma que limite las funciones del CGPJ mientras que los jueces se preparan para responder a “una ofensiva sin precedentes” y desoyendo al Gobierno se dispone a nombrar los cuatro nuevos magistrados…..si el Gobierno de Sánchez en funciones actuó como le vino en gana ¿qué razón puede ahora alegar para que el Gobierno de los Jueces vea mermadas sus competencias por estar en funciones?. Lo grave es que el deterioro gubernamental e institucional es ya de tal envergadura que las grietas del Ejecutivo en materia socio-económica se visualizan y exhiben en los pasillos del Congreso de los Diputados con una tensa discusión entre Iglesias y Montero, al extremo de que la ministra de Hacienda le espetó al vicepresidente “no seas cabezón”, mientras en este último pleno del año el PP lanzaba en el Hemiciclo su ataque más duro al Gobierno y el Vicepresidente Iglesias se ausentaba visiblemente de su escaño y abandonaba la Cámara desairando a la ministra Laya quien....... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

 

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