Es evidente que la
transparencia política queda reservada a peticiones inútiles cuando se está en
la oposición y deriva en negativas tajantes cuando se gobierna; así lo han
venido haciendo los sucesivos gobiernos, tanto socialistas como populares, y
ahora no iba a ser menos con el gobierno social-comunista de Sánchez. Pero,
cuando la falta de transparencia se traduce para la opinión pública en
discrepancias y explicaciones diversas de los ministros, nada mejor, como ha
hecho Sánchez el fin de semana, que intentar que el bochorno no vaya a más reuniendo
a todos los miembros de su Gobierno en una especie de jornadas de convivencia.
En efecto, el Presidente lleva a los ministros en autobús a la toledana finca
de Quintos de Mora para demostrar una aparente sintonía idílica en dicha
convivencia en la que se trató de unificar la agenda y limar las discrepancias
surgidas en este corto periodo de tiempo de ejercicio del poder, escenificando
unidad inquebrantable en el Gabinete. Y, de momento, parece que semejante
ejercicio terapéutico ha dado resultados positivos pues, no ya todos los
miembros de Gobierno, sino además el variopinto grupo de partidos periféricos
que le apoyan, han cerrado filas en el Congreso, vetando que las Cortes
investiguen el peliagudo “caso Delcygate”, como algunos califican al oscuro
encuentro del ministro Ábalos en Barajas con la vicepresidenta del Gobierno de
Maduro (¡qué decían todos estos a Rajoy cuando eran oposición….y cómo actúan
ahora!). Así las cosas los españoles desconocerán por qué Moncloa apartó a
Exteriores del asunto y le endosó el marrón a Ábalos, por qué éste aceptó el
encargo envenenado del entorno de Sánchez y las seis versiones diferentes del
ministro sobre tan delicado asunto, intentando camuflar la verdad con
contradicciones y mentiras flagrantes, mientras alguno se preguntan si un
ministro que miente de forma evidente (negando al principio el encuentro para
ir admitiendo a cuentagotas que lo hubo) debe seguir detentando tan alto cargo
cuando en cualquier país de la UE por mucho menos un ministro hasta deja la
política. No obstante Ábalos sigue atrapado por el caso, por más que el
Gobierno haya evitado que explique en el Senado todos los detalles del
encuentro y, sobre todo, por qué y para qué acudió al mismo, pues los
ciudadanos, entretanto, somos condenados a movernos en el terreno de las
elucubraciones. Y mientras Guaidó, sin haber sido recibido por Sánchez en
España, es agredido por las turbas chavistas en su regreso a Venezuela, hasta
el Comisario Borrell, que reconoce que Delcy Rodríguez tenía prohibida “la
entrada y el tránsito” por España, defiende en la Eurocámara la actuación de
Ábalos con el truco de que la Comisión no es competente para investigar dicho
asunto como le pedían los eurodiputados de la oposición. De momento pues, el
Gobierno bloquea la investigación a su ministro impidiendo crear una Comisión
parlamentaria con el apoyo de los independentistas, para que todo siga en el
oscurantismo y no en la transparencia. Es el cínico e irresponsable juego
político enraizado con..... (sigue leyendo en Blog Mi punto de vista,
http://jorgecremades.blogspot.com.es/)
No hay comentarios:
Publicar un comentario