lunes, 24 de agosto de 2020

NI CASUALIDAD, NI MALDICIÓN DIVINA

                         No puede ser mera casualidad, ni deberse a una maldición divina que en estos momentos España registre las peores cifras de contagios de coronavirus de toda la UE, al extremo de que con 68.000 contagios en catorce días supera los de Italia, Francia, Reino Unido y Alemania juntos. Obviamente los expertos, entre otras cuestiones, achacan este descomunal rebrote de contagios a la falta de medios, a una desescalada precipitada, a la imprevisión del Gobierno, al maremágnum de medidas autonómicas, a la falta de sensibilización, a la inacción de Sanidad e Interior y, en definitiva, a una mala gestión para enfrentar el contagio de forma eficaz y uniforme. La triste realidad es que España no controla el covid-19, que entre todos la mataron y ella sola se murió y que por este camino vamos a un desastre descomunal sin lugar a dudas. Para intentar evitarlo los especialistas, ante este aumento de casos y muertes, exigen mejorar los sistemas de rastreo, insuficientes y de baja calidad, y garantizar los aislamientos que casi se dejan al arbitrio de los afectados, en una España tan excesivamente garantista, no sólo en este asunto sino en otros muchos, en la que cada uno hace lo que le viene en gana sin que apenas tenga repercusión en quienes se saltan las leyes y las normas sistemáticamente dando la sensación de que se protege más a los delincuentes y a los que se mueven al margen de la ley que a quienes la cumplen civilizadamente. Menos mal que, al menos, Simón, por fin, admite que el virus está sin control (la triste realidad le hace desistir de su enfermizo optimismo propagandístico) y que “las cosas no van bien” aunque matiza, ¡cómo no!, que es “en puntos concretos”. Por algo se empieza y lo primero para intentar resolver un problema es reconocer que existe, aunque sea tarde y a destiempo. Y lo dice cuando sufrimos más de 3.000 nuevos contagios diarios, in crescendo, y en plena oleada de nuevos positivos en los hospitales de Madrid, por ejemplo, que detectan cinco veces más casos que hace dos semanas, mientras la Comunidad recomienda no salir de casa en los barrios más afectados (como Usera y Carabanchel o en pueblos como en Alcobendas, Fuenlabrada, Móstoles o Parla) y un juez suspende la aplicación de las nuevas medidas en la región, entre ellas no fumar en la calle, cuando en otras autonomías similares medidas siguen vigentes. Si esto no es un cachondeo que venga Dios y lo vea. El caso es que, mientras un juez pone en cuestión que sin estado de alarma se limiten libertades como la de fumar en la calle o el ocio nocturno, en otras no sucede dicha limitación, pero, a pesar de todo este desbarajuste esquizofrénico el Gobierno traslada toda la presión política a las autonomías y desiste de las reformas legales anunciadas en su día como alternativa al estado de alarma, pues Sánchez descarta tomar el control pese a este caos regional, cuando se dan 8.148 casos más (3.349 en sólo 24 horas) y cuando la OMS cifra en un 5% el límite para evitar que el virus nos desborde y España ya roza el 8%. El Presidente, que vuelve de vacaciones, no prevé, que se sepa, una reforma legal o un nuevo estado de alarma y Sanidad avisa de que el Remdesivir, único fármaco de momento con cierta eficacia frente al virus, “se va a agotar” ante el repunte de contagios, y los hospitales están en alerta ante un nuevo colapso por los rebrotes, avisando los médicos de que “viviremos un tsunami” en los centros en otoño. Entretanto...... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista, http://jorgecremades.blogspot.com.es/)

 

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