domingo, 30 de agosto de 2020

CON AMIGOS ASÍ, NO SE NECESITA ENEMIGOS

                         Una vez más y en el momento más crítico se constata el garrafal error de Sánchez al elegir a sus “amigos” y socios de viaje para llegar a La Moncloa, primero con la moción de censura y después repitiendo con ellos una paupérrima investidura para conformar por la mínima un gobierno de coalición minoritario con Podemos, cuando el propio Sánchez ya intuía el fiasco poco antes afirmando que ni él ni la mayoría de los españoles podrían dormir tranquilos con Pablo Iglesias en su Gobierno. Sánchez era libre para elegir, incluso para  no presentarse a la investidura y convocar otras elecciones, y eligió su propio insomnio y la pesadilla para la mayoría de españoles que, cada vez más decepcionados, observan hoy cómo España se hunde sin que, desde ese mismo gobierno, se vislumbre el más mínimo atisbo de solución a los problemas que padecen. En efecto, a la ristra de evidentes desencuentros, incluso en cuestiones de Estado, entre la parte socialista y la comunista-populista del pintoresco gobierno de Sánchez, siempre superada hasta ahora por el mayor interés de ambos de permanecer en el poder (en caso contrario se les acabaría el chollo), se añade ahora la más crucial, como es la elaboración y aprobación de unos Presupuestos, pues sin ellos el camino es claro, la disolución del gobierno social-comunista y, salvo alguna otra solución, la convocatoria de nuevas elecciones para ver si los españoles apostamos ya decididamente por una sólida mayoría parlamentaria, del signo que sea, que garantice la estabilidad gubernamental de una vez por todas. Y, al efecto, cuando Sánchez intenta buscar esos apoyos en Ciudadanos para aprobar las cuentas, aunque a su vez haga guiños, por si acaso, a ERC (prometiendo incluir en ellas una partida de 759 millones pendiente del Estatuto Catalán y advirtiendo de que dichos fondos sólo podrían ir a la Generalitat con unos presupuestos nuevos), Unidas Podemos, su socio de coalición gubernamental, le lanza un desafío público en toda regla para excluir cualquier tipo de negociación con los naranjas de Arrimadas y, en caso contrario, se muestra tajante para no apoyar las cuentas, rompiendo así el Vicepresidente Iglesias la estrategia de su Presidente en el momento más inoportuno: justo ante la ronda con los partidos políticos y en medio de la presión al PP para que pacte. Podemos, con el veto a Ciudadanos, veta así cualquier opción que no sea ERC o Bildu….y, mientras Carmen Calvo pide asumir “posiciones” ajenas a la coalición, los de Iglesias reivindican la reedición de los pactos de investidura. Es tal el esperpéntico despropósito que, al final, Unidas Podemos decide suavizar su posición (lo contrario sería poner fin al chollo que tienen) y anuncia que no vetará totalmente a Ciudadanos (en fin, aquello de estar embarazada pero sólo un poquito), aunque exige a Sánchez que primero pacte las cuentas con ellos antes de negociar con otras fuerzas. ¿Es que no se da por hecho que los Presupuestos son del Gobierno y por tanto ya habrían de estar pactados si ese gobierno es de coalición? ¿A qué juega Podemos diciendo primero que por nada del mundo apoyarán unos Presupuestos negociados con Ciudadanos y al día siguiente manifestando que Sánchez podrá negociar con quien considere oportuno si antes los ha pactado con ellos? En definitiva, se da la paradoja de que al final se esté buscando (e igual se consigue) la...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario